Islandia acude a las urnas en unas elecciones anticipadas tras la crisis de Gobierno en el país
Los islandeses elegirán un nuevo Parlamento este sábado tras desacuerdos sobre inmigración, política energética y economía que obligaron al primer ministro Bjarni Benediktsson a disolver su Gobierno de coalición y convocar elecciones anticipadas.
Este será el sexto proceso electoral general en Islandia desde la crisis financiera de 2008, que devastó la economía de este país del norte del Atlántico e inició una nueva era de inestabilidad política.
La democracia más antigua del mundo
Las encuestas de opinión sugieren que el país podría enfrentar otro cambio drástico, con una fuerte caída en el apoyo a los tres partidos que actualmente gobiernan. Benediktsson, quien asumió el cargo de primer ministro en abril tras la renuncia de su predecesor, tuvo dificultades para mantener unida la coalición formada por su Partido Independiente conservador con el Partido Progresista centrista y el Movimiento Verde-izquierda.
Islandia, una nación de unos 400.000 habitantes con una gran tradición demócrata, considerándose probablemente la democracia parlamentaria más antigua del mundo. El Parlamento de la isla, el Althingi, fue fundado en el año 930 por los vikingos que se establecieron en el país.
Esto es lo que debes saber sobre las elecciones:
Los votantes elegirán 63 miembros del Althingi en una elección que distribuirá los escaños tanto por circunscripciones regionales como por representación proporcional. Los partidos necesitan al menos el 5% de los votos para obtener representación en el Parlamento. Ocho partidos estuvieron representados en el Parlamento saliente y 10 competirán en esta elección.
La participación es tradicionalmente alta según los estándares internacionales, con el 80% de los votantes registrados emitiendo su voto en las elecciones parlamentarias de 2021.
Islandia, una isla azotada por el viento cerca del Círculo Ártico, normalmente celebra sus elecciones durante los meses más cálidos del año. Pero el 13 de octubre, Benediktsson decidió que su coalición no podía seguir adelante y solicitó a la presidenta Halla Tómasdóttir la disolución del Althingi.