Los húngaros exigen más libertad de prensa ante la sede de la "fábrica de propaganda 'MTVA'"

Miles de manifestantes se han concentrado ante la sede de la empresa pública de medios de comunicación húngara para protestar contra lo que consideran una red de propaganda gestionada por el Gobierno nacionalista a costa del contribuyente.

La protesta fue organizada por el opositor más destacado de Hungría, Péter Magyar. Magyar lidera el partido TISZA, que se ha convertido en los últimos meses en el desafío político más serio para el Primer ministro Viktor Orbán desde que asumió el poder hace casi 15 años.

Magyar, cuyo partido obtuvo casi el 30% de los votos en las elecciones europeas de este verano y se sitúa a pocos puntos del partido gobernante Fidesz, ha denunciado abiertamente el daño que, en su opinión, la "fábrica de propaganda" de Orbán ha causado a la democracia húngara.

"Repite una mentira suficientes veces y la gente creerá que es verdad. Este es el consejo de Adolf Hitler a Fidesz, a la propaganda del partido gobernante. Y los discípulos siguieron el consejo de su maestro. Lo que está ocurriendo hoy en Hungría en 2024 bajo el nombre de servicio público es un escándalo mundial", dijo Magyar a la multitud.

Tanto los observadores húngaros como los internacionales llevan tiempo advirtiendo de que la libertad de prensa en el país está amenazada y de que el partido de Orbán se ha servido de la compra de medios de comunicación por magnates de los negocios relacionados con el Gobierno para construir un imperio mediático progubernamental.

Según Reporteros sin Fronteras, el partido de Orbán controla el 80% de los medios de comunicación húngaros.

En 2021, el grupo incluyó a Orbán en su lista de "depredadores" de los medios de comunicación, siendo el primer dirigente de la UE en ser nombrado como tal. El sábado, Balázs Tömpe, un manifestante que viajó varias horas para asistir a la manifestación, calificó la sede de la cadena estatal 'MTVA' de "fábrica de mentiras".

"La propaganda llega a tal nivel y es tan desequilibrada que hierve la sangre y creo que tenemos que alzar la voz", dijo.

Ágnes Gera, una profesora jubilada del sur de Hungría, dijo que las voces disidentes estaban censuradas en los medios de comunicación públicos, lo que limitaba el acceso de los húngaros a la información sobre alternativas políticas.

"Es muy pesado y desafortunado que el sistema funcione de esta manera, en la que el público sólo oye a una parte y ni siquiera conoce a la otra", afirmó.

Magyar exigió la dimisión del director de los medios de comunicación públicos, y se hizo eco de las quejas de muchos políticos de la oposición de que no se les brinda la oportunidad de aparecer en la televisión pública para comunicarse con los votantes.

Convocó a sus partidarios a otra manifestación el 23 de octubre, fiesta nacional que conmemora la fallida revolución húngara contra la dominación soviética en 1956.