Así vive la hija de Amancio Ortega sin presumir de lujos dos años después de su boda

Mucho tiempo ha pasado desde que en 2012 una tímida Marta Ortega se diera el 'sí, quiero' con Sergio Álvarez Moya. En aquel momento la heredera de Inditex tenía 28 años y huía de la prensa y los focos. Su primer matrimonio se celebró el 18 de febrero de hace nueve años y poco o nada tuvo que ver con la segunda boda que la hija de Amancio Ortega y heredera de Inditex haría en 2018 para darse el 'sí, quiero' con Carlos Torretta.

La hija de Amancio Ortega, Marta Ortegaa, en una imagen de 2019 (Ramon Costa/SOPA Images/LightRocket via Getty Images)
La hija de Amancio Ortega, Marta Ortegaa, en una imagen de 2019 (Ramon Costa/SOPA Images/LightRocket via Getty Images)

El primer matrimonio de la hija de Amancio Ortega fue, digamos, sencillo y discreto. La joven y su pareja, el jinete asturiano Sergio Álvarez Moya, al que conocía desde que eran adolescentes por coincidir en diferentes torneos hípicos, se casaron en el pazo familiar que los Ortega tienen en Anceis, municipio situado a unos veinte minutos de A Coruña y donde en 2001 se había casado Amancio con Flora Pérez, madre de Marta, y ante 200 personas, entre las que había muchos familiares y amigos del padre de la novia, pero pocos rostros del mundo del show business. La novia llegó a eso de las 20 horas luciendo un vestido diseñado por Narciso Rodríguez pero confeccionado por Zara y los invitados disfrutaron de un aperitivo y una cena en el pazo.

En esos años, poco se sabía de la heredera del imperio textil de Inditex. Marta estudió en el colegio de los jesuitas Santa María del Mar en Coruña y pasó un tiempo en un elitista internado en Suiza. En su infancia tuvo una institutriz inglesa que además le inculcó el mor por los caballos, una pasión que después desarrollaría convirtiéndose en una experta amazona. Cuando terminó Secundaria estudió Empresariales en la Universidad de A Coruña y completó su formación con un master en la European Business School de Londres (además de inglés, habla francés, italiano y gallego a la perfección). Para que supiera lo que era la empresa de su padre desde abajo, Marta trabajó un tiempo como dependienta en una de las tiendas del grupo en Londres y ahí aprendió cómo funcionaba la compañía in situ.

Una separación amistosa

Algo más de un año después de su boda con el jinete, la pareja tuvo a su único hijo, Amancio, en 2013. Dos años más tarde, el matrimonio decidía separarse de una manera amistosa. En 2018, en una entrevista concedida al diario Abc, Álvarez Moya explicaba los motivos que habían terminado con la pareja. "Resulta muy difícil convivir con una persona con una carrera como la mía. Nunca puedo hacer planes y no lo paso bien si estoy separado de los caballos”, explicaba el jinete refiriéndose a sus continuos viajes para participar en campeonatos hípicos alrededor del mundo. “Cuando me separé, yo aún estaba enamorado de Marta. Entramos en una dinámica complicada, que nos hizo tomar esa decisión porque teníamos proyectos muy diferentes. Y de la misma manera que yo no iba a pedirle que se sacrificara por mí, yo no podía dejar mi carrera”, confesaba de manera muy natural Sergio sobre la ruptura que le marcó en ese momento.

Sergio Alvarez Moya y la que entonces era su novia, Marta Ortega, en una foto en Valencia en 2010 (Photo by Manuel Queimadelos Alonso/Getty Images)
Sergio Alvarez Moya y la que entonces era su novia, Marta Ortega, en una foto en Valencia en 2010 (Photo by Manuel Queimadelos Alonso/Getty Images)

La pareja siempre ha mantenido una relación cordial y Marta ha facilitado todo lo posible a Sergio que pueda disfrutar de su hijo cuando el trabajo se lo permite y sin ningún tipo de problema. Sergio siempre quiso ser un hombre discreto y nunca ha tratado de 'aprovecharse' de la fama de su ex familia política para lograr éxitos en el mundo del caballo. De hecho, actualmente es el campeón de España, triunfo logrado en 2020 y del que se siente muy orgulloso. Además, el jinete acaba de cerrar un negocio con el futbolista Sergio Ramos (que cuenta con una yeguada propia que es su proyecto estrella fuera del fútbol) por el que han comprado juntos un caballo que es campeón del mundo y con el que esperan tener muchas alegrías en el corto plazo.

