Israel bombardea Rafah para presionar a Hamás en negociaciones de tregua

El ejército israelí bombardea el martes con intensidad la ciudad de Rafah, en el sur de Gaza, para acentuar la “presión” sobre Hamás en la negociación de una propuesta de tregua que recibió la luz verde del movimiento islamista palestino.

La defensa civil en la Franja de Gaza, gobernada por Hamás, informó de “numerosas muertes” en la noche en esta superpoblada ciudad en la frontera con Egipto, que acoge 1,2 millones de personas, en su mayoría desplazadas por la guerra.

El hospital kuwaití de Rafah dijo haber recibido “once muertos” y “decenas de heridos” por estos bombardeos que, según testigos y fuentes de seguridad palestinas, se intensificaron a partir del lunes por la noche.

Estas fuentes también informaron de disparos de artillería en la zona y de la presencia de tanques israelíes en el paso fronterizo de Rafah con Egipto, que teme la llegada de palestinos que huyen de los combates.

Después de adentrarse en Ciudad de Gaza y Jan Yunis, Israel amenaza desde hace semanas con llevar sus tropas a Rafah, a la que considera como el último bastión de Hamás.

El lunes, con las negociaciones indirectas de tregua en El Cairo estancadas, el ejército israelí inició la evacuación de decenas de miles de personas en la ciudad.

Horas después, Hamás informó a Egipto y Catar, mediadores junto a Estados Unidos, que había “aprobado su propuesta para un acuerdo de alto el fuego” con Israel.

Pero la propuesta queda “muy lejos de las exigencias”, dijo la oficina del primer ministro Benjamin Netanyahu.

- Reuniones en El Cairo -

Su gabinete decidió “por unanimidad” continuar “la operación en Rafah para ejercer presión militar sobre Hamás con el objetivo de avanzar hacia la liberación de rehenes y la consecución de otros objetivos de guerra”, afirmó.

No obstante, también anunció el envío de una delegación a Egipto “para agotar las posibilidades de alcanzar un acuerdo con condiciones aceptables para Israel”.

La cancillería de Catar también mandó el martes un equipo a El Cairo para “relanzar las negociaciones indirectas (...) con la esperanza de llegar a un acuerdo para el alto el fuego inmediato y permanente a cambio de presos y rehenes”.

Un alto cargo del movimiento islamista palestino, Jalil al Hayya, dijo a la cadena Al Jazeera que la actual proposición contempla tres fases, cada una de una duración de 42 días.

Esta incluiría una retirada israelí completa de la Franja de Gaza, el regreso de los desplazados y un canje de rehenes aún cautivos en el territorio por presos palestinos detenidos en Israel, con el objetivo de un “alto el fuego permanente”.

Hasta ahora, Israel se ha opuesto a una retirada completa de Gaza y a un alto el fuego permanente sin antes lanzar una operación sobre Rafah para “vencer” a Hamás y asegurarse que no vuelva a producirse un ataque como el del 7 de octubre.

Ese día, comandos islamistas se infiltraron al sur de Israel y mataron a más de 1.170 personas, en su mayoría civiles, según un recuento de la AFP en base a datos oficiales. Entre los muertos había más de 300 militares.

También secuestraron a 250 personas, de las que 128 continúan en la Franja de Gaza, según el ejército israelí, que estima que 35 de ellas están muertas.

La ofensiva de respuesta israelí sobre Gaza ha dejado 34.735 muertos, principalmente civiles, según el Ministerio de Salud de este territorio gobernado desde 2007 por Hamás.

- Aprovechar “esta oportunidad” -

Después del anuncio de Hamás, una asociación de familiares de los rehenes israelíes se manifestó en Tel Aviv y reclamó a las partes implicadas “transformar esta oportunidad en un acuerdo” para el regreso de todas las personas cautivas.

Medios israelíes informaron de disturbios en esa ciudad entre policías y manifestantes que reclamaban un acuerdo de tregua.

En Rafah, las escenas de júbilo por la esperanza de una tregua se mezclaron con el pánico por la evacuación y la amenaza de una incursión de las tropas israelíes.

Numerosos países y organizaciones internacionales reiteraron su rechazo a un ataque sobre Rafah que, en palabras del secretario general de la ONU, António Guterres, sería “intolerable”.

Para Estados Unidos, principal aliado de Israel, esta operación “aumentaría dramáticamente el sufrimiento del pueblo palestino”, declaró su portavoz diplomático, Matthew Miller.

Egipto reclamó a Israel “máxima moderación” y el rey Abdalá II de Jordania pidió la intervención del presidente estadounidense, Joe Biden, que reiteró su oposición a la operación en una llamada con Netanyahu.

Pero el ejército israelí ya inició “una operación de alcance limitado para evacuar temporalmente” a “unas 100.000 personas” en el este de Rafah, dijo su portavoz Daniel Hagari.

En panfletos lanzados en la zona, el ejército pide a los habitantes dirigirse “a la zona humanitaria (habilitada) en Al Mawasi”, una localidad situada sobre la costa a unos diez kilómetros de Rafah.

“Los habitantes evacuan aterrorizados, en medio del pánico”, dijo a la AFP Osama al Kahlut, un responsable local de la Media Luna Roja palestina, que calcula el número de afectados en 250.000.

“Mi familia y yo, 13 personas, no sabemos dónde ir”, decía a la AFP Abdul Rahman Abu Jazar, un palestino de 36 años.

La zona de Al Mawasi “no tiene espacio suficiente para que instalemos nuestras tiendas de campaña”, afirmó.