De la invisibilización a la representación política de las personas afromexicanas

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Estamos viviendo momentos históricos para las personas que han sido olvidadas, borradas o ignoradas en la democracia de nuestro país. El 25 de noviembre de 2023, el Instituto Nacional Electoral modificó el acuerdo que regula las acciones afirmativas en favor de personas indígenas, afromexicanas, con discapacidad, de la diversidad sexual y migrantes para las elecciones federales de 2024, 1 que se traducen en la reserva de candidaturas de mayoría relativa y de representación proporcional al Congreso de la Unión. Estas medidas de carácter temporal son establecidas para enfrentar el contexto de discriminación en que se encuentran estos grupos de población y así garantizar sus derechos político-electorales, por lo que se vuelve fundamental discutir y analizar lo que significan estos lugares de representación en el poder legislativo federal.

Las elecciones de 2024 serán la segunda ocasión en que integrantes de estos grupos en situación de vulnerabilidad tendrán la oportunidad de llegar por acción afirmativa a la Cámara de Diputados y por primera vez en el Senado de la República, aunado a ello la paridad de género, un acto de justicia para las mujeres se suma a las victorias que podremos esperar en las elecciones del próximo año.

No podemos dejar de lado que estas acciones afirmativas son resultado de luchas sociales, como la emprendida por el movimiento afromexicano que desde 1997 comenzó a organizarse con el objetivo de visibilizar su presencia a nivel nacional y reivindicar el orgullo de ser afrodescendiente en nuestro país.

Como ya mencioné, ésta será la segunda ocasión en la que podremos ver que los partidos políticos seleccionen dentro de sus candidaturas a personas afromexicanas para ocupar algún cargo de representación a nivel federal; sin embargo, esto nos recuerda que en las elecciones intermedias de 2021 a pesar de que fueron seis personas que consiguieron una curul en la Cámara de Diputados que se autoadscribieron como afromexicanas, sólo una de ellas -el diputado federal Sergio Peñaloza Pérez- tiene trayectoria, conocimiento y cercanía con los pueblos y comunidades afromexicanas. Lo anterior refleja el gran reto de implementar estas acciones sin que haya usurpación o que estos espacios sean ocupados por personas pertenecientes a estos sectores sin conocimiento o acercamiento a la población que buscan representar.

Si bien es cierto todas las personas tenemos el derecho de autoadscribirnos como queramos, los espacios de representación deben ser ocupados por personas que defiendan una agenda colectiva en favor de estos grupos que han sido ignorados a lo largo de la historia. Como movimiento afromexicano no podemos darnos el lujo de desperdiciar estos espacios que tienen como objetivo poner sobre la mesa las necesidades específicas de este grupo poblacional. Es urgente la construcción de una agenda política y legislativa que sea posicionada por y para nosotras las personas afromexicanas.

Estamos ante la oportunidad de que nuestras demandas sean escuchadas desde nuestras voces sin necesidad de tener intermediarios en la toma de decisiones, esto implica una gran responsabilidad para las personas que accedan a estos curules: además del conocimiento de las especificidades de este grupo también les corresponde el buscar alianzas nacionales e internacionales para una mayor visibilización de nuestra presencia e importancia histórica y contemporánea de nuestra nación. Los retos que vienen no son menores, necesitamos cuadros de origen afromexicano con liderazgo, formación política y cercanía con la colectividad para que haya resultados favorables de estas acciones afirmativas.

Los partidos políticos también enfrentan desafíos a la hora de seleccionar a las personas afromexicanas que ocuparán estos espacios, ya que si bien es cierto el movimiento afromexicano es en su naturaleza político, se ha caracterizado por ser apartidista, lo que significa la no pertenencia a ningún partido político en concreto y el desacuerdo con este sistema político. Por ello es difícil encontrar dentro de la militancia de estas agrupaciones a personas afrodescendientes, ésta es sólo una de las razones por las cuales en el anterior proceso electoral se usurparon estos lugares o, en el mejor  de los casos, estos fueron ocupados por personas que se reconocen como afrodescendientes, pero que no se han acercado a la lucha colectiva.

Lo anterior nos habla de lo importante que es poner atención a las decisiones que se tomarán en las próximas elecciones. Como se puede advertir, la implementación de las acciones afirmativas en el tema electoral, o cualquiera en el que se otorguen, no será suficiente a la hora de hablar de representación o de acceso pleno a los derechos político electorales de los grupos en situación de vulnerabilidad si sólo nos enfocamos en la cantidad de estos espacios. Es necesario el serio compromiso de los partidos políticos a la hora de destinar tiempo y recursos a la formación política y a la construcción de una agenda que unifique las necesidades específicas de la diversidad de la población afromexicana.

* Celeste Sánchez Sugía (@maria_celestess) es afromexicana, doctoranda en Ciencias Biomédicas por la UNAM y directora de Afrodescendencias en México, Investigación e Incidencia (@afrodes_mx), colectivo interdisciplinario interesado en contribuir en la construcción de una sociedad más justa, equitativa y libre de racismo.

 

1 INE/CG625/2023. Acuerdo del Consejo General del Instituto Nacional Electoral por el que, en acatamiento a la sentencia dictada por la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación en los expedientes SUP-JDC-338/2023 y acumulados, se emiten los criterios aplicables para el registro de candidaturas a los distintos cargos de elección popular que soliciten los partidos políticos nacionales y, en su caso, las coaliciones, ante los consejos del instituto en el proceso electoral federal 2023-2024. Recuperado de aquí.

2 Según Melucci, los movimientos políticos son acciones colectivas que tienden a ampliar la participación política y a mejorar la posición relativa del actor en el proceso de toma de decisiones. Disponible aquí.