Javier Milei convocó a Cavallo y Sturzenegger en un evento libertario sobre “el fin de la inflación”

Acto de Javier Milei: "El fin de la Inflación"
Acto de Javier Milei: "El fin de la Inflación" - Créditos: @Rodrigo Néspolo

El diputado por La Libertad Avanza Javier Milei reunió al exministro de Economía Domingo Cavallo y al extitular del Banco Central, Federico Sturzenegger, en un evento libertario bastante particular, no solo por las figuras presentes sino por el escenario elegido, montado en el Teatro Brodway, en la calle Corrientes.

La consigna de la convocatoria fue “El fin de la inflación”. Antes de Milei hablaron, además de Cavallo y Sturzenegger, los economistas Alberto Benegas Lynch, Diana Mondino y Héctor Rubini.

“En la Argentina si se puede debatir este tipo de cosas y llegar a un público convencional”, dijo Milei, quien agradeció la participación e hizo una mención especial a su hermana, Karina Milei. Y expresó: “No debe existir Banco Central, porque si uno con las características del que precedía Sturzenegger no funcionó, no hay forma de que funcione de ninguna manera”.

Durante su disertación, que fue una clase de economía en la que se apoyó con un Power Point, Milei recordó la época en la que se creó una cuenta de Twitter en la cual lanzó un desafío. “Cuando arranqué a pelearme con todo el mundo en la tv, en ese momento casi era una herejía decir que la inflación era siempre un fenómeno monetario. Cuando me hice mi Twitter lancé un desafío y dije: “Bueno, si la inflación es multicausal, quiere decir que solamente un pedacito lo explica la emisión monetaria’. Entonces, pedí que me demostraran que podía existir inflación en una economía de trueque”.

El economista, en tono jocoso, mencionó un meme: “Soy el esqueleto que está con el dedito todavía esperando. Hace cerca de siete años que lancé el desafío y no lo van a poder rebatir”, lanzó. Y fue categórico: “A todos los amigos de la inflación multicausal, jaque mate”.

Tal como argumentó, “no lo van a poder rebatir porque esto es un tema técnico, que es que el exceso de demanda son homogénea de grado cero”. Y continuó: “Depende de los precios relativos. Entonces, si el dinero impacta en todos los precios de la misma manera porque ninguna de las otras condiciones no ha cambiado, el punto es que no cambian los precios relativos. No se puede tener inflación en una economía de trueque, en realidad porque si sube un precio, el otro baja y automáticamente ese efecto se compensa. Lo único que puede hacer la cantidad de dinero es afectar la escala nominal y el nivel de precios. También produce otros daños”.

Su disertación comenzó hablando de la dolarización. “Como antiguamente los argentinos eligieron el dólar como moneda lo más probable es que en un primer momento se haga en términos de dolarización. Básicamente lo que nosotros estamos hablando es de competencia de monedad, en principio se elegiría al dólar, pero luego se va a elegir cualquier moneda. ¿Por qué este debate empieza a tener sentido? La realidad es que si uno lo planteara en términos morales la discusión es válida en todo momento. El accionar de la política monetaria es una estafa. Tenerlo es una ventana de riesgo, por lo tanto desde lo moral uno ya lo cuestionaría. Lo que hace que esto se vuelva más relevante tiene que ver con la cuestión de que tenemos inflación”.

En un férreo discurso en donde argumentó el por qué de sus ideas, el liberal se remontó al comiendo de la entidad autárquica y su vínculo con los índices de inflación en el país. “Cuando creamos el Banco Central en 1935 que era mixto, en los diez primeros años la tasa de inflación saltó al 10% anual. Algo que hoy parece poco pero para los registros de la época era un número muy alto, habíamos multiplicado más que por seis veces la tasa de inflación. A partir de 1946, vino el Banco Central nacional y popular, pasó a ser todo del Estado. De ahí hasta la convertibilidad, la inflación promedio fue del 250% anual, le quitamos 13 ceros a la moneda, destrozamos cinco signos monetarios, tuvimos dos hiperinflaciones sin guerra y ahí es cuando nos encontramos que llegó la convertibilidad”, dijo.

Y siguió: “No fue ni más ni menos reflejar el repudio de los argentinos por la moneda, la moneda emitida por los políticos, la moneda de la casta, un mecanismo para estafar a la gente. En ese sentido, la realidad es que frente a esa destrucción de la moneda, una inexistencia de demanda de dinero, así es como nació la convertibilidad una forma que era un tipo de cambio fijo pero con una regla muy dura y manteniendo algunos defectos que vamos a ver a lo largo de la presentación. En el período que duró la convertibilidad la inflación promedio bajó al 9%. Sin embargo, esa inflación se acumuló en los dos primeros años. A partir de 1993, la Argentina era el país con menos inflación del mundo”.

El economista, llamó a revalorizar a quienes estuvieron a cargo de aquellas políticas económicas. “En algún momento hemos podido terminar con la inflación. Los máximos exponentes muchas veces son repudiados, denostados y no reconocidos por su enorme labor. Es importante que reconozcamos a aquellos que han hecho tanto por el país y que en el fondo terminaron siendo víctimas de los políticos”.

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