Hallazgo impensado: un grupo de científicos descubrió fragmentos de un tigre dientes de sable en San Pedro
Un grupo de científicos de San Pedro, al norte de la provincia de Buenos Aires, desenterró un fragmento óseo de un tigre dientes de sable. En una salida de rutina que llevaron a cabo a finales de enero desde el Museo Paleontológico de esa localidad, descubrieron en una barranca este fragmento que data de hace 500.000 años, según detalló el director del museo, José Luis Aguilar, en diálogo con LA NACION.
San Pedro es un sitio preponderante para la provincia en cuanto a hallazgos paleontológicos, ya que en su suelo descansan decenas de restos fósiles que poco a poco son descubiertos en las campañas que organiza la institución mencionada. En una oportunidad anterior, desde este medio se informó del armadillo de 1,90 metros de largo en aquella región.
No obstante, esta semana, luego de un análisis profundo del hueso, Aguilar dio a conocer el hallazgo a la comunidad. “Lo que se encontró es el quinto metatarsiano de la mano izquierda. Es decir, parte de la pata del animal”, indicó y luego lamentó: “Fue la única pieza que se halló a pesar de que se excavó toda la zona, pero como es un sector de barranca muy erosionado por la lluvia y donde en épocas pasadas -hace 30 años- actuaron máquinas para sacar toscas de la barranca, es probable que se hayan ido con el trabajo”.
“La antigüedad de esta pieza es de la edad bonaerense, que es un período de tiempo que transcurre entre los 130.000 a unos 500.000 años atrás. Fue hallado en los sedimentos bonaerenses”, sostuvo.
En la salida de rutina participaron Walter Parra, José Luis Aguilar, Lucía Schvindt, Candela Alcorta, Santiago Ferreyra y Julio Simonini, todos integrantes de museo. Sobre este descubrimiento, el profesor de la Universidad de La Rioja e investigador del CONICET, Francisco Prevosti, señaló: “Estos animales llegaron a pesar unos 300 kilos, siendo los depredadores top de la cadena alimenticia en su época. Tenían una dentición hiper especializada que, según se cree, le servía para tener una mordida de precisión mucho más rápida y efectiva que la de otros félidos. Tenían un modo de matar sus presas, mucho más veloz y eficiente, y todo indica que atacaba, preferentemente, animales grandes”.
Y agregó: “La estructura de su cráneo y mandíbulas, así como la estructura de las vértebras cervicales y los músculos que movían la cabeza y todo el cuello, estaban adaptados para este depredador. Músculos muy fuertes y patas anteriores muy robustas, en relación a las posteriores, que se cree le servían para estabilizar a la presa; afirmarla más fuertemente para inmovilizarla a la hora de la fatal mordida”.
Acerca del origen de los dientes de sable en lo que actualmente es la provincia de Buenos Aires, el director del Museo Paleontológico de San Pedro expresó: “Estos animales aparecieron en América del Sur provenientes de América del Norte, en lo que se llamó el gran intercambio biótico americano, que se produce cuando se unieron las dos Américas y se produce un cambio de fauna, de norte a sur y de sur a norte”.
“Este grupo de felinos, como los mastodontes, los camélidos, los perros salvajes y una gran cantidad de animales, vienen de América del Norte y colonizan América del Sur. Asimismo, gliptodontes, perezosos terrestres, van para el norte. Esto empieza a suceder hace unos tres millones de años y cuando este animal coloniza esta región, se transforma en una más grande que la de América del Norte, debido a que encontró otras condiciones de clima y alimentación. Llegó a desarrollarse más grande que el original”.