¿Harto de tu estado mayoritariamente demócrata? Estos agentes inmobiliarios tienen el lugar perfecto para ti
GREENVILLE, Carolina del Sur — Jen Hubbell se hizo agente inmobiliaria en Greenville, Carolina del Sur, porque creía que una buena vida empezaba por un buen hogar y, ahora, su teléfono zumbaba regularmente con llamadas de clientes de fuera del estado que creían poder encontrar ambas cosas en su ciudad.
Muchos eran conservadores acérrimos de estados profundamente demócratas como Nueva York, Washington y California, hartos de la política de allí. ¿Podría Hubbell, que también es conservadora, ayudarles a encontrar barrios con gente que piense como ellos?
Su respuesta era siempre rotunda: “Les va a encantar aquí”.
Hubbell es la principal agente en Carolina del Sur de Conservative Move, una empresa con sede en Texas que ayuda a los conservadores a emigrar a lugares muy republicanos. (“Cuando tu comunidad ya no refleja la moral y los valores, tal vez sea hora de mudarse”, dice su sitio web). Y dado que Carolina del Sur superó a Florida el año pasado como el estado de más rápido crecimiento del país, ella se mantiene muy ocupada.
La migración interna ha impulsado un auge inmobiliario que lleva ya varios años en Carolina del Sur, donde los republicanos controlan la mansión del gobernador y la legislatura desde hace más de dos décadas. Los agentes inmobiliarios como Hubbell dicen que muchos de sus clientes son conservadores religiosos cuyas razones para mudarse incluyen la oposición a políticas como el acceso al aborto, el apoyo a los derechos de las personas trans y los mandatos de vacunación durante la pandemia.
Paul Chabot, fundador y presidente de Conservative Move, que trabaja con unos 500 agentes en todo el país, dijo que cuando puso en marcha su empresa en 2017, no había mucha gente pidiendo ir a Carolina del Sur.
Sin embargo, en los dos últimos años se ha integrado con Texas y Florida como los tres principales estados en los que los clientes de la empresa compran viviendas, según Chabot. Unas 5000 personas de su base de datos de clientes han manifestado su interés por mudarse pronto a Carolina del Sur.
La mayoría de los clientes de la empresa en Carolina del Sur han optado por comprar una casa en el condado de Greenville, que se encuentra en una región profundamente conservadora y cristiana conocida como “upstate”. El condado tuvo el segundo mayor crecimiento demográfico del estado entre 2020 y 2022, por detrás del condado de Horry, que abarca Myrtle Beach y tiene casas más caras.
Hubbell, junto con media docena de agentes inmobiliarios que no trabajan con Conservative Move, pero cuya experiencia ha sido similar a la suya, describió que le había sido fácil vender el atractivo de Greenville. Sobre todo con clientes que se trasladan desde grandes ciudades liberales y sus afueras, pero que aún quieren un atisbo de vida cosmopolita.
Greenville es lo bastante grande como para albergar espectáculos de Broadway y bares en las azoteas, pero la gente suele ver a sus vecinos en el centro, donde un puente peatonal ofrece una vista aérea de las cataratas del río Reedy. Los agentes también suelen destacar la ausencia de campamentos de indigentes en la ciudad.
Quizá lo más importante es que los impuestos sobre la propiedad son bajos y las casas suelen ser menos caras que en el oeste o en Nueva Inglaterra. El precio medio de una casa ronda los 360.000 dólares. Los agentes inmobiliarios también señalarán que hay cientos de iglesias cerca de Greenville, la mayoría cristianas. Y la Universidad Bob Jones, una destacada escuela evangélica, está aquí.
“Cada vez que entraba en los bancos o en las tiendas o en las escuelas, siempre había música cristiana sonando de fondo”, dijo Lina Brock, una conservadora que se mudó hace poco a Greenville desde Temecula, California, donde estaba consternada por el apoyo resonante al acceso al aborto. “Me sentí bien, me sentí acogida. Me sentí como en Estados Unidos”.
