Mucha hambre, pandillas armadas e inflación galopante: la ONU convoca a reunión especial sobre la crisis en Haití

En el Valle de Artibonito, donde se cultiva arroz, los agricultores ya no pueden permitirse el lujo de comprar fertilizantes y semillas. La lluvia es esporádica, y cuando llega puede ser más una maldición que un alivio.

Incluso los alimentos producidos localmente están fuera de su alcance. No solo porque las pandillas armadas controlan las principales rutas de entrada y salida de la capital, sino porque la inflación de estos productos locales ha aumentado 42.3%, la de las importaciones 57.8%, entre marzo de 2022 y marzo de este año.

“Si no encontramos la forma de ayudar a los agricultores, para cuando lleguemos a agosto, septiembre, habrá una gran hambruna en Verrettes”, dijo Jacquis Adolphe, que dirige la localidad rural de Verrettes, en el Valle del Bajo Artibonito, conocido por su producción de arroz y frijoles. “Si hay que hacer algo, hay que hacerlo ahora, porque no tenemos el lujo del tiempo”.

Esta realidad no pasa desapercibida para las agencias de ayuda de la ONU, que enfrentan una hambruna sin precedentes, una inflación galopante y un brote de cólera que, junto con la intensificación de la violencia de las pandillas, está provocando algunas de las peores tasas de desnutrición infantil que el país ha visto en años.

Con millones de niños hambrientos atrapados en el fuego cruzado de las pandillas, sin poder ir a la escuela y casi la mitad de la población del país —5.2 millones de personas— necesitada de ayuda humanitaria urgente, el Consejo Económico y Social de Naciones Unidas está convocando a una reunión especial el viernes con el objetivo de movilizar una respuesta internacional a la crisis alimentaria.

“Lo hacemos para llamar la atención una vez más y tratar de convencer a los países que comprendan la forma en que estos asuntos están vinculados”, declaró Bob Rae, embajador de Canadá ante la ONU y presidente del Grupo Asesor Especial sobre Haití del Consejo, en una entrevista con el Miami Herald.

Aunque la crisis alimentaria de Haití se ve afectada por el cambio climático, el tiempo del país y la guerra de Ucrania —que ha elevado el precio de productos como el trigo— se ha visto agravada por la violencia y la inestabilidad política.

En abril la ONU lanzó un plan de respuesta humanitaria sin precedentes de $719 millones en Haití. Es casi el doble de lo que la dependencia mundial pidió el año pasado y es la mayor cantidad desde que la capital del país y las ciudades vecinas fueron diezmadas en 2010 por un terremoto de magnitud 7.0.

A pesar de las agudas necesidades, solo se ha financiado 20% del plan, dijo la ONU, señalando que las recientes inundaciones en ocho de los 10 departamentos del país, seguidas días después por otro terremoto mortal en la región de Grand’Anse, han agravado las necesidades humanitarias.

Las inundaciones dejaron al menos 58 muertos y 143 heridos, mientras que más de 37,000 viviendas quedaron destruidas, dañadas o inundadas, según el informe más reciente de la Oficina de Protección Civil, la agencia de respuesta a desastres de Haití.

Necesidades de respuesta a largo plazo

“Hay una situación humanitaria urgente”, dijo Rae.

Agregó que el grupo asesor de la ONU para Haití está tratando de ir más allá de la respuesta humanitaria inmediata.

“Lo que realmente estamos tratando de introducir en la conversación es la necesidad de que Haití pueda ser más autosuficiente en la producción de alimentos”, dijo Rae. “Se trata de un asunto relacionado con el desarrollo, de buscar formas de desarrollar la cadena alimentaria agrícola, de cómo podemos crear capacidad no solo para cultivar alimentos sino también para procesarlos y crear una industria alimentaria en Haití”.

El aumento del hambre y la dependencia de la importación de alimentos no es un problema exclusivo de Haití. El tema surgió durante la reunión de la semana pasada entre la vicepresidenta Kamala Harris y miembros de la Comunidad del Caribe de 15 miembros en las Bahamas.

En Haití, sin embargo, la falta de alimentos es aguda y está contribuyendo a agravar la crisis humanitaria del país.

Según las estadísticas más recientes del Ministerio de Finanzas de Haití, el costo del arroz ha aumentado un promedio de 59%, el de la carne 6.5%, el de la leche 53% y el aceite de cocina 77% entre marzo de 2022 y marzo de este año. Mientras tanto, los costos de transporte también han aumentado más del doble en el mismo período.

“Los alimentos y el transporte representan más de 65% del presupuesto de las familias pobres”, dijo el economista Kesner Pharel. “Es difícil incluso para la gente que consiguió un empleo como en el sector de montaje, con un salario mínimo muy afectado por las fuertes presiones inflacionarias se les puede clasificar de ‘trabajadores pobres’”.

El país también sufrió una sequía a principios de año.

