¿Haití tendrá pronto un gobierno de transición? Desacuerdos conducen a más retrasos

Dos semanas después que países caribeños y Estados Unidos ayudaron a negociar un plan para ayudar a Haití a salir de la crisis provocada por las pandillas, miembros designados del consejo presidencial propuesto y los grupos que los nombraron siguen pasando apuros para encontrar un terreno común en los puntos más importantes.

El consejo se encargará de nombrar a un nuevo primer ministro, preparar la llegada de una fuerza multinacional y marcar el camino hacia las elecciones. Entre los asuntos aún sin resolver: ¿Los nueve miembros del panel se involucrarán en los debates sobre la gobernanza o solo sus siete miembros con derecho a voto?

Aunque aparentemente sin importancia, las diferencias sobre la composición del panel ponen de relieve los retrasos en la finalización del consejo en formación, con el que Estados Unidos y líderes caribeños cuentan para ayudar a frenar la ola de violencia que ha envuelto a la capital desde el 29 de febrero y que ha sumido al país en una crisis humanitaria aún mayor.

El sábado, los miembros propuestos para el consejo, reunidos por video, acordaron que solo siete tendrán derecho a voto. Sin embargo, sigue habiendo confusión sobre si se permitirá a los dos observadores, que representan a la sociedad civil y a la comunidad interreligiosa, participar activamente en los debates. Al menos uno de ellos amenaza con dimitir si no se le permite votar.

“Hemos caído en la improvisación total”, declaró el ex primer ministro Evans Paul el lunes por la mañana en una llamada a Radio Caraibes de Puerto Príncipe, donde cuestionó la legalidad del plan y expresó serias dudas de que vaya a funcionar. “¿Necesitamos tener nueve presidentes? Ya tuvimos esta experiencia en 1956 y aquel gobierno no duró ni un mes. ... No podemos volver a esto otra vez”.

En 1956, Haití se sumió en el caos político después de que el presidente Paul Magloire no convocara elecciones. Los disturbios y la agitación civil obligaron a Magloire a renunciar y el país pasó por las manos de cinco gobiernos provisionales a lo largo de siete meses antes de que François “Papa Doc” Duvalier ascendiera al poder en 1957 en unas controvertidas elecciones para convertirse finalmente en presidente vitalicio.

Paul ve similitudes con la renuncia forzada del actual primer ministro Ariel Henry, a la cual describió como “un golpe de estado”. A Henry, que estaba fuera de Haití cuando estallaron los más recientes actos de violencia, se le impidió aterrizar en la República Dominicana para volar a Haití y, a continuación, Estados Unidos y la Comunidad del Caribe le presionaron para que renunciara. Ha dicho que renunciará cuando se instale el panel presidencial de transición.

“El Sr. Henry salió, se fue a una misión y lo dejaron fuera del país. Lo llames como lo llames, es un golpe de estado” , dijo Paul. “La mayor misión que tenemos hoy es restaurar la autoridad del estado”.

Paul dijo que tiene serias dudas de que el plan actual tenga éxito. Dijo que aún no ha visto ningún indicio de que el consejo de transición vaya a resolver la grave crisis que enfrentan los haitianos.

“Tenemos gente que no tiene qué comer, que se esconde”, dijo. “Hay que hacer algo y la comunidad internacional nos está llevando por mal camino”.

Pronto se cumplirá un mes desde que los grupos armados de Haití atacaron instituciones gubernamentales clave, asaltaron estaciones de policía, el puerto principal y los aeropuertos internacional y nacional, y consiguieron liberar a miles de presos de las dos cárceles más grandes del país.

El asedio a la capital ha continuado desde entonces. Mientras los miembros del consejo seguían debatiendo entre ellos cómo actuar, pandilleros incendiaron un centenar de vehículos y varios edificios en el centro de Puerto Príncipe y continuaron cubriendo otros barrios con un intenso tiroteo.

Los líderes caribeños, que han mantenido conversaciones con los dirigentes políticos y cívicos de Haití, esperaban que un nuevo gobierno inclusivo no encabezado por Henry aportara cierta estabilidad. Sin embargo, los haitianos han tenido dificultades para superar tan solo la formación inicial del consejo presidencial.

Ha habido varios cambios en la composición del consejo desde que líderes caribeños, tras una reunión celebrada en Jamaica el 11 de marzo, dieron a los partidos y sectores políticos haitianos 24 horas para nombrar a nueve representantes en el panel.

Aunque los representantes fueron nombrados días después, algunos ya han sido sustituidos y es posible que se produzcan más cambios. La persona que representaba a la sociedad civil –que incluye a periodistas, activistas de los derechos humanos y otros grupos– fue sustituida poco después de ser nombrada. El representante de la comunidad interreligiosa amenaza con renunciar si no se le permite votar, y el partido político Platform Pitit Desalin, encabezado por el ex senador Jean-Charles Moïse, enfrenta una insurrección interna por la decisión del político de unirse a la transición tras haber dicho en un principio que no lo haría.

El domingo, el partido político del ex primer ministro haitiano Claude Joseph anunció su tercer cambio de designación. La semana pasada, el grupo había sustituido a su seleccionado original, un abogado de Cabo Haitiano, por la delegada de Haití ante la UNESCO, Dominique Dupuy.

Pero el domingo, Dupuy, tras impresionar a los líderes caribeños miembros, anunció que se retiraba del proceso en medio de un aluvión de ataques en las redes sociales. En un breve video en criollo, dijo que había recibido amenazas de muerte y que algunas personas habían planteado reservas constitucionales sobre su edad. Dupuy, que había cumplido 34 años el día anterior, iba a ser la integrante más joven del consejo y la única mujer.

Aunque la Constitución de Haití exige tener 35 años para ser presidente, la edad no figuraba entre los cuatro criterios enumerados por la Comunidad del Caribe cuando medió en la creación del plan. Aun así, se planteó durante las discusiones entre los designados, al citarse el nombre de Dupuy entre los cinco posibles candidatos a presidir el panel.

“No podremos salir de esta crisis en la que estamos si no nos divorciamos de las malas prácticas políticas”, declaró Emile Hérald Charles, analista político de Puerto Príncipe, al Miami Herald. “Si seguimos alineados con la cultura política que tenemos, no podremos cambiar la situación del país. Para obtener resultados diferentes, tenemos que cambiar la cultura política y la forma de hacer política”.

Aun así, al igual que Paul, ve problemas por delante para el consejo, desde su incapacidad para llegar a un consenso sobre los futuros miembros del gobierno hasta incluso su debate sobre si su composición final debe anunciarse por proclamación o aparecer en el boletín oficial del país.

Charles dijo que una de las formas de reducir las tensiones es que cada miembro del consejo tenga el mismo peso político y administrativo. Y en lugar de nombrar a uno de los miembros como presidente, deberían seleccionar a un miembro para coordinar las reuniones y supervisar las resoluciones.

Charles dijo que el mayor problema del consejo presidencial propuesto es que no es una solución surgida desde dentro de Haití, sino “facilitada” por la comunidad internacional porque los haitianos no pudieron ponerse de acuerdo entre ellos sobre un plan a seguir.

“No es un consenso real que sea exclusivamente haitiano”, dijo.