Gusanos en el baño y sin instrumentos musicales: el impacto de la austeridad en el Cedart Luis Spota de CDMX

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Cuando al chat grupal de la escuela llegaron fotos y videos de gusanos saliendo del agua del baño, las madres y padres de los estudiantes del Centro de Educación Artística (Cedart) Luis Spota estallaron de coraje, ante la austeridad con la que se vive en el recinto.

Desde octubre del año pasado, los alumnos ya habían manifestado molestia porque, ante los cortes reiterados del servicio de agua, los mandaban a hacer sus necesidades a un centro comercial cercano a este Cedart ubicado en la colonia Juárez de la capital mexicana, y también por la falta de mantenimiento y de reparación de instrumentos musicales, así como por los presuntos actos de acoso de algunos docentes. 

Pero lo de los gusanos en el agua fue la gota que derramó el vaso. 

El 13 de marzo de este 2023, las madres y padres se presentaron en el Cedart para exigir que les dejaran acceder al inmueble y hacer un recorrido para ver las instalaciones de este centro de “alto rendimiento” artístico. 

Y lo que allí encontraron y registraron en imágenes fue la estampa de una escuela en el abandono: goteras y manchas rancias de humedad expandiéndose voraces por los techos y paredes; cisternas sin mantenimiento; sofás polvorientos y sillones comidos por los hongos con letreros que rezan ‘Solamente quiero sentirme cómodo en la escuela’; pupitres con madera ya putrefacta; plafones destruidos; cables eléctricos colgando de los techos; focos rotos; salones hacinados sin clima; suelos desconchados; tarimas de madera astilladas; lavamanos con letreros advirtiendo que nadie se lave los dientes ahí por la falta de agua potable; y lavabos de metal podrido y una cubeta de pintura como desagüe, entre otros desperfectos. 

Las condiciones del Cedart Luis Spota en CDMX
Las condiciones del Cedart Luis Spota en CDMX | Fotos: Manuel Ureste

Esto, además de la presencia, según denuncian los alumnos entrevistados, de cucarachas campando por este inmueble que el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), de la Secretaría federal de Cultura, renta desde hace al menos 20 años, y que antes era la antigua Biblioteca Benjamín Franklin.

“No es un espacio digno para nuestros hijos”, resume ante el catálogo de desperfectos la señora Alicia, quien, como el resto de madres y padres de familia entrevistados para este reportaje pidieron que se le modificara su identidad por temor a represalias en contra de los estudiantes.

El impacto de la austeridad en el Cedart Luis Spota 

Los Cedart son centros de educación artística que se establecieron desde 1976 en México con el objetivo de que los alumnos cursen un bachillerato de arte y humanidades con la mirada puesta en que, posteriormente, puedan realizar estudios de nivel superior en el área artística. 

En la actualidad hay 12 Cedart repartidos en estados como Yucatán, Oaxaca, Michoacán, Colima, Chihuahua y Querétaro, además de los tres que están en Ciudad de México: Diego Rivera, Frida Khalo, y Luis Spota, que, después del Cedart Miguel Cabrera de Oaxaca (360 alumnos), es el que mayor matrícula tiene en el país con 304 estudiantes en este 2023, según datos abiertos del INBAL.

Sin embargo, a pesar de la abultada matrícula de alumnos las denuncias por “abandono” y falta de recursos económicos y materiales para la compra, por ejemplo, de instrumentos musicales, o de cosas tan elementales como ventiladores, se han incrementado en los últimos años.

Especialmente, a raíz de la política de austeridad implementada por el actual ejecutivo de López Obrador que también ha impactado en la Cultura: en 2022, se aprobó un presupuesto para la Secretaría de Cultura federal de 15 mil millones de pesos, el más alto en 6 años que, no obstante, aún está muy lejos de los 19 mil aprobados en 2016 (un 27% menos) y más lejos aún de los 23 mil 642 aprobados en 2013 (hasta un 57% menos), el primer año del presidente Peña Nieto. 

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Mientras que el INBAL, con 3 mil 327 millones aprobados en 2022, tuvo un ligero aumento del 2.65%, aunque su presupuesto todavía es menor al que recibió en 2020, en plena pandemia, cuando obtuvo de la Federación casi 170 millones de pesos más. Y para el próximo 2024, las cosas no serán mucho mejores: apenas recibirá 4 millones más que este año. De hecho, si se compara con 2018, el presupuesto del INBAL se reducirá un 17% en términos reales. 

