Imaray Ulloa y su estrategia de influencer. ‘No borro comentarios, en todos hay beneficio económico’

Imaray Ulloa no se tomó en Miami la Coca-Cola del olvido, porque siempre está pensando en sus seres queridos, en los de aquí y en los de allá. Pero sí ha logrado hacer algo que no la dejaban en Cuba. Cuando actuaba en el teatro de la isla, no querían que representara personajes de mala. Siempre era la princesa, la buena, y estaba un poco cansada de eso, reconoce Imaray.

En Estados Unidos la actriz se ha desquitado, al popularizar en sus redes sociales el personaje de la Tóxica, que destaca sobre todo por su risa malvada, traviesa, pícara y hasta un poco intimidante.

Hoy Imaray Ulloa es una de las influencers cubanas más poderosas, con más de 3 millones de seguidores en las redes sociales, lo que la llevó a ser reconocida como “la mejor influencer” en los Premios Juventud 2021.

Imaray Ulloa abre serie sobre influencers de Miami

Con Imaray el Nuevo Herald inaugura la serie 305 influencers, que busca profundizar en la vida detrás de la cámara del teléfono de los creadores de contenido que han conseguido capturar la atención y cautivar a miles y hasta millones, trabajando desde el sur de la Florida, pero llegando a tantos fuera de las fronteras de Estados Unidos.

“Hombres y mujeres me aceptan, y me siento muy feliz”, dice Imaray, que describe a su Tóxica como una mujer extremadamente celosa, que rebasa los límites de la cordura y se convierte en una auténtica perseguidora de su pareja.

La actriz e influencer de 33 años también tiene un show que sale los lunes, miércoles y viernes por YouTube, Vive la vida con Imaray Ulloa, “que trata temas que a las mujeres les interesan, cómo llevar una relación que está teniendo problemas, o hablar de sexualidad”, ejemplifica. En este espacio tiene 326,000 subscriptores.

“Me gusta tener tensión de trabajo”, reconoce Imaray, que no se quedó encasillada como influencer y, siguiendo los pasos de otros compatriotas que han tenido éxito como emprendedores, se lanzó en uno de los campos que la apasionan, la moda.

En febrero abrió la tienda virtual IO Fashion, con su amiga y ahora socia de negocios, Olenia Caymares.

“IO Fashion es la combinación de las iniciales de nuestros nombres, y además el nombre de una diosa griega asociada a la belleza”, dijo Imaray.

“Queremos vestir a todo tipo de mujer. No tiene que ser una mujer delgada o alta para vestirse de IO Fashion”, precisó Imaray, que llevó para la sesión de fotos con el Nuevo Herald un vestido rojo muy sexy, el mismo que lució en la fiesta de lanzamiento de IO Fashion.

Imaray sostiene una relación romántica con el cirujano Fabián Fontaine Figueredo. En esta entrevista nos enteramos de otros detalles de su vida, como el terrible accidente que sufrió de niña, su timidez, su amor por la familia, qué determina que el esfuerzo constante que requieren las redes se traduzca en ganancia monetaria, cómo responde cuando la insultan y por qué detesta su nombre.

Las personas públicas siempre tienen un lado que no se conoce. ¿Qué no sabe la gente de ti?

Uno muestra en las redes lo que uno quiere que vea la gente, pero realmente lo que no se sabe de mí es lo tímida que puedo ser en mi vida privada. Soy callada, muy familiar, pendiente todo el tiempo de mi sobrina, de mis padres, de mis abuelos, de los que están en Cuba, de los que están aquí. Creo que eso es lo que no se sabe porque grabo constantemente todo de mi vida.

Desde que me levanto tengo una cámara en mi mano, porque para las redes sociales todo el tiempo hay que estar activo. Y también tengo un show que es de mi vida. Pero estoy en mi mundo. A veces me entero de las cosas que suceden en el medio artístico y de los influencers porque vienen y me lo cuentan. Siempre estoy concentrada en mi trabajo y en la cantidad de proyectos que tengo.

