Nuevo informe detalla quejas sobre ‘tirano’ que fue director de Vivienda de DeSantis

Antes que el gobernador Ron DeSantis lo seleccionara como director de vivienda asequible de la Florida, Mike DiNapoli supervisó un fondo de $700 millones para viviendas durante la pandemia en el Departamento de Oportunidades Económicas (DEO) del estado.

Pero era tan hostil y altivo con los contratistas que gestionaban el programa que se le prohibió contactar con algunos de ellos, según un informe del inspector general centrado en la etapa de DiNapoli en la Florida Housing Finance Corp. La investigación se publicó recientemente de forma discreta en el portal digital de la corporación y no se había informado sobre ella con anterioridad.

La historia de DiNapoli en el Departamento de Oportunidades Económicas de la Florida, ahora conocido como Departamento de Comercio, es anterior a la agitación y el abuso que los empleados dijeron haber experimentado durante los nueve meses en que DiNapoli supervisó la corporación de vivienda. DiNapoli renunció el mes pasado, un día antes de que la junta directiva de la organización se reuniera para debatir su contratación.

El informe del inspector general concluía que DiNapoli creó un ambiente de trabajo hostil y infringió varias normas de la entidad estatal de vivienda. Los empleados describieron a un jefe poco profesional que estallaba en cólera por actividades hasta entonces rutinarias. Amenazaba repetidamente con despedir a la gente y dos empleados dijeron a los investigadores que su comportamiento afectó a su salud mental.

“No quiero entregar mi talento a este tirano”, dijo al inspector general el director de gestión de datos de la empresa, según el informe.

La saga sobre la contratación de DiNapoli estableció un inusual enfrentamiento público entre DeSantis y la junta de directores de la entidad, en su mayoría nombrados por DeSantis, pero que dirigen una entidad que se supone que es independiente de su administración. La entidad es efectivamente un banco creado por el estado que gestiona miles de millones en bonos y dólares para viviendas asequibles.

En julio la junta puso a DiNapoli en licencia administrativa remunerada a la espera del resultado de la investigación del inspector general. En agosto, DeSantis lo reincorporó y un portavoz afirmó que la investigación “no encontró nada que justificara la baja administrativa del Sr. DiNapoli”.

Después que el inspector general Chris Hirst dio a conocer sus conclusiones a la junta, esta lo puso en licencia por segunda vez. El secretario de prensa de DeSantis, Jeremy Redfern, luego criticó a la junta como miembros del “estado profundo” que carecían de la “capacidad de separar los hechos de la ficción”.

Nuevos detalles

El informe de Hirst aporta detalles sobre las acusaciones contra DiNapoli.

DiNapoli fue durante mucho tiempo asesor financiero en la Ciudad de Nueva York hasta 2015, cuando perdió su empleo en la firma de servicios financieros UBS. Semanas después, una mujer que afirmaba que DiNapoli era su hermano presentó una queja alegando que robó dinero de su cuenta y falsificó su nombre en un cheque.

A partir de entonces, se vio inmerso en varias dificultades financieras. Su casa de Ocala entró en juicio hipotecario, los acreedores embargaron sus cuentas bancarias y se declaró en quiebra.

DiNapoli aceptó entonces un puesto de nivel medio en el Departamento de Oportunidades Económicas y fue ascendido para supervisar el Fondo de Asistencia a los Propietarios de Viviendas de la Florida, un programa federal para ayudar a la gente a pagar sus viviendas durante la pandemia.

La Florida contrató a la empresa Horne para administrar el programa. Hirst entrevistó a dos ex empleadas de Horne, quienes dijeron que dejaron la empresa porque DiNapoli era poco profesional, altivo e hizo que una de ellas se sintiera incómoda.

DiNapoli tenía “prohibido” ponerse en contacto con algunos miembros del equipo de Horne, un hecho que “había que recordarle constantemente” a DiNapoli , según dijo una de ellas a Hirst, según el informe.

Esa empleada también se puso en contacto con un socio de Horne, que “viajó a Tallahassee para mantener una reunión con directivos desconocidos de la DEO”, afirma el informe de Hirst.

DiNapoli dijo a Hirst que no se enteró de las quejas y que nunca se habló con él sobre su comportamiento. DiNapoli dijo que un empleado de tecnología de la información en el Departamento de Oportunidades Económicas presentó una queja sobre un comentario que DiNapoli hizo, pero él se disculpó, según el informe.

En febrero, DeSantis lo nombró para dirigir la entidad estatal de vivienda.

Hirst entrevistó a 17 empleados actuales y antiguos, incluidos numerosos altos directivos, con más de 183 años combinados de experiencia en la organización. Todos dijeron que habían sido víctimas o testigos de comportamiento poco profesional.

Varios describieron el deseo de DiNapoli de controlar la información enviada a personas ajenas a la entidad. Implementó un cambio para desacelerar la divulgación de registros públicos y no quería información por escrito, dijo uno de los asesores legales de la corporación.

Dos personas afirmaron que amenazó con despedirlas: una después que se comunicó con miembros de la junta y otra después de enviar un correo electrónico rutinario a partes interesadas externas.

DiNapoli también hizo comentarios a los empleados que algunos consideraron ofensivos, incluidos comentarios sobre el peso. Una persona que denunció que DiNapoli dijo que su esposa había dejado el trabajo porque “se había lesionado levantando del retrete a gordos de 400 libras”, según el informe. El informe no indica cuál era el trabajo de la esposa de DiNapoli.

DiNapoli dijo al inspector general que no recordaba haber hecho esa declaración exacta, pero sí “haber afirmado que su esposa se lesionado levantando a personas y empujándolas en sillas de ruedas”.

El director financiero de la corporación dijo a Hirst que DiNapoli también comparó “la gestión del personal con el entrenamiento de un caballo, convenciendo o engañando a la gente para que haga algo sin que sepan que lo están haciendo”.

En su carta de renuncia, DiNapoli arremetió contra los “ataques despiadados” de los miembros de la junta directiva y los “burócratas de carrera que llevan muchos años controlando la organización”.

“Dado el momento y las acusaciones infundadas de la investigación, creo que forma parte de un ataque desesperado y coordinado para frustrar mis esfuerzos de reforma”, escribió DiNapoli. “Este nivel de corrupción no debe tolerarse”.

Tres personas que fueron entrevistadas para la investigación dijeron que no habían visto a DiNapoli ser abusivo, aunque uno dijo que la corporación compró máquinas de ruido blanco para la oficina de DiNapoli “porque se le podía oír por los pasillos”.

Los tres fueron contratados durante el mandato de DiNapoli, entre ellas Amanda Prater, quien desde entonces se fue y ahora es jefa de personal en el Departamento de Educación de DeSantis, según su página de LinkedIn.