Israel. ¿Cómo se sigue después que un misil destruye tu casa? El relato de un argentino que se salvó de milagro

Javier Montenegro, un pastor correntino -padre de cuatro hijos- que vive con su esposa en el piso 16 de una torre de Beer Sheva, ubicada a 40 kilómetros de la Franja de Gaza, contó su experiencia durante un bombardeo
Gentileza i24news

DESDE TEL AVIV.- “Estábamos durmiendo en la pieza de seguridad con mi esposa, como había muchos misiles, decidimos descansar allí. Eran las 6 de la madrugada del sábado cuando nos despertó una estruendo muy fuerte, un bombazo. Luego escuchamos cómo se rompieron todos los vidrios del departamento. Salimos del refugio, abrimos la puerta de hormigón armado y nos dimos cuenta de que la explosión había sido en la casa. Estaba todo inundado, había mucho polvo y salía mucho humo con olor a pólvora”, resume a LA NACION Javier Montenegro, un Pastor correntino -padre de cuatro hijos- que vive con su esposa en el piso 16 de una torre de Beer Sheva, ubicada a 40 kilómetros de la Franja de Gaza.

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Con voz templada y tranquila, Javier detalla que el comedor y la cocina fueron los lugares más afectados, pero que el agua inundó todo el departamento porque el misil impactó en el caño maestro del edificio: “Eso ayudó a que no hubiera un incendio, como acaba de pasar en otro edificio de esta ciudad hace un rato”, detalla.

A los pocos minutos, y sin que tuviera que hacer ningún llamado, llegaron a su casa los vecinos, la Policía, los Bomberos y la ambulancia. El correntino revela, agradecido, que él y su esposa sintieron mucho respaldo de toda la población y de las autoridades, que les dieron un cheque para alquilar una vivienda por algunos meses. El Estado, además, se hace cargo de todos los arreglos que haya que hacer en la casa.

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Este sábado por la mañana, después de la explosion, Javier y su mujer -quienes viven allí hace 19 años- se fueron a vivir a la casa de su hija, quien está de viaje en los Estados Unidos, donde se quedarán hasta que encuentren un nuevo hogar donde vivir transitoriamente.

“En este momento hay 15 personas en mi casa sacando los vidrios y ayudándonos a acomodar y a ver que se puede recuperar”, cuenta Javier, quien agradece constantemente no solo la ayuda sino la posibilidad de estar vivos. “Estamos impactados pero agradecidos a Dios porque estamos sanos y al Estado de Israel, que es un país maravilloso y moderno y se hace cargo de todos los gastos y de nuestra salud”, dice Javier.

¿Cómo se sigue después de que cae un misil en su casa? “Anoche y hoy atacaron de nuevo, queda una sensación de miedo, pero uno se acostumbra...es la séptima guerra que vivo en Israel, y hay que seguir la vida normal, pero con cuidado. Si nos tiene que pasar algo, nos va a pasar. El señor sabe cuándo llegamos y cuándo partimos”, concluye con una voz suave y tranquila Javier.