“Mi hijo no tenía armas”: Familiar reclama al Ejército por las presuntas ejecuciones en Nuevo Laredo

Luis Valtierra
Luis Valtierra

Un hombre con el rostro y las manos manchadas de sangre camina abrazado por dos hombres y se acerca a un reportero.

—Mira mi hijo, viejo, ciudadano americano, somos ciudadanos americanos, viejo, todos. Nada tenía armas, no tenía nada, viejo —dice y en una mano sostiene a su hijo.

—¿Qué edad tiene tu hijo? —responde el reportero.

—21 años, Gustavo Ángel Suárez Castillo —contesta el hombre y sus acompañantes se lo llevan abrazado.

Esta fue una de las escenas menos difundidas pero más impactantes del enfrentamiento entre el Ejército y pobladores de Nuevo Laredo, Tamaulipas, por la supuesta ejecución extrajudicial de cinco jóvenes en la colonia Manuel Cavazos Lerma.

El padre de Gustavo confrontó duramente a los soldados por la muerte de su hijo. En varias ocasiones intentó, en su desesperación, hablar, pero ante el silencio quiso golpear a los elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) que participaron en un operativo en la madrugada en la ciudad fronteriza.

La familia Suárez Castillo aportó la primera información para señalar a los soldados, misma que recabó el Comité de Derechos Humanos de Nuevo Laredo.

El inicio del caso se dio con la identificación de las víctimas: Gustavo Pérez Beriles, Wilberto Mata Estrada, Jonathan Aguilar Sánchez, Alejandro Trujillo Rocha y el ciudadano estadounidense Gustavo Ángel Suárez Castillo. Esta mañana de lunes, Luis Gerardo se encuentra grave en un hospital privado.

De acuerdo con el Comité de Derechos Humanos de Nuevo Laredo, en la madrugada del domingo 26 de febrero un convoy militar disparó a una camioneta blanca marca Chevrolet que se encontraba en la calle Huasteca entre Jiménez y Méndez. 

Las personas que estaban dentro del vehículo intentaron protegerse, solo una sobrevivió. Al escuchar los disparos, los vecinos salieron entre las 4:30 y 5 horas para observar lo ocurrido. Pasadas las 10 horas, la Sedena intervino en la escena del asesinato moviendo la camioneta.

Foto: Luis Valtierra
Foto: Luis Valtierra

En fotografías se vio a personas con chaleco de la Fiscalía General de la República (FGR) caminando alrededor de los cuerpos. El personal empezó a procesar el sitio de muerte pero no terminó. Los cadáveres fueron recogidos por una funeraria ante la mirada de las familias.

Lo que enardeció a los pobladores fue cuando los militares engancharon la camioneta blanca Chevrolet Silverado, hasta ahora la prueba principal del caso, para llevársela.

Allí la confrontación aumentó, los pobladores cerraron el paso parándose frente a la grúa, arrojaron piedras y soltaron la camioneta. Un militar cayó y fue golpeado por varios civiles, otro más fue atropellado por una unidad militar.

Decenas de pobladores y reporteros grabaron lo que sucedía en la calle Huasteca. Los soldados se acuerparon ante el caos y arrebataron celulares, lo que provocó más a la población. El presidente del Comité, Raymundo Ramos, fue empujado, su celular cayó y una camioneta lo embistió.

Al final, los militares salieron entre pedradas y disparos al aire.

Foto: Luis Valtierra
Foto: Luis Valtierra

Por la tarde, el Comité de Derechos Humanos de Nuevo Laredo informó a detalle de la información recabada que derivó en el enfrentamiento entre pobladores y soldados, donde civiles golpearon a un militar y, en respuesta, otro elemento disparó para disuadir la protesta. 

“La camioneta pick up en donde se trasladaban el grupo de jóvenes es una Chevrolet, Silverado color blanca, misma que recibió más de 20 disparos cuando se encontraba en el crucero de Huasteca y Méndez. Vecinos del sector aseguran que al menos dos jóvenes fueron rematados con disparos en la nuca estando tirados sobre el pavimento”, aseguró el comité local.

Esta mañana de lunes, en redes sociales se ha difundido que una de las víctimas es presuntamente integrante del Cártel del Noreste. Hasta ahora, las autoridades no han informado sobre el caso.

Nuevo Laredo es el municipio con más casos documentados de violaciones graves a los derechos humanos, cometidos por elementos de las Fuerzas Armadas. Uno de los hechos recientes es la muerte de la niña Heidi Mariana, suceso que permanece impune.

Esta nota se publicó originalmente en Elefante Blanco.