Impulsar la creatividad mediante el pensamiento lateral

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Tradicionalmente los educadores han enfatizado el razonamiento lógico como una herramienta para desarrollar el conocimiento, ampliar el saber y dar respuesta a las cuestiones básicas. El razonamiento lógico subyace a la metodología científica y al pensamiento analítico empleado en la justificación de decisiones empresariales o legales. Pensar de manera ilógica es objeto de crítica y, frecuentemente, de chanza.

Sin embargo, algunos psicólogos y educadores han defendido la utilidad del pensamiento que se sitúa fuera de la lógica para estimular la creatividad, la perspicacia o el ingenio. Todas esas son habilidades fundamentales para la innovación: desde el mundo de los negocios a las artes creativas, la literatura, la política e incluso la ciencia.

En la caja de pensar

La expresión pensar fuera de la caja suele referirse a esta manera de pensar o razonar. El origen de esta expresión surge del célebre rompecabezas que planteaba cómo unir los nueve puntos del gráfico reproducido abajo, con sólo cuatro líneas rectas y sin levantar el lápiz del papel.

Muchos de quienes se enfrentan por primera vez a este ejercicio hacen varios intentos para finalmente tirar la toalla. En mi caso, como carezco de inteligencia espacial, suelo desistir incluso antes de intentarlo.

La solución al problema está, precisamente, en trazar líneas que vayan más allá de los puntos. Esto es, dibujar las líneas fuera de la caja representada por esos puntos. Es una manera de razonar discordante, porque a muchos no se nos ocurriría trazar líneas oblicuas o extender las rectas fuera del perímetro marcado.

Mapa del canal de Panamá.

Una pregunta, ¿en qué dirección transcurre un barco que cruza el canal de Panamá si navega desde el Mar Caribe hacia el océano Pacífico? Muchos responderán, recordando los mapas de la zona, que en dirección este-oeste. Sin embargo, el istmo por donde transcurre el canal tiene una forma parecida a la de un sifón. Esta orografía caprichosa hace que su entrada por el Caribe esté al oeste de la salida por el Pacífico.

Disrupción versus lógica

El pensamiento lógico, ampliado por el conocimiento adquirido, es el empleado generalmente para dar respuesta a cuestiones empresariales. Sobre todo en áreas como la contabilidad financiera, donde existen respuestas binarias o el rango de soluciones razonables es limitado, la lógica tiene más peso.

En cambio, en la estrategia y el marketing, donde existe terreno abonado para la creatividad, es conveniente pensar fuera de la caja o emplear métodos alternativos de formulación de ideas, como el denominado pensamiento lateral.

¿Puede la inteligencia artificial generativa proporcionar respuestas fuera de la caja a cuestiones empresariales complejas? Según mi experiencia, aunque se le pidan opciones fuera de la caja, ChatGPT ofrece soluciones excelentes y exhaustivas pero que provienen de razonamientos lógicos y de la información recabada de múltiples fuentes.

Comparativamente, cuando pregunto a mis alumnos por soluciones fuera de la caja, sus propuestas suelen ser más aventuradas, alógicas o incluso ilógicas. Pero esta forma creativa de pensamiento es la que se encuentra en la frontera de la innovación.

Pensar ‘de lado’

El pensamiento lateral estimula el desarrollo de la creatividad, la perspicacia y el ingenio al dar al pensamiento un enfoque creativo e imaginativo. El pensamiento lateral evita la lógica, rompe con el patrón causa-efecto y busca la solución a un problema de forma indirecta (e incluso absurda).

Su padre intelectual fue Edward de Bono, psicólogo y profesor de origen maltés, un influyente pensador en el desarrollo ejecutivo, cuyas ideas se han implementado en múltiples programas de gestión. Dos de sus libros son utilizados frecuentemente para explorar métodos alternativos sobre temas complejos, y dinámicas para trabajar en equipo de manera más eficiente.

En Seis sombreros para pensar propone una metodología para combatir el pensamiento de grupo y aprovechar las sinergias de la participación de todos sus miembros.

Efectivamente, en ocasiones las virtudes del trabajo en equipo también pueden ser la semilla de su destrucción. Algunos equipos muy cohesionados, con un marcado instinto competitivo, espíritu ganador y cierto complejo de superioridad, pueden adoptar un sentimiento de invulnerabilidad y una tendencia a converger.

Esto suele desembocar en el rechazo de otras opiniones, informaciones y datos que contradigan las posiciones que se han consensuado, así como en la demonización de cualquiera que no esté de acuerdo con las ideas comunes, cegando a los miembros del equipo ante otras distintas. Este síndrome se agudiza cuando el líder del grupo impone sus preferencias.

