“¡Hijo, escucha, tu madre está en la lucha!”: familias de desaparecidos reclaman al “Estado indolente” por inacción en búsquedas

Sharenii Guzmán
Sharenii Guzmán

Este 2023 es otro año de buscar, de cargar con la ficha de búsqueda y la lona con los datos importantes: dónde fue visto por última vez, qué ropa llevaba puesta, cuáles son sus señas particulares. Por decimosegundo año consecutivo, las madres de personas desaparecidas salieron a tomar las calles de la Ciudad de México para exigir que las autoridades den con su paradero. 

Reunidas desde las 9:00 de la mañana, mujeres originarias de Tamaulipas, Veracruz, Guerrero, Sinaloa, Nuevo León y otros estados comenzaron a prepararse para marchar del Monumento a la Madre al Ángel de la Independencia

Con pancartas, playeras, gorras e incluso cubrebocas, las mujeres portaban las imágenes de sus esposos, hijos, hijas, sobrinos, primos… de todos aquellos que han dejado una silla vacía en sus casas y por quienes exigen justicia. 

Al grito de “¡Hijo, escucha, tu madre está en la lucha!”, las mujeres también tomaron de las manos a las infancias y a las adolescencias que las acompañaron a exigir a las autoridades que hagan su trabajo y busquen a sus familiares. 

“¡Este no es día de fiesta, es de lucha y de protesta!”, se escuchó igualmente sobre Paseo de la Reforma durante esta manifestación en pleno Día de las Madres.

Encabezadas por madres de migrantes centroamericanos desaparecidos, las mujeres y demás familiares caminaron bajo el sol cargadas de flores y fichas de búsqueda. 

En los gritos de las consignas se sentía el dolor y el coraje de las familias rotas, todas buscando a los suyos con el corazón ensombrecido.

Acompañada de su otra hija, Araceli, mamá de Sandra Cabrera Flores, joven desaparecida el 22 de febrero de 2014 en Ecatepec, Estado de México, marchó este miércoles y contó que no deja de extrañar a su hija desde el día en que salió del trabajo y ya no regresó a su casa

“Yo no quiero estar marchando ni hoy ni otro día, ninguna de nosotras debería estar aquí, pero lo hacemos porque lo que sentimos es un dolor muy grande. Ya han pasado nueve años y yo solo quiero verla”, dijo la madre de la joven, aficionada a comprarse ropa color rosa o lila, sus colores favoritos. 

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Crimen de Estado 

“Parece que el país es una fosa”, decía ayer una madre a otra mientras caminaba sobre Paseo de la Reforma y arrastraba la lona con la foto de su hijo, un muchacho a quien describe como del doble de su tamaño, del triple de su fuerza y de todo su corazón. 

“Todas te podemos decir lo mismo. Nos hemos sentido muertas en vida porque la desaparición es un crimen desde el Estado, pero aquí seguimos y aquí nos vamos a quedar hasta que nos digan dónde están nuestros hijos”, compartió una de las mujeres, que no quiso dar su nombre. “El nuestro no importa, queremos que resuene el de nuestros hijos, el de los 112 mil 260 desaparecidos que se ha tragado este país”, añadió, mientras la batucada a sus espaldas seguía su paso. 

Quien también demandó atención para los suyos fue Marta Alicia Rincón, madre de Esmeralda Castillo Rincón, desaparecida el 19 de mayo de 2009 en Ciudad Juárez, Chihuahua. 

Con una lona en forma de playera color fucsia, la foto de su hija y la leyenda “No me olviden, falto yo”, la madre reprochó a las autoridades que ya no quieren hacer su trabajo y devolverle a su niña. 

“Para mí, es obvio que mi hija ya no tiene vida, ya pasaron 14 años y yo tengo los pies en la tierra, pero estoy aquí marchando porque no puede ser que a tantas mamás nos tengan sufriendo”, subrayó. 

Esmeralda era introvertida. No era fácil que le contara sus problemas a su mamá, era de las chicas que prefieren resolver las cosas por su cuenta. Estar con ella misma le gustaba tanto o más que los animales. 

“Siempre traía perros a la casa y cuando se acabaron los perros fueron los periquitos, la tortuga, quería incluso una tarántula de mascota, pero le dije que no porque les tengo pavor… van a ser 14 años y mi hija no está en su casa, no está con sus hermanos y eso, eso nunca va a ser justo”, reclamó su mamá. 