¿Cómo es ese mundo tuyo y cómo te nutres para buscar ideas?

Necesito más de 24 horas en el día. No me da para todo, pero lo principal es que mi vida cotidiana es muy activa, y eso es lo que hace que tenga ideas nuevas para hablar de eso. Para los temas de mi show me baso en lo que he vivido, o le hago preguntas a mi abuela, que tiene experiencias muy graciosas.

Pasa lo mismo con las comedias. Hay muchos seguidores que me ayudan porque me mandan ideas, memes, videos de otras personas. Me voy enriqueciendo de lo que sucede en la vida. Siempre tengo a mi primo escondido con una cámara, grabando todo lo que hago, porque todo es material, todo funciona.

Después que termino de trabajar, dejo una hora y media o dos horas para ir a entrenar, para no perder la figura. No tengo tiempo de estar sentada para ver una película. Cuando por la noche pongo una, me duermo.

¿Cómo era la niña y joven Imaray en Cuba?

Soy nacida en Sancti Spíritus, pero suelo decir que soy de Guanabacoa, porque desde muy chiquitica vivía allí. Fui una niña extremadamente tímida, muy calladita, muy buena en la escuela, era como si no existiera. Estaba en una sillita ahí, y lo que hacía era dibujar. Amaba las artes plásticas, fui seleccionada para la Academia de San Alejandro. No lo pude hacer por un accidente. Me tomé un producto químico por equivocación cuando era niña y tenía que estar hospitalizada todo el tiempo.

Pero luego entré al mundo del teatro, y me enamoré por completo. Logré entrar a la escuela de arte y ahí pude crecer profesionalmente. Siempre haciendo personajes positivos, de buena, de princesa. Quería hacer personajes de mala, pero nunca me dieron la oportunidad. Me decían: ‘Eres muy angelical’. Yo era rubia natural.

Cuando llegué a Estados Unidos y pude hacer un personaje de mala, decía: ‘Qué satisfacción, qué bien me siento, porque lo deseaba’. Después dije, quiero quedarme por esa línea y lo empecé a trabajar sola, hasta que me salió lo que soy ahora, un personaje de mala.

Cómo consigues esa ‘mujer tóxica’, y cómo se ha puesto tan de moda, hasta la frase.

No tengo la menor idea de cómo pegó tanto. Las mujeres se sienten identificadas con la Tóxica porque digo cosas que ellas no se sienten capaces de decir, porque pueden ser un poco fuerte, y se refugian en un video mío, que ellas pueden compartir. Eso es lo que ha funcionado: digo cosas fuertes, trato de no llegar a la grosería, pero eso gusta. Se ha pegado el tema tóxica, estás en la moda, si lo eres.

Cómo concibes a esa mujer tóxica

Una mujer tóxica es esa persona que está pendiente del teléfono de su pareja. Adónde vas, de dónde vienes, le pregunta. Tengo amigas que le han puesto GPS a su pareja. Están revisándole la vida. Una mujer tóxica pregunta, por ejemplo: ‘¿Por qué te echas perfume para ir a trabajar?’. Es un exceso de celos. Se va del nivel lógico, porque podemos celar a nuestra pareja, porque sentimos que es lindo, sexy, pero tóxico es cuando te pasas del nivel. Cuando cualquier cosa provoca la toxicidad. Y eso es lo que soy yo en las redes sociales.

¿Qué dicen de eso tus seguidores hombres?

Pensé en algún momento que los seguidores hombres me iban a odiar. ‘Mira, las mujeres tirándonos a nosotros’. Pero es todo lo contrario, ellos me quieren mucho. Cuando me ven por la calle me dicen: ‘Tengo en mi casa a una Imaray’. No me esperaba que los hombres establecieran esa química conmigo.

