‘¡Que se haga justicia!’ Un grupo religioso se enfrenta a los grandes problemas sociales de Miami

Los bancos de Ebenezer United Methodist Church de Allapattah bullen con el parloteo de cristianos y judíos, musulmanes y protestantes, los pastores hablan informalmente con los rabinos, universalistas unitarios se ponen al día con amigos de la mezquita Al-Ansar y, cuando la catedral se calma, el reverendo Sherlain Stevens dirige la oración de apertura.

Pero no se trata de un servicio religioso ni de un foro para hablar de religión.

Se trata de una reunión de un grupo poco conocido pero influyente llamado PACT (People Acting for Community Together), una organización interreligiosa que trata de abordar los problemas sociales más acuciantes del Condado Miami-Dade. La organización sin ánimo de lucro reúne a más de 40 iglesias, sinagogas, universidades y una mezquita de Miami-Dade con el objetivo común de responsabilizar a los funcionarios públicos y crear cambios tangibles para hacer de Miami un lugar mejor y más seguro para vivir.

Suena elevado, pero PACT tiene un historial de resultados reales: ha impulsado un plan para plantar más árboles con el fin de ayudar a reducir el aumento de las temperaturas en las zonas urbanas, ha implantado identificaciones comunitarias para facilitar el acceso de las personas a los servicios y ha ampliado el programa de citaciones civiles de Miami-Dade para ayudar a reducir las penas de cárcel para los menores.

Para PACT, su fuerza reside en los números. Representa a más de 50,000 personas en las congregaciones miembros, lo que la convierte en una de las mayores organizaciones de base del sur de la Florida. A diferencia de muchos grupos que se centran más en el dinero y la recaudación de fondos, PACT usa su influencia colectiva para persuadir a las personas en el poder de que aborden los problemas más acuciantes de la comunidad. Los líderes gubernamentales que comparecen en una cumbre anual de PACT esperan ganarse el coro de aprobación característico del grupo: “¡Que se haga justicia!”

“Nuestro trabajo construye relaciones, nuestro trabajo tiende puentes, nuestro trabajo construye comunidad, nuestro trabajo permite que nuestro condado sea un lugar más seguro y sostenible donde se escuchan las voces de la gente”, dijo el reverendo Robert Brooks, pastor principal de St. Peter’s Missionary Baptist Church, en su discurso de apertura de la reunión. “Nuestro trabajo consiste en crear un Miami al que la gente se sienta orgullosa de llamar hogar”.

La defensa de la justicia social y la igualdad de trato es un principio de muchas religiones. Es la esencia de lo que hace PACT.

“Es una de las obligaciones de un creyente. Es una de las cosas que Dios nos dice que hagamos”, dijo Patricia Salahuddin, secretaria saliente de PACT y miembro de la mezquita Masjid Al-Ansar. “Realmente no importa si eres musulmán, cristiano o judío, porque en todas esas religiones están obligados a promover la justicia. Esa es la responsabilidad”.

En la asamblea anual de PACT, celebrada un lunes por la noche a finales de octubre, los miembros votaron sobre la gran cuestión que determinará su trabajo durante el próximo año. Los líderes de cada congregación habían pasado meses celebrando sesiones de escucha y encuestando a sus miembros sobre los problemas de la comunidad que les quitaban el sueño. No fueron charlas informales, sino conversaciones guiadas por facilitadores y puntuadas con preguntas punzantes.

El objetivo es capacitar a los miembros de la comunidad para darle prioridad a lo que importa y, a menudo, grupos aparentemente diferentes señalan los mismos problemas, dijo Jonathan Sepsenwol, recién elegido vicepresidente de PACT y miembro del Temple Beth Sholom.

“Se podría pensar que una sinagoga de Miami Beach como Beth Sholom no tendría por qué tener problemas similares a los de una pequeña iglesia bautista de South Miami, pero, en cada una de estas cosas en las que he participado, siempre hay cierta sinergia entre las distintas congregaciones”, dijo. “Para mí eso es extraordinario”.

Antes de la votación de este año para decidir entre la seguridad pública, el seguro de los propietarios de viviendas y el alquiler y la falta de vivienda como la gran misión del grupo, los oradores expusieron sus casos, esbozando efectos dominó del mundo real de cada tema.

El aumento de los alquileres fue la gran preocupación de Paul Campbell de St. Stephen’s Episcopal Church en Coconut Grove.

