Este hombre sostiene al régimen de Caracas. Curiosamente, Maduro no le tiene confianza

Mientras Nicolás Maduro intensifica la represión contra la disidencia en medio del mayor desafío a su gobierno desde que llegó al poder, el atribulado hombre fuerte venezolano ha recurrido a agentes de inteligencia cubanos para vigilar a los miembros del ejército que en privado podrían tener dudas sobre el anuncio de que ganó las elecciones presidenciales de la semana pasada.

Y pocos están siendo vigilados tan de cerca como el propio ministro de Defensa de Maduro, Vladimir Padrino López, en medio de la creciente desconfianza de Maduro en las fuerzas armadas del país.

“Lo tienen cercado; lo están vigilando por todos lados”, dijo el ex jefe de inteligencia de Maduro, Manuel Christopher Figuera, quien trabajó de cerca con Padrino López antes de exiliarse. Entre los integrantes de la máxima cúpula del régimen, “Padrino es el que está en posición de actuar, tiene la máxima autoridad sobre el monopolio de las armas de la nación, pero también es el único que podría negociar independientemente una salida, si no es que se deja matar”.

Fuentes militares de dentro y fuera de Venezuela han dicho al Miami Herald que Padrino López y otros altos oficiales militares están siendo vigilados de cerca en medio de una brutal ola de represión que en sólo una semana ha llevado al arresto de al menos 2,000 manifestantes y figuras de la oposición, así como a la muerte de 20 personas, lesiones de seriedad a defensa más, en medio de los esfuerzos de Maduro por reprimir las protestas desatadas por el anuncio de su régimen de que él fue el ganador de las elecciones.

Medios locales también han informado de la llegada a Venezuela de al menos cuatro vuelos de pasajeros procedentes de Cuba, y activistas han denunciado que varios de los agentes que participan en la represión tienen acento cubano.

31 de julio de 2024, Venezuela, Caracas: El ministro de Defensa venezolano, Vladimir Padrino López, durante una conferencia de prensa con el presidente venezolano Maduro en el palacio presidencial de Miraflores, tres días después de la controvertida reelección de Maduro.
31 de julio de 2024, Venezuela, Caracas: El ministro de Defensa venezolano, Vladimir Padrino López, durante una conferencia de prensa con el presidente venezolano Maduro en el palacio presidencial de Miraflores, tres días después de la controvertida reelección de Maduro.

Señales contradictorias

Padrino López dio una serie de señales contradictorias en los días previos e inmediatamente posteriores a las elecciones. Primero dijo que las fuerzas armadas venezolanas garantizarían que se respetara la decisión del pueblo en las elecciones y que quien perdiera tendría que irse a su casa. Apenas horas antes de la votación, también dijo que la votación lanzaría al país hacia una nueva era.

Pero luego, cuando la oposición venezolana comenzó a demostrar que el anuncio del régimen de que Maduro había ganado era fraudulenta, el ministro de Defensa dio marcha atrás y dijo que el gobernante era víctima de un intento de golpe de Estado lanzado por extremistas de derecha bajo las instrucciones de los Estados Unidos.

Washington y un número cada vez mayor de naciones creen que el candidato de la oposición Edmundo González ganó las elecciones, obteniendo cerca del 70% de los votos.

La afirmación de la oposición está respaldada por copias digitalizadas de los recuentos oficiales de votos recogidos durante la jornada electoral. La comunidad internacional ha pedido repetidamente a Maduro que proporcione los recuentos oficiales que respaldan el anuncio de que él había ganado, pero el hombre fuerte venezolano no lo ha hecho. Las encuestas de boca de urna realizadas durante las elecciones por respetadas firmas independientes también mostraron que González estaba venciendo a Maduro por un margen de más de 2 a 1.

Los miembros de alto rango de las fuerzas armadas venezolanas saben quién fue el que realmente ganó la elección, porque los soldados del ejército están encargados de manejar la seguridad y la logística durante las elecciones y estuvieron presentes durante el recuento de votos en cada uno de los más de 15.700 centros de votación. Padrino López fue probablemente el primero en saber cómo iba la votación durante la jornada electoral.

El lunes, González y su mentora política, la líder opositora María Corina Machado, instaron a los militares del país a detener los planes fraudulentos de Maduro, que según ellos pretende propinar un golpe de Estado electoral, y dijeron que el régimen pretende convertir al soldado venezolano en cómplice de este acto constitucional.

“Hacemos un llamado a la conciencia de militares y policías para que se coloquen al lado del pueblo y de sus propias familias (...) Ustedes pueden y deben parar esas acciones de inmediato. Les urgimos a impedir el desenfreno del régimen contra el pueblo y a respetar, y a hacer respetar, los resultados de las elecciones”, dijeron ambos dirigentes en un comunicado.