Hay niñas que han nacido ahora que le han puesto Imaray. Es increíble lo que he causado con eso. Hombres y mujeres me aceptan y me siento muy feliz.

Cuál es la historia de tu nombre

Ese nombre nunca me gustó. Le decía a mi mamá: ‘¿por qué me pusiste ese nombre? Yo quería un nombre pequeño. Mi mamá me explicó que el nombre lo tomó de unos episodios; la protagonista se llamaba Imaray. Ella se enamoró de niña de ese personaje y a todas sus muñecas les puso Imaray.

Cuando llegué a este país, en mi primera entrevista dije que mi nombre no me gustaba. Y hoy en día amo mi nombre, siento que esa soy yo. Pero me costó mucho tiempo enamorarme de mi nombre. Hay mucha gente que le gusta.

¿Cuáles fueron tus primeros pasos en el exilio?

Llegué en el 2013 a Estados Unidos, tuve la suerte que me conocían por mi trabajo en Cuba y me llevaron a una entrevista en Mega TV. Uno de los productores me dijo que hiciera una prueba para El show de Fernando Hidalgo. Lo vi como una oportunidad, y entré y me dijeron que no necesitan actrices, sino bailarinas. Yo puedo hacer un baile en una fiesta, pero no soy bailarina.

Fue muy duro porque me sentía fuera de lugar. Las muchachas eran bailarinas, y yo no lo era. Tampoco ellas tenían mucha intención de ayudarme. El momento más duro en la televisión ha sido ese. Tuve que improvisar, todas las muchachas iban para la derecha y yo para la izquierda. Aquello era horroroso. Pero después de eso me puse muy fuerte, me aprendí los pasos poco a poco. Hasta que empezaron a darme personajes pequeños para colarme como actriz, que era lo que realmente quería.

Desde el primer personaje me quedé. Trabajaba por la noche en la televisión, pero por el día tenía que hacer algún trabajo. Entonces empecé a estudiar Cosmetología. Me gradué y lo trabajé profesionalmente. Hacía televisión y teatro. Estuve en Akuara Teatro.

Entré a trabajar en América Tevé por las noches. Fui a ver a Carlos Otero y le pedí que me probaran. Empecé allí haciendo el personaje de una gemela. Luego dejé la Cosmetología, empecé a trabajar en cafeterías. Luego volví a Cosmetología porque ese salón siempre me abría las puertas. Hasta que empecé en redes sociales, y dejé la televisión y los trabajos part-time para dedicarme a un trabajo que se lleva todo el tiempo. Si no le dedicas todo el esfuerzo, las redes no te funcionan.

¿Cuándo alguien se convierte en un influencer?

Es difícil. No es tan simple como decir voy a hacer comedia, o voy a hablar de un tema específico. Se trata de conectar con un grupo de personas que estén de acuerdo contigo y que te empiecen a seguir en tu idea, ya sea comedia, o un tema de política, o cualquier tema que desees. Pero creo que te vuelves influencer cuando logras mover masas a tu favor, a tu idea, a lo que estás informando.

En mi caso me doy cuenta que empiezo a ser influencer cuando hago los primeros videos de comedia y la gente se empieza a ver reflejada, y cuando la gente en la calle me empieza a saludar y me dicen que ellos me siguen y también sus familiares y amigos.

Cómo ha sido la transformación desde los primeros videos hasta volverte una profesional?

A veces me siento y veo mis primeros videos en las redes sociales, de comedia, por ejemplo, y me da pena. Le faltaba de todo. Estaban como secos. Yo al principio quería que fuera profesional, con cámaras, al estilo televisión, y me di cuenta que las redes no tienen nada que ver con eso. Las redes con un teléfono te funcionan mejor que con una cámara profesional. Mis videos más virales son los que hago con un teléfono.

¿Apuestas por lo auténtico?

