Los jóvenes irlandeses, ante la perspectiva de la emigración por falta de oportunidades

Una imagen de la sede del gobierno de Irlanda tomada el 7 de febrero de 2020 en Dublín (Ben Stansall)
Una imagen de la sede del gobierno de Irlanda tomada el 7 de febrero de 2020 en Dublín (Ben Stansall) (Ben Stansall/AFP/AFP)

Son jóvenes, tienen muchos proyectos, pero creen que no podrán realizarlos en Irlanda. Los estudiantes dicen sentir "frustración" por la falta de oportunidades y se ven empujados a dejar el país, que acude a las urnas el 29 de noviembre.

"Lo ideal sería vivir en Irlanda, pero no creo que sea posible", dice a la AFP Alistair Hill, de 20 años, en Dublín.

A menos de una semana de las elecciones legislativas, este estudiante de tercer año de Ciencias Políticas, con especialización en economía, de la Trinity University, dice estar lleno de ira y "frustración" debido a la situación de su país.

"Estamos en un callejón sin salida", señala, antes de mencionar la ausencia de oportunidades laborales, servicios públicos que no siempre están operativos y, sobre todo, "el enorme problema de la vivienda" y su coste prohibitivo para una gran parte de la población.

Sin embargo, el propio joven lo reconoce, es uno de los "afortunados". Sus padres lo apoyan económicamente y lo alojan en su casa ubicada no lejos de la universidad.

- "Partir, una necesidad" -

"Tengo amigos que viajan dos horas cada día para llegar a la universidad. Otro que va de sofá en sofá para alojarse. Realmente no me puedo quejar", afirma.

Pero le pesa la perspectiva de seguir en la casa familiar cuando tenga 25 años.

En ese caso, la solución obvia para él sería irse. En paralelo a sus estudios, trabaja en un restaurante con el objetivo de ahorrar suficiente dinero para financiar un intercambio universitario en Australia.

Y al fondo aparece la perspectiva de acabar probablemente en Estados Unidos.

Como él, siete de cada diez jóvenes de entre 18 y 24 años se plantean abandonar el país por falta de oportunidades profesionales, según una encuesta del Consejo Nacional de la Juventud de Irlanda.

Para Alistair Hill, la elección de la salida viene dictada por la "necesidad".

Esa razón también manda para Craig Daly, de 25 años. Este estudiante de primer año de Ciencias Políticas pudo incorporarse a Trinity gracias a un programa abierto a becarios y personas que habían abandonado los estudios.

Esta segunda oportunidad para alguien que ha realizado trabajos ocasionales desde los 14 años tiene un coste: vivir con su madre y sus dos hermanos en una vivienda social de tres habitaciones.

Para este estudiante que sueña con hacer carrera en política, el futuro está marcado por la "incertidumbre".

- País de emigración -

"En mi situación actual, no puedo permitirme tener un hijo. No puedo permitirme tener mi propia casa, incluso con mis 26 horas de trabajo semanales (en un trabajo paralelo a la universidad)", subraya.

En este contexto, la vida social queda en un segundo plano.

Clare, que no quiere dar su apellido, hace concesiones desde hace años. Piso compartido en alquiler, trabajo a tiempo completo, ausencia de vacaciones...

Con un diploma en Finanzas en sus manos al final del presente curso escolar, la joven se trasladará a Londres, donde está convencida de que podrá encontrar "fácilmente" un trabajo.

En Dublín, "los puestos de trabajo están en los servicios, en los comercios y en la restauración. Para el resto de profesiones es muy difícil. Por no hablar del resto del país", sostiene.

Testimonios que contrastan con la realidad estadística del país, según la cual la tasa de empleo en Irlanda aumenta constantemente desde hace 10 años.

Al mismo tiempo, Irlanda atrae a migrantes de todo el mundo. Según datos de la Oficina Central de Estadísticas, más de 149.000 personas emigraron al país en los 12 meses anteriores a abril de 2024, la cifra más alta en 17 años.

Irlanda sigue siendo un país de emigración, aunque muchos de los que se fueron acaban regresando, resume el economista Dan O'Brien.

Para Craig, Alistair y Clare, la situación aún no es desesperada. El siguiente paso será expresar su descontento en las urnas.

No todos votarán lo mismo, pero comparten el objetivo de acabar con la hegemonía de los partidos de centro-derecha Fine Gael y Fianna Fail, que han gobernado el país desde su independencia.

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