Todo ello se ha visto aún más dificultado por la violencia de las pandillas, que ahora se ha extendido a lugares como el valle del Artibonito.

Reunión sobre Haití seguida de visitas

Aunque la reunión de donantes de la ONU del viernes se organiza en torno a las necesidades humanitarias, los problemas de seguridad son también una parte importante del debate.

En la reunión de alto nivel intervendrán el presidente del Consejo Económico y Social, los primeros ministros de Jamaica y San Vicente y las Granadinas, el ministro de Planificación de Haití, la directora ejecutiva del Programa Mundial de Alimentos, Cindy McCain; la directora ejecutiva de la UNICEF, Catherine Russell, y Rae.

A continuación se celebrará una mesa redonda en la que participarán representantes del Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y la responsable de asuntos humanitarios de la ONU en Haití, Ulrika Richardson, entre otros.

La zona de Vye Bouk, en Verrettes, en el bajo valle del Artibonito haitiano, donde los campesinos pasan apuros para trabajar la tierra y encontrar lo suficiente para comer.
La zona de Vye Bouk, en Verrettes, en el bajo valle del Artibonito haitiano, donde los campesinos pasan apuros para trabajar la tierra y encontrar lo suficiente para comer.

La reunión se celebra poco después de otros dos encuentros: una reunión de ministros de Relaciones Exteriores el jueves, organizada por la ministra de Asuntos Exteriores de Canadá, Mélanie Joly, y tres días de diálogo político en Jamaica que concluyó el martes.

Russell, directora de la UNICEF, viajará a Haití para ver de primera mano los efectos de la crisis con la esperanza de estimular el apoyo internacional.

“El panorama es sombrío”, declaró el jueves John Victor Geneus, ministro de Relaciones Exteriores de Haití, mientras asistía a la reunión de ministros. “El pueblo haitiano exige soluciones concretas. Es necesario recuperar la seguridad y la estabilidad para hacer frente a la crisis socioeconómica y a la pobreza extrema. Tenemos que encontrar soluciones rápidas para la gente que vive en condiciones inhumanas. La situación en el país es catastrófica”.

‘El pueblo haitiano necesita todo nuestro apoyo’

El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, pronunció el jueves un discurso grabado en video trasmitido a los ministros.

“Mucha hambre, un brote mortal de cólera, un inmenso sufrimiento humano agravado por las recientes inundaciones y terremotos”, dijo. “Más de 165,000 haitianos se han visto obligados a abandonar sus viviendas por la actividad desenfrenada de las pandillas y millones de vidas más se han visto trastornadas por la violencia.

“El pueblo haitiano necesita todo nuestro apoyo”, dijo Blinken, “lo necesita ahora”.

Ese apoyo, dijo, tiene que empezar por hacer de Haití un lugar seguro. Blinken detalló la reciente ayuda estadounidense a la Policía Nacional Haitiana y dijo que Estados Unidos sigue apoyando el despliegue de una fuerza multinacional en Haití, una petición que, según Rae, Canadá sigue debatiendo.

“Una vez que una nación líder se comprometa, necesitaremos su firme apoyo para conseguir una autorización del Consejo de Seguridad de la ONU para esta importante misión”, dijo Blinken.

Sin embargo, subrayó que una fuerza multinacional “no es ni debe ser un sustituto del diálogo político” en Haití. Estados Unidos se unió a otros países para animar al primer ministro Ariel Henry y a otros representantes políticos, económicos, religiosos y de la sociedad civil haitiana a poner en marcha un proceso serio.

El impulso forjado esta semana durante la conferencia de tres días en Jamaica, dijo, “debe mantenerse”.

La ministra de Relaciones Exteriores de Jamaica, Kamina Johnson Smith, afirmó que las conversaciones habían logrado “avances”. Jamaica está “deseosa de ver una mejora en la seguridad de Haití, que creemos que proporcionará las condiciones necesarias para resolver los aspectos humanitarios de las crisis, así como el necesario enfoque en la gobernanza”.

Smith Johnson, dijo que Jamaica sigue apoyando el llamamiento de Estados Unidos, Haití y el secretario general de la ONU, António Guterres, en favor de fuerzas extranjeras, y continúa ofreciendo su participación.

La situación sobre el terreno en Haití es frágil, subrayó Rae, haciéndose eco de las valoraciones realizadas por la ministra de Asuntos Exteriores canadiense durante la reunión del jueves, y es necesaria una respuesta coordinada de la comunidad internacional, que espera que ocurra el viernes.

“Hasta que no nos ocupemos de la situación de seguridad, no podremos ocuparnos de nada”, dijo Rae, citando a un agricultor haitiano con el que se reunió en uno de los muchos viajes que ha hecho al país en el último año.

“Pero también tenemos la necesidad urgente de ver cuál es la economía que saldrá de esta crisis, porque también hay que ocuparse de la crisis”, dijo.