‘Historias que nunca nos contaron’, Cuba: entre la desesperanza y la determinación

Por la pluralidad de su título podría pensarse que se trata de un libro de cuentos. Pero no es así. En realidad, Historias que nunca nos contaron (Ediciones La gota de agua, 2022), de Rolando Morelli, es una novela con una sola historia central: la de Sergio y Yolanda.

Las otras -esas que nunca nos contaron- son pequeñas historias del pasado (ocultadas a propósito para que no pudiésemos conocerlas nunca) que van apareciendo en unos misteriosos cuadernos de apuntes encontrados por Sergio en la habitación secreta de una antigua mansión y que le permiten comprender, deslumbrado, el verdadero significado de la libertad.

Renovadora en su estilo y en sus formas, esta singular novela cubana no se parece a ninguna de las tantas que se han escrito sobre esa desdichada isla. Se diferencia, ante todo, porque está escrita con una prosa impecable y refinada que adecenta, de alguna manera, el sórdido entorno en el que viven sus personajes: “Una vez frente al portón de hierro que da paso al jardín, me animo a probar la llave que más adecuada me parece. Antes de proceder de este modo, doy una vuelta en redondo que pueda explicarse a la vista de cualquiera, como una búsqueda, y no es otra cosa que un ritual divisado por mí, mediante el cual rogar a la morada que me otorgue su consentimiento, y me autorice entrar en su vida, y en su misterio”.

Se diferencia también porque a pesar de que su trama se desarrolla en la isla, el nombre de Cuba nunca es mencionado. Ni siquiera el de sus pueblos y calles donde transcurre la historia. País, ciudades y barrios son, al parecer con toda intención, innombrables.

Y aunque tampoco aparecen fechas -al menos, no con la suficiente frecuencia- que permitan establecer una cronología de los acontecimientos (Morelli prefirió guiar al lector, en tiempo y espacio, a través de frases entrecomilladas como “brigadas de respuesta rápida” y “actos de repudio”) sabemos que la historia comienza a finales de los años setenta con la boda de Sergio y Yolanda, dos jóvenes procedentes de familias honradas y decentes que, por una razón u otra, han quedado atrapados en el manicomio cubano y han aceptado el auto proclamado carácter irreversible de la revolución.

Es en los capítulos siguientes donde Sergio y Yolanda, que han seguido leyendo los misteriosos cuadernos, comienzan a comprender que sus ideales no solo han sido traicionados, sino que sus sueños de igualdad y justicia han ido extinguiéndose junto a sus falsos símbolos patrios y que la inexorable devastación de la nación cubana ha comenzado.

Y no es que no lo hayan intuido antes. Siempre, de alguna u otra manera, lo habían sabido. El mismo Sergio lo confiesa: “Aun se oía hablar, en susurros, de lo ocurrido en décadas anteriores, con referencias frecuentes a fusilamientos, deserciones, incautaciones violentas, e innumerables atropellos que, aparentemente, habían tocado las vidas de muchas personas de diferente procedencia”.

A partir de ese momento, la transformación de Sergio y Yolanda en opositores es inevitable. Como también lo es el duro camino que se disponen a recorrer: actos de repudio, allanamientos, detenciones arbitrarias, golpizas, juicios y condenas.

Historias que nunca nos contaron es una excelente novela que refleja, por una parte, la desesperanza del pueblo cubano. Y por la otra, su determinación a ser libres. Es también una obra de reflexión crítica que aborda, sin eufemismos, nuestra tragedia nacional.

Rolando Morelli, docente, narrador, poeta y ensayista, forma parte del grupo de escritores que lograron escapar de Cuba a través del Mariel. Ha publicado varios libros de ficción, así como numerosos textos académicos. Como profesor ha impartido clases en prestigiosas universidades norteamericanas, entre ellas Haverford College y el Lauder Institute de la Wharton Bussiness School. Pertenece al PEN Club de Escritores Cubanos Exiliados y es miembro de la Junta Directiva de CubaNet Noticias.