Huracán Nigel pierde fuerza. Temporada en el Atlántico tiene un número excesivo de tormentas

El huracán Nigel perdió intensidad y bajó a categoría 1, seguirá debilitándose, mientras que una zona de baja presión no tropical se formaría frente a la costa de la Florida, en momentos en que se ha formado un número excesivo de tormentas en lo que va de la temporada en el Atlántico.

Nigel tiene vientos máximos sostenidos de cerca 100 mph (155 km/h), es probable que haya alcanzado su máxima intensidad por lo que se espera un debilitamiento este miércoles y se transformará en un ciclón postropical el viernes.

Se encuentra a 650 millas al este noreste de las Bermudas y las fuertes olas del huracán afectarán a ese archipiélago durante los próximos dos días, informó el Centro Nacional de Huracanes (NHC).

El NHC vigila un área no tropical de baja presión que pronostica se formaría a finales de esta semana frente a la Florida y este sistema podría adquirir algunas características subtropicales mientras se mueve hacia el norte.

“Independientemente del desarrollo subtropical, esta baja podría traer ráfagas de viento, fuertes lluvias y condiciones de oleaje alto a algunas zonas del sureste y el Atlántico medio este fin de semana”, vaticinó.

Su probabilidad de formación a siete días es de 30%.

Otra onda en el Atlántico tropical oriental se desplaza frente a la costa oeste de Africa y se prevé que las condiciones ambientales sean propicias para el desarrollo y es probable que una depresión tropical se forme a finales de esta semana o este fin de semana.

Tiene una probabilidad de desarrollo de 70% a siete días y de 10% a 48 horas.

Temporada muy activa

El meteorólogo John Morales de NBC6 analizó el temporada de huracanes en el Atlántico y dijo que hasta el momento 2023 ha sido muy activa.

“En la batalla entre la cizalladura del viento acentuada por el fenómeno de El Niño y las temperaturas récord de la superficie del mar caliente, el agua cálida está ganando al ayudar a producir un número excesivo de tormentas”, dijo en un informe publicado en NBC6.

Se han formado 15 tormentas tropicales o subtropicales en lo que va del año, desde enero y el número de tormentas hasta ahora en el Atlántico es un 63% más alto de lo normal para esta fecha, detalló.

“Comparándolo con una temporada promedio de la era reciente entre 1991 y 2020, ya hemos excedido el número promedio anual de tormentas, y la decimoquinta normalmente no se formaría hasta después del 19 de noviembre. Estamos más de dos meses adelantados a una temporada normal”, expresó.

Sin embargo, Morales consideró que las tormentas de 2023 han tenido un rendimiento inferior en su mayoría porque un gran número de estas nunca alcanzaron el estatus de huracán.

Enumeró que de las 15, “solo” se han formado 5 huracanes. El quinto huracán generalmente no se forma hasta el 28 de septiembre, por lo que también estamos adelantados a lo previsto en comparación con la temporada promedio 1991-2020”.

En un año normal, el 44% de las tormentas tropicales se convierten en huracanes. Sin embargo, este año esa proporción de huracanes por tormenta es del 33%, según datos de Morales.

El Niño

“¿Qué ha mantenido esa proporción de huracanes a tormentas un poco más baja este año? El Niño, y los vientos cortantes del oeste que produce. Pero el alto número de tormentas, incluso si muchas permanecieron débiles, es en gran medida el resultado de las aguas cálidas récord del Atlántico que vimos durante gran parte de la primera mitad de la temporada”, explicó.

El agua caliente es también la razón por la cual algunos ciclones tropicales del Atlántico se han fortalecido tan explosivamente. Tres huracanes intensos se han formado esta temporada, 58% sobre el número promedio hasta la fecha.

De estos, Lee fue el más fuerte y se convirtió en el 40º huracán de categoría 5 registrado desde 1851. Franklin fue un monstruo de 150 mph, e Idalia golpeó fuertemente el Big Bend de la Florida como un categoría 3, detalló.

Morales dijo que dos de los tres huracanes mayores fueron de larga duración. Eso significa que el índice de Energía Ciclónica Acumulada (ACE, por las siglas en inglés), que considera tanto la fuerza como la longevidad de las tormentas, ha subido rápidamente para alcanzar niveles que harán que 2023, una vez más, sea recordado como un año con una temporada de huracanes hiperactiva.

Y previno que con el agua caliente sobreponiéndose a la cizalladura del viento de El Niño como el factor controlador en lo que va de la temporada de huracanes, “todavía tenemos un largo camino por recorrer”.