Germán, docente e integrante de un sindicato de Cultura, explica que si bien la situación precaria de centros educativos como los Cedart o incluso el Conservatorio Nacional de Música, uno de los iconos de la cultura mexicana, no es reciente, sino que viene de años y administraciones atrás, los recortes actuales en el presupuesto y la política de austeridad han venido a agravar esa situación de por sí ya precaria. 

“Por supuesto que se ha notado mucho la austeridad republicana. Si en 2016 te daban 10 pesos, y ahora te dan casi un 50% menos, pues muy poco vas a poder hacer por mejorar la situación de los planteles”, apunta Germán, que también pidió mantener su identidad en el anonimato. 

El Conservatorio Nacional de Música, un patrimonio artístico del país afectado por la austeridad en el presupuesto.
El Conservatorio Nacional de Música, un patrimonio artístico del país afectado por la austeridad en el presupuesto. | Foto: Manu Ureste

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132 mil pesos de presupuesto para suministros en 3 años

En el caso específico de los presupuestos de los Cedart en todo el país, cabe señalar que esa es información no aparece detallada en la Cuenta Pública de Hacienda.

Por ello, se le pidió por transparencia al INBAL, la cual reportó que en tres años, entre 2020 y 2022, el presupuesto destinado a los Capítulos 2000 y 3000 relativos a la compra de bienes materiales y suministros para la operación diaria, fue de apenas 132 mil pesos en el caso específico del Cedart Luis Spota: en 2020, el presupuesto fue de 4 mil pesos debido a que el plantel estuvo cerrado por la pandemia, mientras que en 2021 fue de 30 mil 653 pesos y para el 2022, ya con la reapertura de las clases, fue de 98 mil 259 pesos. 

En cuanto al presupuesto total, el INBAL detalló que en 2022 el Cedart Luis Spota ejerció 98 mil pesos de gasto, un 72% de recorte en comparación con lo gastado en 2018, cuando se ejercieron 359 mil pesos.

El Cedart Frida Kahlo también tuvo un recorte del 48% en 2022; al igual que el Cedart de Querétaro, con un 50%. Mientras que el Cedart de Hermosillo, Sonora, tuvo un recorte de hasta un 82%. 

Además de los ajustes presupuestales, la pandemia es otro factor que ha contribuido mucho a la mala situación de los Cedart, apunta el activista sindical Germán, quien explica que entre 2020 y 2021 las escuelas como el Cedart Luis Spota estuvieron prácticamente dos años sin recursos para mantenimiento y para otros servicios como vigilancia. 

“Pero cuando reinició todo, se dieron cuenta de que había grandes problemas. La vuelta a clases les sobrepasó por completo. Por ejemplo, es cierto que muchas carencias de papel de baño y que la cisterna de agua estuvo muy sucia y contaminada con gusanos. Y nadie hizo nada por hacerle una limpieza a fondo hasta que los alumnos lo denunciaron y explotó todo”. 

“Y también es cierto que los mandaban a un centro comercial al baño, porque los directivos decían: ‘bueno, ¿qué hacemos?’ ‘¿Los mandamos para allá, o cortamos las clases?’”, agrega el docente, que asegura entender la reacción de los padres: “nadie quiere tener a su hijo en un centro educativo en esas condiciones”. 

En cuanto a los ingresos autogenerados en concepto de inscripciones, exámenes extraordinarios, o primeros ingresos, el INBAL reportó por transparencia que entre 2018 y 2022 la cifra ascendió en el Luis Spota a 504 mil pesos, aunque no respondió si ese dinero fue invertido “para comprar suministros, mantenimiento o mobiliario o demás necesidades de la escuela”, pues se limitó a referir que dicha cantidad fue a parar a una “cuenta bancaria concentradora a nombre de la Tesorería de la Federación (Tesofe)”. 

Mobiliario en el Cedart Luis Spota
Mobiliario en el Cedart Luis Spota | Foto: Manuel Ureste

Lo que parece un hecho es que el dinero no se gastó en la compra de suministros como sillas, escritorios, bastidores, pizarrones y mobiliario, ni tampoco en la reparación y mantenimiento de los pianos del Luis Spota, ni en el mantenimiento de las duelas de los salones de danza. 

De nuevo por transparencia, el INBAL respondió que, para la compra de sillas, escritorios, etcétera, no contaba con recursos del Programa de Inversión; mientras que de las duelas dijo que “se realiza solo cuando es requerido”. En cuanto a los pianos, la institución señaló que el último mantenimiento fue en 2018, hace ya casi seis años.

