El superalimento de moda originario de México, rico en vitaminas y nutrientes que ya consumían los aztecas

El huauzontle estuvo a punto de desaparecer tras la conquista pero, siglos después, su consumo ha resurgido con fuerza.

Pasteles de huauzontle acompañados de arroz. Foto: Getty Creative
Pasteles de huauzontle acompañados de arroz. Foto: Getty Creative

Para conocer los primeros vestigios históricos que se tienen del consumo del huauzontle hay que remontarse al imperio azteca. Durante la época prehispánica, la producción de este quelite originario de México (como se denominan a las plantas silvestres comestibles) estuvo tan extendido que se convirtió en el cuarto cultivo de mayor presencia en el territorio, al mismo nivel que el del amaranto y solo por detrás de la siembra del maíz, el frijol y el chile, en ese orden.

En la actualidad, son muchos los expertos en nutrición que abogan por su recuperación e inclusión como parte fundamental de la dieta diaria. Sus cuantiosos beneficios para la salud lo avalan. Desde hace apenas unos años, el huauzontle está considerado un superalimento por su alta densidad nutricional, sus cuantiosas propiedades antioxidantes y antiinflamatorias y su baja concentración en los denominados “carbohidratos malos”.

La palabra ‘huauzontle’ proviene del idioma náhuatl y significa “bledo como cabello”, por la forma ramificada, a modo de pequeños racimos ensortijados, que adquiere el quelite al crecer. Los aztecas pronto domesticaron la planta y se volvieron diestros en su cultivo. La consumían siempre hervida, condimentada con sal y chile y acompañada de otras elaboraciones, como las tortillas de maíz, base de su alimentación. El huauzontle fue empleado como ofrenda en ceremonias religiosas, pero también como tributo en manos de los pueblos minoritarios de la región mesoamericana. Fue la forma que encontraron para mantener cierta independencia del domino de los aztecas dentro de su basto Imperio. A su llegada a América, los conquistadores españoles prohibieron su cultivo después de asociar la planta con los sacrificios humanos (sucedió lo mismo con el amaranto). Sin embargo, resultó casi imposible ‘censurar’ el huauzontle en unas tierras donde brota libre, intervenga o no la mano humana.

El preciado quelite superó la colonización, su potencian extinción y el cese de su consumo masivo hasta llegar a nuestros días. El huauzontle está hoy en plena vigencia gracias a un regreso a las raíces impulsada por los representantes de las diferentes gastronomías nacionales, de la que México no está exenta. A esto hay que sumar la preocupación cada vez más al alza por el bienestar y la alimentación saludable.

Al huauzontle se le asocian numerosas cualidades beneficiosas para la salud, tanto que investigadores de la Universidad Autónoma de Chapingo (UACh), en Texcoco de Mora, lo han convertido en el centro de una investigación pionera para analizar sus aportes como alternativa a las proteínas de origen animal en la elaboración de diferentes productos alimenticios. Por ejemplo, posee concentraciones de calcio superiores a las que se obtienen con el maíz, lo que puede ayudar a prevenir la osteoporosis.

El huauzontle es rico en vitamina A que favorece la formación y el mantenimiento de los dientes, el sistema inmunitario, los huesos, los tejidos blandos y el perfecto estado de la piel. En otras palabras, asocia cuantiosos beneficios antioxidantes. Contiene, asimismo, tres importantes tipos de vitaminas B (tiacina, riboflavina y niacina) que actúan en la regulación del dolor neuropático y mejora el rendimiento energético. El denominado complejo B favorece la formación de glóbulos rojos en la sangre y contribuye al buen funcionamiento del sistema nervioso central, lo que puede contribuir a prevenir las enfermedades degenerativas asociadas al cerebro, como es el Alzheimer o la demencia.

Planta del huauzontle. Foto: Getty Creative
Planta del huauzontle. Foto: Getty Creative

Pero hay más. El quilate mexicano por excelencia contiene grandes concentraciones de flavonoides, un grupo de fitonutientes (químicos vegetales) con propiedades antiinflamatorias y antibióticas. Los flavonoides se asocian a la mejora de la función de los vasos sanguíneos y reducen el riesgo a padecer enfermedades cardiacas y algunos tipos de cáncer. Por último, el huauzontle es un alimento rico en fibra, que regula la función intestinal y ayuda a mantener niveles saludables de azúcar en sangre y a combatir el colesterol.

Puebla es el principal estado donde se cultiva el huauzontle, de donde sale el 90% de la producción, de acuerdo con el Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera del Gobierno de México. Le siguen Guerrero y Tlaxcala. En definitiva, sea o no una cuestión de moda, lo cierto es que esta planta milenaria asocia unos beneficios de los que ya eran plenamente conscientes los aztecas y quiénes somos nosotros para cuestionar la sabiduría de quienes nos precedieron.

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