Su segunda boda, por todo lo alto

A mediados de 2016, Marta volvía a sonreír al lado de Carlos Torretta, hijo del conocido diseñador Roberto Torretta. Carlos trabajaba entonces en Nueva York (desde 2009 hasta 2011 en la agencia de publicidad MPG; y entre 2011 y hasta diciembre de 2016 como mánager de modelos en la también reconocida agencia The Society Model Management) y unos meses más tarde decidía mudarse a Madrid para estar más cerca de su novia. Algo más de dos años después, la pareja decidía pasar por el altar en una boda civil que poco o nada tuvo que ver con la primera (que fue además por la iglesia) de la heredera de Inditex. La boda se celebró el 16 de noviembre de 2018 en en el caserón de piedra de Amancio en Coruña, pero fue una gran celebración de varios días en los que pudimos ver a numerosos rostros del mundo de la moda y el espectáculo como el top model Jon Kortajarena, Eugenia Silva (celestina de la pareja, ya que se conocieron en una fiesta por su cumpleaños en el Museo del Traje en 2016) o Alonso Aznar.

Los 400 invitados disfrutaron de un menú llevado a cabo por los chefs del restaurante Kabuki, Javier Olleros –de Culler de Pau– y Albert Adrià y una fiesta posterior que fue amenizada por los artistas internacionales Chris Martin, Jamie Cullum y Norah Jones. En esta ocasión, Marta lució un espectacular diseño de su amigo Pierpaolo Piccioni, director creativo de Valentino, que hizo especialmente para ella.

La hija de Amancio Ortega y Carlos Torretta acuden a un desfile de Valentino en laa semana de la moda de París, en 2019  (Photo by Jacopo Raule/Getty Images)
La hija de Amancio Ortega y Carlos Torretta acuden a un desfile de Valentino en laa semana de la moda de París, en 2019 (Photo by Jacopo Raule/Getty Images)

Tras la boda, la pareja pasó su luna de miel en India y a su vuelta hacían su primera aparición en el centro hípico de Casas Novas para asistir a un torneo de Saltos, donde coincidieron con Athina Onassis, buena amiga de la hija de Amancio Ortega. Desde su matrimonio, hemos visto a Carlos y Marta en diferentes actos públicos. No dudan en apoyar al mundo de la moda y han asistido a varios de los desfiles del padre de él en la Semana de la Moda de Madrid, así como a los desfiles de Alta Costura de París para disfrutar del show de Piccioli para la maison Valentino o a la gala de los premios CFDA, los Oscar de la moda, donde posó junto a Anna Wintour y la diseñadora Diane von Furstenberg. A los Torretta-Ortega les gusta llevar una vida discreta y cuando acuden a alguna boda de alto copete tratan de pasar desapercibidos. En estos dos años han estado en la de Diego del Alcázar Benjumea con Isabela Ochoa Larrazábal, y en la de Carlota Casiraghi (a la que Marta también conoce por el mundo del caballo) con Dimitri Rassam en junio de 2019 en Mónaco.

Una vida tranquila en Arteixo

Por lo demás, tanto Marta como Carlos están centrados en su trabajo dentro de Inditex y viven en Coruña para estar cerca de Arteixo, donde está su centro de trabajo. Ella está al frente del equipo de producto y diseño de Zara Woman y su marido se incorporó a Inditex en septiembre de 2019 a la división de e-commerce de Zara.com, donde se ocupa de la gestión de la comunicación e imagen de marca. Allí disfrutan de la vida tranquila, ella practica running (de hecho la hemos visto en la San Silvestre coruñesa varios años) y pasan todo el tiempo que pueden con su hija Matilda, que en marzo cumplirá un año.

 Anna Wintour, Marta Ortega y Diane von Furstenberg, en los premios de la modaa de Vogue, en Nueva York, a finaales de 2019 (Photo by Jamie McCarthy/Getty Images)
Anna Wintour, Marta Ortega y Diane von Furstenberg, en los premios de la modaa de Vogue, en Nueva York, a finaales de 2019 (Photo by Jamie McCarthy/Getty Images)

La pareja no presume de vida de lujo aunque es cierto que en vacaciones no escatiman en gastos. El verano pasado les vimos disfrutar de un tour por el Mediterráneo donde recalaron en varias localidades de la Costa Azul (su lugar preferido para veranear) y de la Riviera italiana. Lo llevaron a cabo en el Drizzle, el yate que Amancio Ortega compró y que cuenta con 68 metros de eslora y está valorado en unos 30 millones de euros. Esas vacaciones las compartieron con Chufy, diseñadora de moda y una de las mejores amigas de Marta, y su marido Alex de Betak, uno de los directores creativos de desfiles de moda más importantes de las últimas décadas. Aunque antes también pasaban unos días en invierno en la exclusiva estación de esquí suiza de Gstaad, en los últimos años han pasado las navidades en Coruña para estar más cerca de la familia.

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