Industrias alimentos de Puerto Rico y región mejoran la producción con el COVID-19

San Juan, 5 jun (EFE News).- Las industrias de alimentos y bebidas de Puerto Rico, el Caribe y Centroamérica acelerarán la eficacia de sus sistemas de producción tras el impacto del COVID-19, pandemia que ha provocado en las empresas del sector la necesidad de mejora ante los nuevos retos de la demanda.

Mariano Soria, consultor de la industria para alimentos y bebidas de la compañía Rockwell Automation, señaló este viernes a Efe que el impacto del coronavirus en los países de la región provocó, entre otras consecuencias, una disminución del personal en las plantas debido a las medidas sanitarias, lo que a su vez obligó a buscar mejoras en productividad.

Soria destacó que Rockwell Automation ha tratado en este periodo de ayudar a sus clientes en las mejoras de producción en sus plantas de alimentos y bebidas, un sector crítico en un momento como el de la pandemia en el que, en los primeros momentos, se produjo un aumento de la demanda de esos bienes ante el temor a un desabastecimiento que nunca se produjo.

Explicó que Rockwell Automation es una de las empresas dedicadas a la automatización e información industrial más grandes del mundo, por lo que ha tratado de poner toda su experiencia a disposición de las compañías de alimentos y bebidas en un momento como es la pandemia del COVID-19 en el que la provisión de víveres era básica para la tranquilidad de la población.

LA PANDEMIA PROVOCÓ UNA REDUCCIÓN DE PERSONAL EN LAS FÁBRICAS

"La pandemia provocó la reducción del personal en las operaciones de las plantas, lo que generó la necesidad de suplirlo con otras fuentes, además de acelerar los procesos tecnológicos", destacó Soria.

Explicó que las condiciones geográficas de Puerto Rico hacen que la isla sea más vulnerable a los efectos de la pandemia, ya que la cadena de suministro se ha visto notablemente afectada, impactando a algunas de empresas por la alta dependencia de las importaciones.

En otros casos de empresas de la isla no hubo forma de distribuir los productos finales, por ejemplo, las plantas productoras de leche tuvieron que desechar la producción por falta de transporte.

Otro factor que se ha dado en Puerto Rico con la crisis del COVID-19 es la falta de flexibilidad de muchas empresas para adaptarse a las nuevas exigencias en demanda, haciendo imposible modificar la producción de productos que eran esenciales.

Desde el punto de vista de automatización muchas empresas de la isla no tenían sistemas flexibles que permitieran hacer estos cambios de manera rápida.

"No estaban -las empresas de Puerto Rico- del todo preparadas. No todas estaban conectadas con sistemas donde pudieran tener control de su planta completa desde un lugar centralizado", indicó.

Soria recordó que la pandemia se dio en buena parte del mundo y que la Región Andina de Rockwell Automation, que cubre Ecuador, Colombia, Venezuela, Centroamérica y el Caribe, no ha sido una excepción.

COMPORTAMIENTO SIMILAR DE LAS INDUSTRIAS DE ALIMENTOS

"Las empresas industriales de alimentos y bebidas de Puerto Rico tienen un comportamiento similar a las del resto de América Latina, a pesar de su estatus de Estado Libre Asociado a Estados Unidos", señaló.

El representante de Rockwell Automation explicó que las consecuencias para el sector del COVID-19 en Puerto Rico y la región es que estas empresas desarrollarán procesos más autónomos, teniendo en cuenta que la crisis provocó la ausencia de personal, en algunas ocasiones clave, en las plantas de producción.

"La crisis del coronavirus puede generar una presión para anticipar los cambios en la demanda de los consumidores", destacó, tras matizar que eso supone que las fábricas manufactureras de alimentos y bebidas dispongan de equipos más inteligentes.

Otras de las consecuencias para las empresas del sector en la isla es que las plantas industriales del sector puedan hacer cambios de productos de manera expedita según como el mercado lo requiera.

Además, se tenderá gestionar las plantas de una forma segura con una cantidad de empleados mínima pero con soporte remoto.

PLANTAS DE LA REGIÓN DE 20 O 30 AÑOS

En el caso de la región caribeña y centroamericana, recordó que las plantas de alimentación y bebidas tienen una antigüedad de entre 20 y 30 años de media, lo que da margen para una modernización importante.

Las plantas más modernas de esta industria se encuentran en Estados Unidos y Europa, mientras que a un escalón inferior están las que las multinacionales tienen en países de Latinoamérica, con un tercer nivel para empresas familiares de la región.

"Se puede producir un cambio de paradigma por el COVID-19 en el que también cambien las prioridades de las compañías", sostuvo Soria, para quien el proceso lógico es tender hacia una integración de redes.

La instalación de equipos que permitan procesos remotos, distintos modos de producción, digitalización de procesos y la convergencia de redes son ejemplos de cambios que introducirán las empresas ante la nueva realidad provocada por el coronavirus en Puerto Rico, Centroamérica y la región caribeña en su conjunto.

"El COVID-19 ha provocado un cambio en las prioridades de las empresas, que ahora apostarán por la digitalización de procesos productivos, la transformación digital y una centralización de la información", sostuvo.

Todos estos cambios permitirán un avance en las empresas manufactureras de alimentos y bebidas que permitirá mejores productos para la población.

(c) Agencia EFE