Estoy a favor de lo que sale natural. De hecho, en la mayoría de los videos que hacía con mi familia, me gustaba porque no eran actores. Me gustaba la idea de que eran un novio real y una suegra real, y que la historia naciera de lo natural, que era lo que realmente gustaba. Las cosas que yo hago con mi abuela, lo gracioso es que mi abuela no es actriz y dice cosas que la gente se ríe.

¿Cuándo empieza a ganar dinero un influencer y cuándo puede decir, esto es algo de lo que puedo vivir?

Para ganar en las redes sociales, lo primero a tener en cuenta es la cantidad de reproducciones por video. Puedes tener 300,000 reproducciones en uno, en el otro 20,000 y en el otro los números están como bajitos, y eso no te representa economía. Creo que los videos que se hacen virales son los que te ayudan a tener una alta economía o al menos una mediana.

El número de seguidores es importante porque mientras más seguidores, más reproducciones. El alcance, los comentarios, son muy importantes, porque cuando comentas un video, a las personas cercanas a ti, les sale ese video.

Por eso no borro comentarios, positivos o negativos, no importa, hay un beneficio económico, así que usted comente, para bien o para mal.

Cuando hay un comentario negativo, cómo lo procesas, porque la gente puede ser muy hiriente.

Los comentarios negativos no suelen suceder porque la mayoría de las veces presento comedias. Cuando creo que algo puede ser agresivo hacia mí, lo ignoro. Trato de no leerlo. Hay una opción que tiene Instagram de ocultar los comentarios. Esa persona, cuando comente, va a ver su comentario, pero nadie más lo verá, incluso yo.

Si es alguien que en algún momento me dijo algo, lo ignoro porque sé que trabajo para un público muy amplio. De verdad que no me afecta porque si tienes un alcance de más de 3 millones de seguidores es normal que haya personas que no estén de acuerdo contigo.

Cómo te sientes con relación a la responsabilidad que suponen las redes

Yo cuido lo que digo en las redes sociales. La gente piensa que todo lo que digo me sale y pum. No, todo lo que digo lo pienso, porque hay una responsabilidad muy grande en lo que vas a decir cuando llegas a una masa de personas. Incluso cuando estoy en familia, en fiestas, y me graban, les pido por favor, que antes de “postearlo” me lo muestren, porque cualquier cosa puede ser malinterpretada.

¿Qué te hace emprender y por qué escogiste la moda?

Me gusta salirme de mi zona de confort. Cuando me siento cómoda en un medio, digo que debo crecer un poquito. Quería hacer otro proyecto que no tuviera que ver con las redes sociales. Pensé abrir un gimnasio, pero hay tantos y tanta competencia. Alguien me recomendó un restaurante, pero la comida y yo no somos compatibles porque no me siento reflejada en ese tipo de negocio. Pensé entonces en una tienda de ropas.

Estaba con una amiga, disfrutando del sol, y le dije: ‘Ole –ella se llama Olenia, mi actual socia– quiero abrirme un negocio, guíame. ¿Qué me recomiendas?’ Ella me dice: ‘Me parece que contigo va la ropa, el fashion, el modelaje’. Y me dijo que quería estar conmigo en el negocio. Ahí abrimos una botella de champán y brindamos por el negocio. Empezamos a buscar nombre, hasta que a Olenia se le ocurrió. Lo que queremos con IO Fashion es llegar a todo tipo de mujer.

¿Te consideras una persona exitosa?

Sí me considero una persona exitosa, porque me pongo metas y las voy cumpliendo. Cuando te propones algo y lo logras, eres una persona exitosa en lo que te has propuesto. Creo mucho en las energías, en visualizar lo que quiero, y dedico un espacio para pensar en lo que quiero y cómo lograrlo.

Incluso en la música, me he atrevido a salirme de mi zona de confort, y me he atrevido a cantar. Me propuse intentarlo, hice un tema con Alexis Valdés y tengo un tema que voy a grabar con el Chacal.

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