Irlanda del Norte está más cerca de la reunificación y Boris Johnson es el culpable

Irlanda del Norte vuelve a estar en el centro de la actualidad política británica tras la celebración de unas elecciones en la región en las que ha ganado por primera vez el Sinn Féin, el partido nacionalista, antiguo brazo político del IRA y gran defensor de la reunificación de Irlanda.

Cabe recordar que esta región está profundamente dividida entre unionistas y republicanos y que a lo largo del siglo XX, el conflicto entre ambas facciones fue permanente. 

Miembros del Sinn Féin celebran los resultados en Irlanda del Norte. (Photo by Charles McQuillan/Getty Images)
Miembros del Sinn Féin celebran los resultados en Irlanda del Norte. (Photo by Charles McQuillan/Getty Images)

Los Acuerdos del Viernes Santo, firmados en 1998, pusieron fin a tres décadas de violencia y muerte y 24 años después y más de 100 desde la partición de la isla, los republicanos se convierten en la formación preferida de los votantes. Y Boris Johnson es bastante responsable de lo que está ocurriendo.

Para entender lo que está pasando hay que retroceder hasta un hecho fundamental. El 22 de junio de 2016 la población británica decidía en referéndum la salida del Reino Unido de la Unión Europea. Una opción que en Irlanda del Norte no prosperó (55% a favor de la permanencia) pese al apoyo del principal partido unionista, el DUP, el Partido Unionista Democrático.

Esta decisión tan trascendente tuvo una importancia aún mayor en Irlanda del Norte, ya que el Brexit obligaba a imponer una frontera entre el Reino Unido y la Unión Europea, esto es, entre Irlanda e Irlanda del Norte.

Sin embargo, los Acuerdo de Viernes Santo señalan que no puede haber frontera dura entre ambos, por lo que en las negociaciones entre británicos y UE se pactó un protocolo que sitúa la frontera en el mar de Irlanda. ¿Qué significa esto en la práctica? Que los controles en los productos procedentes de Gales, Escocia o Inglaterra se producen en Irlanda del Norte, que actúa de una manera muy similar a seguir perteneciendo a la Unión Europea.

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Así, el protocolo, firmado por Boris Johnson, lo que ha hecho realmente es alejar a Irlanda del Norte de Reino Unido y acercarla a Irlanda. Exactamente lo que defiende el Sinn Féin, que tiene como objetivo último la celebración de un referéndum que una de nuevo la isla.

A estas circunstancias hay que añadir el hecho de que Johnson y los conservadores pasan por un momento de popularidad muy bajo a cuenta de las fiestas en Downing Street durante la pandemia.

Si además, sumamos que cada vez hay más gente joven en la región que no ha sufrido los años de violencia y que miran el futuro de una forma más pragmática, hay un cóctel importante de descontento con el unionismo y de deseos de cambio.

Y las urnas así lo han revelado. Aunque desde Londres se filtra que nunca hubo intención de cumplir el protocolo y que se quiere renegociar con la UE, lo cierto es que las fuentes comunitarias se muestran inflexibles al respecto y las soluciones son limitadas. Si Reino Unido decidiera suspender el acuerdo, podrías encaminarnos a una guerra comercial, donde Irlanda del Norte se llevaría la peor parte.

Boris Johnson tiene un problemón con Irlanda del Norte. (Photo Daniel Leal - WPA Pool/Getty Images)
Boris Johnson tiene un problemón con Irlanda del Norte. (Photo Daniel Leal - WPA Pool/Getty Images)

Los resultados además pueden llevar al bloqueo. Y es que los Acuerdos de Viernes Santo son claros al respecto y establecen un Gobierno conjunto entre unionistas y nacionalistas, teniendo el partido más votado el cargo de primer ministro y el segundo el de viceprimer ministro, siendo ambos puestos equivalentes y sin jerarquía.

Pero el DUP parece decidido a bloquear esta posibilidad, lo que probablemente llevaría a que Londres se hiciera cargo de la economía norirlandesa. De hecho, los unionistas ya han dejado claro que no facilitarán nada hasta que no se elimine el protocolo, por lo que esta crisis parece casi imposible de resolver.

Mientras tanto, sigue creciendo más el descontento con el Gobierno central y el Sinn Féin sigue ganando fuerza, tal y como demostró también en las elecciones irlandesas en el año 2020 y aspira en 2025 a lograr el poder, lo que puede hacer que haya más presión nacionalista sobre una Irlanda del Norte que poco a poco se va inclinando un poquito más hacia la eventual reunificación.

Está por ver cómo resuelve todo esto Boris Johnson, pero lo que parece claro es que el Brexit ha ido en este aspecto en contra de los intereses de Londres y que la gestión del primer ministro ha agravado los problemas.

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