Jakelin tenía solo 7 años de edad cuando las autoridades estadounidenses la detuvieron junto a su padre y otros migrantes a principios de este mes en una zona remota del desierto de Nuevo México. Siete horas después, abordaba un colectivo rumbo a la estación más cercana de la Patrulla Fronteriza, pero pronto comenzó a vomitar. Hacia el final de las dos horas de camino, había dejado de respirar.