Obviamente, estas prácticas cercenan la innovación, la creatividad y el pensamiento lateral.

Explica De Bono que, en cambio, con el pensamiento paralelo, todos los pensadores miran en la misma dirección en todo momento. No hay que responder a lo último que se ha dicho: simplemente se añade otra idea paralela. Al final, el tema se habrá explorado en todas sus facetas de forma rápida.

Para ello, propone que, en distintos momentos de la discusión en grupo, los participantes se pongan un sombrero distinto y adopten puntos de vista alternativos, sin aferrarse a los planteamientos que tendrían lugar en las reuniones convencionales.

“Con el método de los seis sombreros –explica De Bono– intentamos hacer las cosas de una en una. Hay un momento en que buscamos el peligro (sombrero negro). Hay otro en que buscamos nuevas ideas (sombrero verde) y otro en que nos concentramos en la información (sombrero blanco). No intentamos hacer todo al mismo tiempo”.

La investigación también muestra que una forma de promover el pensamiento paralelo en los grupos de trabajo es favoreciendo la diversidad, no solo demográfica (género, etnia, identidad y orientación sexual), sino especialmente con personas con visiones diversas del mundo y con capacidades y habilidades complementarias.

En todo caso, como pone de relieve De Bono, el papel del líder del grupo como catalizador de ideas diversas y del pensamiento lateral es fundamental para alcanzar resultados creativos, fuera de la caja.

Visión poliédrica

En El pensamiento lateral, De Bono amplia su análisis sobre formas de ensanchar la reflexión y el análisis de problemas. Para ello distingue entre el pensamiento vertical –tradicional y fundamentalmente deductivo– y el lateral, intuitivo y desmadejado.

El pensamiento lateral tiene como objetivo cambiar los modelos, explica, que suelen utilizarse a la hora de planear y justificar la toma de decisiones. El uso de la provocación o las analogías son algunas de las técnicas que propone para acrecentar el pensamiento lateral, aunque en su opinión se trata de una facultad relativamente innata.

De Bono fue el precursor de muchas ideas que posteriormente han sido desarrolladas en el ámbito de la psicología cognitiva por autores como Howard Gardner, Daniel Goleman o Daniel Kahneman. La mayoría de sus intuiciones eran acertadas, aunque sus métodos todavía eran embrionarios, lo que le convirtió en blanco de algunas críticas. No obstante, su contribución marcó un paso decisivo en la formación de ejecutivos, y sus técnicas son empleadas en el desarrollo directivo.

Más humanidades

A continuación, ofrezco algunos consejos basados en mi experiencia que complementan la sugerencia de leer los libros de De Bono:

  • Si existe satisfacción con los resultados de su departamento y piensa que no hay que cambiar la manera de hacer las cosas está en el momento preciso de plantearse reformas. La satisfacción y el éxito producen complacencia. Además, cuando la manera de proceder tradicional empiece a decaer y generar malos resultados, que es algo que sucederá porque todo cambia, será más difícil la transformación y tendrá menos tiempo para implementarla.

  • El seguimiento de los competidores y el análisis del entorno es fuente de ideas y de innovación. Siga no sólo a los líderes de su sector, sino también a los recién llegados y a los disruptores, de los que se puede aprender mucho y a los que se suele despreciar injustificadamente.

  • Desarrolle la virtud de escuchar, quizás la menos practicada cuando se desempeñan puestos de liderazgo por la obsesión de los jefes de mantener el control y tener razón. Escuchar, especialmente a la gente que discrepa de sus opiniones, o que tienen visiones distintas de un problema, suele abrir la mente y estimular el pensamiento lateral.

  • Aborde la formación continua con la certeza de que el aprendizaje se mantiene a lo largo de la vida. Aunque hayamos adquirido experiencia, ensancha los puntos de vista del conocimiento y proporciona ángulos distintos para resolver los problemas.

  • Acérquese a las humanidades, la literatura, el arte, las artes dramáticas, que le mostrarán formas alternativas de ver el mundo. No lea únicamente a sus autores preferidos, intente ampliar sus gustos, cultive lo diverso y amplificará el entendimiento transversal.

Quizás el estadio ideal que se puede alcanzar cuando se domine el pensamiento lateral es no solo pensar fuera de la caja, sino incluso pensar sin cajas. Pienso que ese estadio de creatividad sublime será difícil de alcanzar por parte de los ingenios de inteligencia artificial generativa, ¿o no?


Una versión de este artículo se publicó en LinkedIn.

Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation, un sitio de noticias sin fines de lucro dedicado a compartir ideas de expertos académicos.

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Santiago Iñiguez de Onzoño no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.