Maduro “se niega a reconocer que fue derrotado (y) ha lanzado una brutal ofensiva contra dirigentes democráticos, testigos (electorales) y hasta en contra del ciudadano común, con el propósito absurdo de querer ocultar la verdad”.

Altos riesgos para la región

Washington y varios países latinoamericanos siguen de cerca la situación en Venezuela, en medio de preocupaciones de que una victoria de Maduro pueda desencadenar otro éxodo de venezolanos en la región.

Más de 7.7 millones de venezolanos ya han abandonado su país, lo que ha provocado dificultades económicas y problemas sociales en las naciones donde han buscado refugio.

Una encuesta publicada a principios de este año en Caracas mostró que el 40% de la población del país consideraría irse si Maduro permaneciera en el poder después de las elecciones. Los líderes de la oposición creen que esto podría traducirse en la salida de cinco millones más de venezolanos que buscarían refugio en otros países.

En Estados Unidos, la presencia de 800.000 inmigrantes venezolanos, de los cuales un importante número han ingresado sin documentos, se ha convertido en un tema de disputa durante la campaña presidencial de este año.

Al ser consultado en un evento público, el expresidente Donald Trump describió la presencia de migrantes venezolanos en Estados Unidos como un importante problema de seguridad nacional.

“Somos enemigos de Venezuela”, dijo Trump en un video publicado el lunes por la campaña de Kamala Harris. “Han liberado una enorme cantidad de criminales en nuestro país. Si nos fijamos en Caracas, que es conocida por ser una ciudad muy peligrosa, ahora es una de las más seguras, es más segura ahora que la mayoría de nuestras ciudades”.

Christopher Figuera, un ex mayor general de división que dirigió el Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional antes de participar en la fallida insurrección del 30 de abril de 2019, dijo que esta no sería la primera vez que el ministro de Defensa se encuentra en una posición en la que tendría que elegir entre su lealtad al régimen y su lealtad a la constitución del país y al pueblo venezolano.

En la rebelión de 2019, el ministro de Defensa tuvo la oportunidad de ponerse del lado del Congreso venezolano, que había declarado que Maduro había hecho trampa en las elecciones de 2018 y que en consecuencia estaba ejerciendo ilegalmente la presidencia, pero Padrino López, reacio a asumir riesgos, al final decidió no actuar. Esta vez puede ser lo mismo, dijo Christopher Figuera.

Es como si hubiera estado esperando que sucedieran ciertas cosas para dar un paso adelante y reconocer la derrota del régimen. “Algo no se dio allí, algo no se dio, hubo algo que lo desvió del camino”, dijo el exjefe de inteligencia.

La represión

Hasta ahora, el régimen se ha abstenido de utilizar al ejército en la represión, en lo que es interpretado como una señal de que no se puede confiar en el soldado venezolano promedio para la tarea.

Un mayor retirado del ejército venezolano, que pidió no ser identificado porque el régimen lo busca, dijo que la mayor parte de la violencia de los últimos días en Venezuela provino de grupos paramilitares armados a los que se les paga bien para generar miedo entre sus compatriotas.

“Están dispuestos a salir porque les están ofreciendo $1,000 o $2,000 para que salgan y participen en la represión, pero no se limitan a tratar de intimidar a las personas que se reúnen para protestar, salen y disparan sus armas, a veces con la intención de matar”, dijo el mayor.

Los funcionarios del régimen también están buscando a los líderes de la oposición y voluntarios electorales que ayudaron a documentar la votación durante la jornada electoral, papeleo que demuestra que Maduro perdió la votación.

El activista venezolano José Colina, ex teniente de la Guardia Nacional de Venezuela en el exilio, dijo desde Miami que su red de fuentes militares en el país sudamericano han podido confirmar que algunos de los agentes que realizan las detenciones y los operativos de búsqueda son cubanos.

“Hay personal cubano acompañando a agentes de la Guardia Nacional y de la policía nacional”, dijo Colina, presidente de la organización de Venezolanos Perseguidos en el Exilio. Los cubanos “son los que dirigen los equipos que están tocando las puertas en medio de la noche, buscando a las personas que sirvieron como observadores de la oposición durante las elecciones o a los que se vieron protestando los días siguientes”.

En un acto celebrado el sábado, Maduro dijo que al menos 2.000 personas acusadas de participar en manifestaciones en su contra han sido detenidas desde que comenzaron las protestas. Los calificó de delincuentes y dijo que serán enviados a Tocorón y Tocuyito, dos de las peores cárceles del país.