Acompañada de su esposo, Marta levantaba la voz y fruncía el ceño cuando reclamaba al presidente Andrés Manuel López Obrador lo que ella considera la falsa promesa de poner a los desaparecidos como prioridad en su gobierno. 

“Dijo que mi familia, que las de todos los desaparecidos tendríamos respuesta, y nada. ¿Dónde está esa promesa? Ya se olvidó de todo, yo solo quiero que no sea indolente”, sostuvo la madre de la joven. 

Promesas incumplidas 

A casi cinco años del gobierno que se considera a sí mismo la “cuarta transformación”, las madres y los familiares de desaparecidos lamentan no ser vistos ni siquiera por una administración de izquierda. 

María Herrera, madre de cuatro jóvenes desaparecidos y recién reconocida como una de las 100 personas más influyentes del mundo de acuerdo con la revista Time, reclamó al presidente “las promesas incumplidas con ella y las madres de los miles de desaparecidos”. 

“Llegamos a otro año y seguimos sin respuestas y con más desaparecidos; él dice en sus mañaneras que todo está bien en el país, yo lo invito a venir con nosotros para que conozca el México real, ese al que en miles de hogares hay cuartos vacíos y corazones rotos”, declaró la activista desde las escalinatas del Ángel. 

En ese punto, las manifestantes leyeron un posicionamiento.

“Este 2023 no es un año más. Es otro año. Otro año de buscar, de andar, de vivir la tragedia de las desapariciones en México. Lo que inició con al menos mil personas desaparecidas en los años 70 hoy se convierte en una crisis, una tragedia humanitaria que parece no tener fin, pues las desapariciones se siguen cometiendo día a día”, señalaron.

El reclamo al Estado retumbó hasta la Victoria Alada, pues las familias denunciaron que no les han garantizado investigaciones efectivas. Acusaron que hay retrocesos en la Fiscalía General de la República (FGR), que no quiere colaborar en las búsquedas y que no ha cumplido con sus obligaciones de crear los registros forenses que ayudarían a buscar a sus seres queridos. 

“Es un infierno acudir a instituciones responsables de la justicia, en el momento de acudir a denunciar, en la pésima integración de los expedientes, en las audiencias en juzgados, además de las constantes revictimizaciones, simulaciones y vejaciones desde las estructuras de seguridad, procuración y administración de justicia del Estado mexicano”. 

Desde el lugar simbólico que es el Ángel de la Independencia y que desde hace 12 años es testigo de sus demandas, las madres exigieron castigo a todas las personas funcionarias que les han incumplido: ministerios públicos, servicios forenses, gobernadores y hasta el presidente. 

También recordaron a las madres buscadoras que han sido asesinadas en los últimos meses como Teresa Magueyal, integrante del colectivo Una Promesa por Cumplir, y María del Carmen Vázquez, de Guanajuato.

“Les buscamos porque les amamos”

A las madres buscadoras las mueve el amor y por eso aseguran que no dejarán de salir por sus hijos e hijas. 

Verónica Rosas Valenzuela busca a su único hijo, Diego Maximiliano, quien fue secuestrado y desaparecido el 4 de septiembre de 2015 en Ecatepec. “Hasta el día de hoy no tenemos ningún dato, ninguna línea que nos lleve a saber de él”, dijo. 

Relató que tres personas ya fueron detenidas por el secuestro, de las cuales dos aún no tienen sentencia; sin embargo, las investigaciones no han arrojado datos certeros para dar con el paradero. “En las instituciones, los expedientes se vuelven búsqueda de escritorio, donde solo archivan miles de documentos, pero no hay una búsqueda real. Las familias son las que tenemos que ir buscando cómo proponer líneas para encontrarles”. 

A raíz de la desaparición de su hijo, con otras madres fundó el colectivo Uniendo Esperanzas en el Estado de México, que ahora acompaña a otras familias.

Juani Rangel de Nuevo Laredo, Tamaulipas, busca a su hijo Sergio Eduardo Hernández Rangel, quien fue desaparecido el 2 de junio de 2018. “Tengo cuatro años buscándolo. No sé qué pasó. Nadie me supo decir nada hasta la fecha”, lamentó. 

Ante la falta de apoyo por parte de las autoridades, Juani señaló que realiza búsquedas en vida en Reynosa y Monterrey: “Mi fe siempre firme; sé que lo voy a encontrar. Le mando un mensaje a mi hijo, le digo que no se rinda. Lo sigo buscando y que sepa que lo seguiré buscando”.