“Debido a este aumento de los alquileres, yo, mi familia y muchos de nosotros estamos a un mal accidente, a una situación de emergencia de terminar en un lugar muy desesperado”, dijo. “La lucha por pagar el alquiler nunca ha estado tan cerca de quedarse sin hogar. Tenemos que hacer algo al respecto”.

Para Toni Mountain, miembro de Ebenezer United Methodist Church, el aumento vertiginoso de los costos de los seguros de los propietarios de viviendas estaba haciendo que vivir en Miami-Dade fuera insostenible para muchas personas.

“Mi seguro de propietario de vivienda aumentó de $3,500 en 2022 a $7,500 en 2023. Estoy jubilada, vivo de un ingreso fijo y debo ser muy frugal con mis gastos”, dijo. “Me estoy planteando volver a trabajar”.

Al final, los miembros de PACT eligieron el aumento de los alquileres y la falta de vivienda como campaña de este año y ahora empieza el trabajo duro.

Buscar soluciones

Durante los próximos meses, los voluntarios de PACT formarán comités semanales para investigar la crisis de los alquileres elevados. Averiguarán qué grupos se han dedicado ya a esta cuestión y en dónde pueden tener mayor repercusión.

“¿Por qué tenemos este problema con los alquileres? ¿Por qué suben? ¿Por dónde empezamos? ¿Qué podemos hacer? ¿Con quién hablamos? ¿Cómo recopilamos datos? Una vez que nos hayamos planteado estas preguntas, veremos cuál es nuestro objetivo principal”, dijo Salahuddin. “¿Qué es lo que realmente queremos conseguir?”.

A través de esta fase de investigación, los miembros adquieren un sentido de propiedad tanto sobre los problemas como sobre las posibles soluciones, dijo la presidenta saliente, la reverenda y doctora Laurinda Hafner, de Coral Gables Congregational United Church of Christ.

“Cuando trabajamos juntos e investigamos para asegurarnos de que tenemos todas las estadísticas y todos los datos correctos sobre nuestros problemas, [...] la gente se empodera porque llega a trabajar en esos problemas”, dijo. “No son solo superficiales o están fuera. Están en el círculo”.

Una vez elaborado un plan para abordar los problemas, los miembros de PACT pasan a lo que más importa en el gobierno: conseguir la atención de las personas que elaboran las políticas y deciden cómo gastar el dinero. Los miembros se comprometerán con los políticos locales hablando en las reuniones del ayuntamiento, llamando a los representantes y abogando por planes políticos.

La campaña culmina con un foro público anual, denominado Asamblea de Acción Nehemías, en el que se invita a los líderes políticos a comparecer en una casa de culto ante más de 1,000 personas. Esenombre procede del libro de Nehemías del Antiguo Testamento, cuando el profeta Nehemías usó su influencia para coordinar una gran asamblea con el fin de denunciar a los nobles y prestamistas por explotar a los israelitas.

La asamblea es un montaje inusual para los políticos y líderes de Miami-Dade: para empezar, apenas se les permite hablar. En su lugar, frente a una multitud de electores, se les pide que respondan a preguntas directas sobre la aprobación de los planes del PACT.

“Cuando un político viene a una reunión de PACT y ve a miles de personas allí, como que se sientan y prestan atención en torno a las cuestiones que estamos levantando y a las que queremos que sean sensibles”, dijo Hafner. “Todas estas personas representan a votantes que pueden hacer o deshacer la carrera política de una persona”.

Salahuddin, quien ha asistido a todas las Asambleas de Acción Nehemiah desde que se unió a PACT, dijo que las reuniones no siempre salen como ellos esperan, pero que PACT está preparado para todo tipo de situaciones.

“Van de bastante decepcionantes a bastante exitosas y, cuando digo decepcionantes, no quiero decir que no hayamos hecho lo que debíamos, sino que los funcionarios encontrarán excusas y razones para no hacer lo que se supone que deben hacer”, dijo.

En la asamblea, un miembro de PACT puede preguntarle a un comisionado municipal si se compromete a renovar un programa de prevención de la violencia armada, o a un alcalde que asigne fondos para un plan de arbolado, como hizo en junio la alcaldesa de Miami-Dade Daniella Levine Cava. Si el funcionario dice “sí”, la sala grita al unísono “¡Que se haga justicia!”.

Pero ¿si la respuesta es negativa? La respuesta es algo que ningún político quiere oír.

