Quién fue James Webb, el hombre detrás del telescopio

James Webb, presentándole una colección de modelos de cohetes Harry S. Truman, durante una visita presidencial a la NASA
James Webb, presentándole una colección de modelos de cohetes Harry S. Truman, durante una visita presidencial a la NASA - Créditos: @BBC Mundo / Getty Images

NUEVA YORK.– En 2002, el entonces administrador de la NASA, Sean O’Keefe, anunció que el próximo telescopio construido por la agencia sería bautizado James Webb, nombre de quien dirigió la NASA durante la década de 1960, cuando se preparaba para depositar a un ser humano sobre la superficie lunar. Webb era un férreo defensor de la ciencia espacial.

Algunos astrónomos se decepcionaron de que no llevara el nombre de uno de los suyos y otros lo objetaron con bases más sólidas, adjudicándole a Webb parte de la responsabilidad por el “terror lila”, como se conoció la purga de empleados gays y lesbianas del Departamento de Estado en la presidencia de Harry S. Truman. En ese momento, James Edwin Webb ocupaba el cargo de subsecretario de Estado.

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El tema volvió al candelero el año pasado, cuando cuatro astrónomos –Lucianne Walkowicz, de JustSpace Alliance y del Planetario de Chicago; Chanda Prescod-Weinstein, de la Universidad de New Hampshire; Brian Nord, del Acelerador del Laboratorio Nacional Fermi y de la Universidad de Chicago, y Sarah Tuttle, de la Universidad de Washington– publicaron un artículo de opinión en la revista Scientific American titulado “El Telescopio Espacial James Webb debe ser rebautizado”.

La NASA anunció que abriría una investigación y publicaría un informe sobre el tema. En septiembre pasado, el actual administrador de la NASA y exgobernador de Florida, Bill Nelson, dijo que no veía motivos para cambiar el nombre del telescopio. La agencia nunca publicó el informe prometido. La indignación no se hizo esperar.

John Kennedy y James E. Webb en la Casa Blanca
John Kennedy y James E. Webb en la Casa Blanca - Créditos: @BBC Mundo / Getty Images

En marzo, tras el lanzamiento y apelando a la ley de acceso a la información pública, la revista Nature informó que la NASA había tomado las acusaciones muy seriamente, al punto que Paul Hertz, director de Astrofísica de la agencia, había consultado con astrónomos independientes si el telescopio debía llevar otro nombre. La respuesta fue que no, pero Hertz no le preguntó a ningún astrónomo de la comunidad LGBTQ+

Nature también publicó un informe sobre el caso de Clifford Norton –despedido de la NASA por ser gay en 1963, cuando Webb estaba a cargo– y el material de archivo publicado aludía a “la costumbre de la agencia” de despedir gente por su condición homosexual. Norton apeló y en 1969 su caso marcó un hito contra la discriminación laboral.

Las cosas buenas, las cosas malas

En noviembre de 2021, el Comité Asesor de Astrofísica de la NASA le solicitó a la agencia un informe completo sobre el tema. O’Keefe, el administrador anterior, defendió la elección del nombre del telescopio.

“Sin lugar a dudas, de no haber sido por la determinación de James Webb para cumplir con el sueño más audaz de su tiempo, nuestra capacidad de exploración actual no sería ni remotamente la misma”, manifestó O’Keefe a través de un email.

Pero los críticos no quedaron conformes. “Si Webb no es responsable de las cosas malas que ocurrieron durante su gestión, entones tampoco es responsable de las cosas buenas –disparó la cosmóloga Prescod-Weinstein–. Me parece que acá hay un doble estándar: le atribuyen la parte del legado que les conviene, y fingen que solo es responsable de las cosas que les parecen buenas”.

“Suponiendo que tengan que llamarse como alguien, los telescopios deberían llevar el nombre de una persona que apele a lo mejor de nosotros”, agregó.

Por Dennis Overbye

(Traducción de Jaime Arrambide)