Inquilinos de Hialeah protestan ante casero por alza de $650 en el alquiler
María Rubí gana $14 la hora como cajera en una tienda.
Su salario es apenas suficiente para pagar el alquiler de un apartamento de dos habitaciones en Hialeah, dijo Rubí, donde ha vivido con su hija unos 25 años.
Pero la mujer de 57 años y sus vecinos podrían tener que abandonar el lugar donde creció su hija.
Una empresa de inversión inmobiliaria con sede en Miami, que compró el edificio de apartamentos de 20 unidades hace un mes, está aumentando su alquiler mensual hasta en $650, equivalente a 65%. A partir del 1de febrero, el alquiler mensual de todos será $1,650.
El miércoles, Rubí y su hija de 24 años, Rachel Rubí, intentaron visitar la oficina del propietario en Brickell, llevando carteles que decían “siéntense a negociar con sus inquilinos”.
Su esperanza era entregar en mano una carta de demanda a su nuevo arrendador, Eco Stone Group. Pero el dúo, al que se unieron tres simpatizantes, fue rechazado por el personal del edificio.
“Lo único que queremos es negociar como colectivo”, dijo Rachel Rubí, diseñadora gráfica desempleada desde el inicio de la pandemia del COVID-19.
La visita improvisada del miércoles fue días después que un grupo más numeroso se congregó frente al edificio de apartamentos en 1501 W.42nd St. en Hialeah, para protestar por el aumento.
Los inquilinos dicen que el cambio unilateral es una dificultad y que la gente se quedará con opciones muy limitadas para la vivienda en Miami-Dade.
“No tenemos adónde ir”, dijo en español María Rubí, quien emigró de Nicaragua.
El personal de seguridad del edificio se negó a dar al Herald acceso al piso 14, donde está la oficina de Eco Stone Group.
La empresa no ha respondido a las numerosas peticiones de declaraciones.
Luchan por quedarse en los apartamentos
Muchos de los inquilinos del edificio amarillo de dos plantas sin nombre llevan años viviendo allí. Todas las unidades son de dos dormitorios, pero los precios de los alquileres varían.
Tras recibir el aviso del próximo aumento de 65% del alquiler, los vecinos se organizaron.
El 12 de enero, una treintena de inquilinos y simpatizantes se reunieron en el estacionamiento, con pancartas y coreando en español “Vecinos unidos, jamás serán vencidos”.
Esperaban llamar la atención de los nuevos propietarios. En su lugar, al día siguiente se entregaron avisos de desalojo en 15 días a María Rubí y al menos a dos inquilinos más por parte de Eco Landing Development LLC —en representación de Eco Stone Group—, dijeron los inquilinos. Miami-Dade exige a los propietarios y los inquilinos den un aviso de 30 días para cancelar los contratos de alquiler de mes a mes.
Oliver Telusma, becario de Equal Justice Work en el Community Justice Project, un grupo de abogados comunitarios con sede en Miami que ofrece apoyo legal y estratégico a los “movimientos de justicia social”, dijo el miércoles que los inquilinos que recibieron los avisos creen que su casero está tomando represalias contra ellos por protestar.
Según el Colegio de Abogados de la Florida, es contrario a la ley estatal aumentar el alquiler de un inquilino o reducir los servicios que se le prestan de forma discriminatoria, o amenazar con iniciar una acción de posesión u otra acción civil principalmente como represalia contra el inquilino.
“Solo intentamos animar a los nuevos propietarios del inmueble a que respeten las protecciones legales que tienen los inquilinos”, dijo Telusma.
Después de sentirse ignoradas por el propietario, Rachel Rubí y su madre, con el apoyo de otras personas, dijeron que planeaban hacerles una visita.
El grupo fue recibido por al menos cuatro policías de Miami, que les indicaron que permanecieran en la acera.
Rachel Rubí llegó hasta el vestíbulo del edificio —en 175 SW 7 St.— para entregar en mano una carta con las demandas de los inquilinos a su nuevo propietario, pero fue rechazada por el personal del edificio porque la empresa de inversiones no aceptaba visitas, dijo.
Las demandas de los inquilinos incluyen un periodo de transición de seis meses sin aumentos de alquiler, que el alquiler no supere los $1,200 una vez finalizada la transición y contratos de alquiler de un año para evitar aumentos sorpresivos.
Miedo a quedarse sin techo
María Rubí dijo que estaba pagando $900 al mes antes que el anterior propietario les subiera el alquiler mensual en $100 en octubre, dos meses antes que vendieran el edificio a Eco Stone Group.
Ahora, el nuevo casero les sube el alquiler de $1,000 a $1,650.
“No podemos dormir pensando que podemos quedarnos sin techo”, dice María Rubí.
Carmen Cuzcano, que lleva 20 años viviendo en el edificio , gana menos de $10 la hora haciendo papeleo y conduciendo para una empresa local que fabrica puertas y pantallas para ventanas.
Su salario apenas le permite llegar a fin de mes después que el anterior propietario le subiera el alquiler en octubre en unos $120, dijo.
El lunes, Cuzcano señaló que el Eco Stone Group está tomando represalias contra ella por protestar contra el nuevo alquiler mensual de $1,650, un aumento de 57% en comparación con su actual mensualidad de $1,050.
“Es su venganza”, dijo en español.
Cuzcano también dijo que no está durmiendo bien desde que el nuevo propietario anunció el aumento del alquiler y que se siente como un “robot” en el trabajo.
Vive con su hijo de 18 años, que está a punto de graduarse de la preparatoria. Su sueño, dice, es estudiar Arquitectura, pero le preocupa que tenga que abandonarlo para trabajar a tiempo completo para no perder el único hogar que ha conocido.
Cuzcano evita hablar de los problemas de dinero con su hijo porque no quiere que se preocupe, dijo. Como inmigrante peruana, dijo que quiere dar a su hijo las oportunidades que ella no tuvo.
Si el propietario sigue adelante con el aumento del alquiler, Cuzcano añadió que su única opción es mudarse con su hijo a un estudio por no menos de $1,000 al mes.
“Quiero darle una vida mejor a mi hijo. Esto me tiene estresada”, dijo, antes de llorar.