Invitan a la reflexión demócrata en "El cuento de la criada"

CIUDAD DE MÉXICO, octubre 7 (EL UNIVERSAL).- Venganza es la palabra que define a la temporada cinco de "El cuento de la criada". La serie protagonizada por Elisabeth Moss que creó una ficción aterradora detrás del índice de natalidad.

Gilead, la ciudad ficticia donde habita June (Moss) y su comunidad es un lugar creado para prevalecer e incentivar el nacimiento de niños después de que la sociedad enfrentó una crisis de natalidad. Eso es algo que suena familiar en la realidad. Actualmente Japón, Francia, Noruega, Italia y Rusia son algunos de los países que ofrecen beneficios a sus ciudadanos por tener hijos, ya que cada vez son menos los nacimientos.

Los artífices de esta idea se convirtieron en los políticos y jefes de Gilead, pero sobre todo se confirieron el poder de ser los encargados de hacer criar a los "niños de Gilead" por lo que reclutaron a miles de mujeres fértiles que se volvieron esclavas sexuales de los altos mandos. El aborto está prohibido, igual que los libros, la televisión y hasta las amistades.

A estas mujeres fértiles las denominan "criadas" y viven bajo la tutela de los "comandantes", quienes las despojan de sus hijos, una vez que nacen.

El entrenamiento, liderado por las "tías" del sistema, está diseñado bajo un fanatismo religioso y toda clase de torturas, que a muchas las hace olvidarse de sus ideales y lo que eran antes de Gilead.

Muchas de las criadas han aprendido a vivir bajo este sistema, pero no June, a quien su instinto maternal no le permite dejar atrás a sus hijos.

June no olvidó a Hanna, la pequeña niña que le arrebataron cuando las reclutaron; tampoco permitió que su bebé, Nicole, se quedara en manos de los Waterford, la familia a la que sirvió por mucho tiempo. Pero sobre todo no olvidó los abusos de los que fue víctima y una vez a salvo, en Canadá, fue la artificie del asesinato brutal y sin remedio de Fred Waterford, su abusador.

En entrevista con medios latinoamericanos el elenco de esta serie detalla los nuevos retos a los que se enfrentan los personajes después de que June tomó venganza.

"Cuando June regresó fue como ‘bueno, sigamos adelante’, pero ella estaba lidiando con un gran trauma y luego ella mata y eso nos pone en un peligro diferente", señala O. T. Fagbenle, quien interpreta a Luke, el esposo de June.

La misión de Luke, June y su fiel amiga Moira (Samira Wiley) siempre ha sido recuperar a la pequeña Hanna y salir todos juntos del sistema opresor, pero Hanna se ha quedado dentro de Gilead por lo que la guerra no ha acabado.

Del otro lado su eterna rival, y alguna vez aliada, Serena Joy (Yvonne Strahovski), no perdonará el asesinato de Fred, quien era el padre del hijo que finalmente espera.

June contra Serena es como una deliciosa partida de ajedrez. Dos eternos rivales que ahora están en la cima, pero también está sucediendo algo interesante: que hay respeto. Lo cual es fascinante en el mundo en el que se desarrollan", dice el guionista Bruce Miller.

"En esta temporada tal vez ningún lugar sea seguro porque la influencia de Gilead puede incluso penetrar en Canadá y, por lo tanto, nuestros personajes, muchos que se han retirado a la seguridad y la calidad de crianza de Canadá se encuentren con algo que no pensaron. Los canadienses pueden querer ahuyentar a los inmigrantes y eso sería un reflejo del mundo en el que vivimos", reflexiona Miller.

Fortalecida por su embarazo Serena volverá a Gilead, un imperio desde donde puede torturar a June, comenzando por mostrar en televisión a la pequeña Hanna en el funeral de Fred. Dando un beso al féretro donde está el hombre que su madre mató.

"Serena está devastada y aterrorizada, pero se da cuenta de que tiene una base de admiradores en Toronto en Canadá y en otros lugares del mundo, así que eso es en lo que se va a apoyar y usará su embarazo para poder para protegerse", detalla Yvonne Strahovski.

La actriz australiana considera el éxito de esta producción, que ya está disponible a través de Paramount, recae no sólo en la reflexión sobre el machismo y los abusos de género, sino también en que el personaje principal, June es un reflejo romántico de que se puede combatir un sistema fascista.

"En esta temporada todos podemos identificarnos con un mundo donde parece que una sociedad abierta no funciona y cuestiona si ¿necesitamos atacar el sistema o tratar de reformarlo desde adentro? y si ¿el poder se deja seducir? hace un llamado a que podemos hacer algo desde adentro en un mundo lleno de injusticias".