“Nos sumimos en un silencio absoluto”, dijo Salahuddin. “Después de dejar que ese silencio resuene en el formato durante un rato, entonces la persona que sujeta el micrófono dirá que tienes un minuto para explicar tus razones”.

Historial de éxitos

El trabajo de defensa de PACT, que se remonta a 1988, ha tocado temas que van desde la reducción de la violencia armada local hasta la eliminación de las suspensiones escolares en las escuelas públicas de Miami-Dade.

En 2018, PACT trabajó para reducir la cantidad de personas que van a la cárcel por delitos menores al ayudar a aprobar el Proyecto de Ley del Senado 1392, que requiere que todos los condados establezcan programas de citaciones civiles. El programa previo a la detención, que ahora existe en los 67 condados de la Florida, disuade a los adultos jóvenes de entrar en el sistema de justicia penal en su primer delito menor. En los últimos seis años, 60,000 menores menos han sido arrestados por delitos menores en todo el estado, ahorrando a los contribuyentes $135 millones, según PACT.

En una de sus últimas campañas, Levine Cava acordó aspirar a una cubierta arbórea del 30% en todo el condado para 2030, algo que el condado no ha conseguido en el pasado. Los árboles proporcionan una sombra refrescante que ayudará a combatir el clima cada vez más caluroso, que se calcula que mata a 34 personas y hospitaliza a cientos más cada año en Dade. El superintendente escolar de Miami Dade, José Dotres, también se comprometió a apoyar esta labor, lo que resulta útil porque el sistema posee una cantidad significativa de terrenos en el condado. Eso es algo que PACT aprendió a través de su meticulosa investigación.

“Gracias a nuestro trabajo, conseguimos $25 millones locales y federales para plantar árboles en el Condado Miami-Dade durante los próximos dos años”, dijo Andre Green, miembro de la iglesia Mount Hermon AME de Miami Gardens, que formó parte del equipo de la campaña del dosel arbóreo de PACT.

Los problemas del calor extremo fueron generalizados.

“Escuchamos cientos de historias en nuestras sesiones de escucha sobre inundaciones en nuestras comunidades, sobre facturas de electricidad que se disparan porque ponemos el aire acondicionado al máximo y sobre niños que no pueden jugar al aire libre durante el día”, dijo Green. “Trabajadores al aire libre que se desmayan por agotamiento por calor y sufren golpes de calor y miembros mayores de la comunidad que sufren en las paradas de autobús, todo ello debido a los efectos negativos del calor extremo”.

Como las reuniones se celebran en distintas congregaciones de Miami, los miembros también están expuestos directamente a distintas creencias y culturas. Por ejemplo, aunque había visitado una mezquita en Israel, el presidente saliente Sepsenwol admitió que no había ido a ninguna en Estados Unidos sino hasta que asistió a una reunión de PACT en Masjid al-Ansar.

“Es increíblemente importante que tengamos este tipo de lugares, en donde personas de distintas religiones puedan reunirse y centrarse en otra cosa, de modo que la fe en sí misma no sea un problema”, dijo. “Y eso tiende puentes entre las religiones”.

Que se haga justicia

De vuelta a la reunión anual, Brooks, pastor de St. Peter’s Missionary Baptist, hizo referencia a un versículo bíblico del capítulo seis del libro de Miqueas.

“Qué pide el Señor de ti, sino que hagas justicia, que ames la misericordia y que camines humildemente con tu Dios”, dijo. “Y, aunque a menudo hacemos misericordia y caminamos humildemente con nuestro Dios, suele ser un poco más difícil hacer justicia, porque la justicia exige exigir responsabilidades a quienes toman las decisiones”.

Hacer justicia requiere poder de dos fuentes diferentes, dijo Brooks. “Se trata de personas organizadas y dinero organizado, así que permítanme hacerles una pregunta: ¿podemos hacerlo solos?”. La sala estalló en un sonoro “No”.

La iglesia zumbaba con energía mientras los asistentes participaban en una llamada y respuesta que se escucha casi todos los domingos en las iglesias bautistas.

“¿Qué tipo de mundo, qué tipo de comunidad estamos creando para nuestras futuras generaciones?”, dijo Brooks. “Una comunidad que exija respeto y dignidad para todos nuestros residentes. Que se haga justicia”.

Y, como hicieron repetidamente a lo largo de la reunión, los miembros de muchas confesiones cantaron a una sola voz “¡Que se haga justicia!”