Insulto racista a Richarlison evidencia pendientes de FIFA
Cuando el presidente de la FIFA Gianni Infantino viajó de Ginebra a París para presenciar el último partido de fogueo de Brasil rumbo al Mundial difícilmente esperaba toparse con una prueba tan fehaciente de que el racismo sigue infectando al fútbol.
Y la evidencia tuvo que haber sido particularmente incómoda, luego que el organismo rector del fútbol en el orbe desmanteló su fuerza de tarea antirracismo, al considerar que había “cumplido plenamente su misión temporal” poco después de que Infantino fue elegido en 2016.
La FIFA ha implementado una estrategia detallada para combatir todas las formas de discriminación. Pero quedó claro que falta mucho trabajo por hacer ante lo ocurrido el martes en el Parc des Princes, cuando una banana fue arrojada hacia Richarlison, quien festejaba su tanto a los 19 minutos del partido que la selección brasileña terminó ganando a Túnez.
“Mientras siga habiendo sólo ‘bla, bla bla’ y no castigos, esto continuará así, ocurrirá todos los días y en todas partes. ¡No hay tiempo, hermano!”, tuiteó el delantero.
Por medio de un comunicado, la FIFA condenó el incidente.
“Lo primero y lo más importante es que la FIFA rechaza enfáticamente cualquier forma de racismo y violencia, y tiene una postura muy clara de tolerancia cero contra este comportamiento en el fútbol”, indicó el organismo. “La FIFA investigará lo ocurrido en el partido de ayer en París”.
Al comienzo de la jornada, Infantino había estado en Ginebra para hablar de asuntos relacionados con los derechos humanos y de su relación con el fútbol. Participó también en el encuentro el argentino Federico Villegas, jefe del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas.
Más tarde, Infantino atestiguó de primera mano el caso más reciente de racismo y discriminación, un tema que genera preocupaciones dentro del deporte.
Jugadores destacados han denunciado abusos en línea. Sin embargo, se han registrado también episodios dentro de los estadios.
La FIFA impuso a Hungría un veto de dos partidos en su estadio y una multa de casi 205.000 dólares, después de que varios jugadores de Inglaterra fueron insultados con expresiones racistas durante un partido de la eliminatoria mundialista disputado en septiembre en Budapest.
También la UEFA sancionó a Hungría por conducta discriminatoria durante la Eurocopa de 2020.
Todo esto plantea la posibilidad de que ocurran casos similares en el Mundial de Qatar, el máximo evento de la FIFA.
La red FARE, una organización que lucha contra la discriminación y que trabaja con la FIFA y la UEFA para investigar casos que involucran a hinchas, no considera que haya un motivo particular de preocupación dentro de los estadios en el Mundial. Pero su director general Piara Powar comentó que “el fútbol internacional tiene un gran problema”.
“Habrá un monitoreo cercano de los carteles de la extrema derecha y los racistas (en Qatar). Y se retirarán en cuestión de minutos", dijo Powar a The Associated Press. “Habrá analistas específicos en los palcos de seguridad. Habrá muchas personas vigilando estas cosas”.
FARE ha establecido ya comunicación con la FIFA para analizar el caso de Richarlison.
“El acto intencional de tomar una banana y lanzarla hacia un jugador negro después de que anotó un gol es indignante”, añadió Powar. “Cuando se nos recuerda lo que este acto significa, es algo deshumanizante”.
El tuit de Richarlison reflejó su propia falta de confianza en que las autoridades del fútbol lidien con el racismo.
Su club, el Tottenham, expresó el miércoles su apoyo al delantero.
“Estamos asqueados por los abusos racistas contra Richarlison en el partido de la noche anterior entre Brasil y Túnez”, tuiteó. “Esto no tiene lugar en el fútbol ni en otra parte. Estamos contigo, Richy”.