Yahoo Noticias Menos inmigración y más impuestos, las promesas del nuevo primer de Francia, Michel Barnier
El discurso del nuevo primer ministro francés en la sesión inaugural de la legislatura recién elegida fue una prueba crucial para su Gobierno, que ya está notando la dificultad de no tener una mayoría clara en el Parlamento.
El martes, el derechista Michel Barnier, ex negociador de la UE, se enfrentó a los abucheos de los diputados de izquierdas y a las críticas inmediatas de la extrema derecha, que se ha convertido en una fuerza poderosa tras los resultados de las elecciones anticipadas celebradas en verano.
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Barnier prometió mantener una postura de línea dura frente a la inmigración irregular, pidiendo un "mejor control" del número de personas que llegan a Francia. Propuso "facilitar" la detención de los extranjeros que permanezcan ilegalmente en el país, a la espera de que se ejecuten las órdenes de expulsión.
Afirmó que Francia seguirá "mientras sea necesario" aplicando controles en sus fronteras nacionales en la zona sin pasaportes de Europa. Además, Barnier sugirió que el número de visados concedidos estaría condicionado a la capacidad de otras naciones para proporcionar documentos consulares a sus ciudadanos deportados de Francia tras llegar ilegalmente.
El debate en torno a la inmigración en Francia se ha disparado aún más desde que un marroquí de 22 años fue señalado como presunto asesino y agresor agresor sexual de una estudiante de 19 años llamada Philippine. La joven fue asesinada y violada en un exclusivo barrio de París a finales de septiembre.
En una entrevista concedida el domingo a la cadena francesa 'LCI', el ministro del Interior, Bruno Retailleau, afirmó que debería celebrarse un referéndum sobre la cuestión de la inmigración.
Lamentó que la Constitución francesa no lo permita. En la actualidad, Francia no puede celebrar un referéndum sobre la inmigración, ya que la cuestión no entra dentro de los temas sobre los que pueden celebrarse votaciones de este tipo.
Estar al lado de Ucrania y "seguir activos" en Oriente Próximo
Francia "permanecerá al lado del pueblo ucraniano", declaró Barnier el martes. Subrayó que los ucranianos luchan "para defender su soberanía y su libertad" y los "valores compartidos" con Francia y Europa.
Barnier se comprometió a poner en práctica el plan francés de miles de millones de euros para aumentar el gasto militar en los próximos años, impulsado por la guerra en Ucrania. Francia "también permanecerá activa" en Oriente Medio, añadió.
"El empeoramiento de la situación en Líbano requiere nuestra plena movilización con nuestros socios en la región, Estados Unidos y europeos, para poner fin lo antes posible a unas hostilidades que amenazan gravemente la estabilidad de toda la región", dijo.
Más impuestos y menos gastos
Otra de las grandes prioridades del primer ministro Michel Barnier es poner remedio a las endeudadas finanzas públicas francesas. En su discurso, Barnier dijo que su Gobierno intentará reducir el déficit de Francia de un 6% del Producto Interior Bruto estimado ahora a un 5% el año que viene y por debajo del 3% en 2029.
Para ello, prometió recortar los gastos del Estado, gastar el dinero de forma más "eficiente" y luchar contra la evasión fiscal y otros fraudes, "la verdadera espada de Damocles es nuestra colosal deuda", dijo. "Si no tenemos cuidado, llevará a nuestro país al borde del precipicio".
Un impuesto a los ricos
El primer ministro anunció también un impuesto "excepcional" sobre las personas más ricas de Francia, que el ministro francés de Presupuesto y Cuentas Públicas, Laurent Saint-Martin, reveló que se aplicará a los hogares que ganen al menos "500.000 euros al año".
En declaraciones a la emisora francesa 'France 2' el jueves por la mañana, explicó que esto equivaldría al 0,3% de los contribuyentes franceses. También dijo que se pedirá un "esfuerzo" contributivo adicional a las grandes empresas que obtengan grandes beneficios.
Francia está sometida a la presión del Ejecutivo comunitario para que reduzca su deuda. Aun así, las subidas de impuestos irían en contra de la filosofía fiscal del presidente francés, Emmanuel Macron, que recortó sistemáticamente los impuestos cuando aún tenía un Gobierno con una clara mayoría en el Parlamento. Barnier también dijo que su objetivo es frenar el gasto, afirmando que Francia tiene "mucho que hacer", pero "debe hacerlo con poco".