El año pasado, unos 15.500 neoyorquinos, 15.000 californianos y 36.000 norcarolinos se trasladaron al estado, que tiene una población de más de 5,3 millones de habitantes. No hay datos que desglosen estas cifras demográficas por partidos políticos, pero pocos creen que el crecimiento vaya a influir mucho en la evolución política del estado. No puede decirse lo mismo de Texas, Georgia y Carolina del Norte, que se están volviendo un poco más demócratas a medida que los jóvenes de tendencia liberal acuden en masa a algunas de sus ciudades, dijo Mark Owens, profesor de Ciencias Políticas en la Citadel de Charleston, Carolina del Sur.
La afluencia de conservadores hacia Carolina del Sur subraya lo que incluso muchos de quienes se trasladan admiten que es una realidad desafortunada en un Estados Unidos polarizado, pues la gente decide distanciarse de los vecinos con los que no está de acuerdo. Varios recién llegados a la zona de Greenville dijeron que había sido una decisión difícil, pero que se habían hartado de sentirse solos e incluso condenados al ostracismo.
Yana Ghannam, cliente reciente de Hubbell, dijo que se había mudado a Greenville desde Livermore, California, porque quería hacer amigos que no la criticaran por votar por el Partido Republicano o por ser antisindical. “Era como decir: ‘Tienes que hacer esto para encajar, tienes que hacer lo otro’”, dijo Ghannam sobre su vida en Livermore.
La política, por supuesto, no es la única razón por la que la gente se muda a Carolina del Sur. El clima también influye y los puestos de trabajo han sido un gran atractivo, incluido el creciente sector de los vehículos eléctricos.
Varios de los agentes dijeron que muchos compradores de tendencia conservadora en Greenville han buscado hectáreas de tierra un poco alejadas del radar, han evitado las asociaciones de propietarios y han comprado casas con mucho espacio en el patio trasero para huertos, gallinas u otros animales de corral porque están interesados en ser independientes y autosuficientes.
“Si hace cinco años me hubieran dicho que tendría gallinas, habría respondido: ‘Mientes’”, contó Lauren Gomes, una conservadora que se mudó al condado de Greenville en 2022 con su marido y sus tres hijos, enfadada por la política liberal de Minnesota, donde su familia había vivido durante siete generaciones.
Gomes, que se describe a sí misma como cristiana y contraria al aborto, dijo que se sintió obligada a marcharse porque en las tiendas de comestibles le gritaban por no usar un cubrebocas durante la pandemia y porque el aborto sigue siendo legal, sin restricciones, en Minnesota.
También dijo que le preocupaba cómo, en su opinión, “el transgenerismo se infiltra en todos los aspectos de la educación, la vida pública, cuando estás en la calle” en Minnesota.
Gomes y otros conservadores que se trasladaron a Carolina del Sur dijeron que les gustaba la prohibición del aborto en el estado después de las seis semanas de embarazo. Otras políticas locales del condado de Greenville también les han resultado atractivas, como cuando el consejo de administración de las bibliotecas del condado votó a favor de reubicar los materiales infantiles en los que aparecen menores trans de la sección infantil a la de padres.
El crecimiento reciente y la afluencia de residentes más ricos ha expulsado a muchos residentes más pobres, un problema que no es exclusivo de Greenville ni del sur, pero que afecta especialmente a su comunidad negra. Un estudio realizado en 2023 por la Universidad de Furman reveló que la población negra de Greenville ha disminuido un 22 por ciento desde 1990, mientras que la población total de la ciudad ha crecido un 21 por ciento.
“Las familias blancas ricas se están trasladando a los barrios históricamente negros que rodean la ciudad de Greenville. Su nuevo interés por lugares que antes evitaban está aumentando el valor de las propiedades por encima de lo que la población negra existente puede permitirse”, reveló el estudio.
c.2024 The New York Times Company