Duela del Cedart Luis Spota, sin mantenimiento
Duela del Cedart Luis Spota, sin mantenimiento | Foto: Manuel Ureste

“Tocamos los pianos como se pueda”: testimonios en el Cedart Luis Spota

Zoe es estudiante de música. Y en entrevista corrobora lo dicho por el INBAL: “Los pianos están desafinados y, además, está el problema de que tienen los pedales rotos. Son como 4 pianos, de los que 3 no tienen pedales. Así que los tocamos como se pueda, porque tampoco hay nadie que los afine o los arregle. Nos hemos quejado con los directivos, pero no pasa nada. No hay respuestas”. 

En cuanto a otros instrumentos, la estudiante dice que hay varias guitarras a las que se les rompieron las cuerdas y que no han sido reparadas, y que en su clase tienen un violín para al menos 20 alumnos.  

Por otro parte, sobre el gasto en la renta del inmueble, el INBAL invierte todos los meses algo más de un millón de pesos, 12 millones al año.

Precisamente, la institución federal señaló también por transparencia que es el arrendador, en este caso una inmobiliaria, la que está obligada a hacer “las reparaciones necesarias para conservar el inmueble en estado óptimo”, incluyendo el servicio de elevadores, escaleras de emergencia, y los servicios de vidrios, cisternas, bombas de agua, tinacos, sistema de aire acondicionado, etcétera. 

Sin embargo, los padres y madres de familia entrevistados denuncian que ni el INBAL, ni el arrendatario del inmueble, invierten lo necesario.

“Tienen en condiciones infrahumanas a nuestros hijos. Es un inmueble inseguro, que no pasaría una revisión mínimamente rigurosa de Protección Civil. Los cables eléctricos están pelados, los techos están sin plafones, y los niños se han quedado atorados en el elevador”, denuncia Margarita, otra de las madres entrevistadas, que hace hincapié en que “en general, hay un gran abandono de la escuela”. 

Ante estas denuncias, y luego del recorrido por el centro, el pasado 15 de marzo de este año los padres de familia del Cedart Luis Spota entregaron por escrito a las autoridades de la Subdirección General de Educación e Investigación Artística del INBAL un documento en el que planteaban diversas exigencias, como la necesidad de invertir recursos suficientes para “mantenimiento de pianos (afinación), cuerdas para guitarra, caballetes e insumos de papelería”, la realización de una “limpieza profunda” del plantel, y la entrega de un reporte de mantenimiento de las instalaciones al INBAL y a la inmobiliaria que renta el inmueble. 

Asimismo, colocaron en la puerta del inmueble una manta que exige a las autoridades “una escuela digna”, misma que, advirtieron, dejarían colgada hasta que todas las demandas hayan sido atendidas.

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“Se hicieron todas las reparaciones”: INBAL

Ante esta situación, Mónica Hernández Riquelme, subdirectora general de Educación e Investigación Artística del INBAL, responde en entrevista con Animal Político que, cinco meses después de las protestas, “ya se hicieron todas las reparaciones solicitadas”.

“En el Luis Spota todas las peticiones se han atendido. Se hizo la limpieza profunda, la reparación de los sanitarios y de la parte hidráulica sanitaria, se pintó y se hicieron remozamientos. Los chicos hoy están en mejores condiciones”, insiste la funcionaria federal, que aclara: 

“Hubo otras peticiones, como hacer las ventanas más grandes, que no se pudieron atender, porque no se pueden cambiar. Por eso decimos que, hoy por hoy, todas las peticiones, las que son realizables, ya están atendidas”.

Sin embargo, los padres y madres responden que “solo se le dio una manita de gato” al inmueble, y que muchas de las quejas aún persisten. 

De hecho, en una visita el pasado viernes 29 de julio, este medio comprobó que la manta exigiendo una escuela digna aún continuaba colgada de la puerta del Cedart Luis Spota. 

“Nadie quiere quedar mal con el presidente y pedir dinero”

La sala de danza está en la azotea, junto al taller de artes plásticas, que no es más que una pequeña covacha hecha con remiendos de láminas, maderas sueltas, estanterías viejas, un armario de metal oxidado, y un lavabo con una cubeta como desagüe.

Ahí mismo, en la azotea, hay desperdigadas unas mesas de plástico y sillas de propaganda de refrescos que hacen las funciones de roof garden. La cafetería aún no está abierta, a pesar de que es otra de las peticiones añejas de los padres. 

Aunque el INBAL dijo haber atendido las peticiones de estudiantes del Cedart Luis Spota, padres de familia sostienen que el lugar es inseguro.
Aunque el INBAL dijo haber atendido las peticiones de estudiantes del Cedart Luis Spota, padres de familia sostienen que el lugar es inseguro. | Fotos: Manuel Ureste

El calor, incluso al aire libre, es sofocante. La azotea está cubierta por un domo de lámina que eleva varios grados la temperatura. Por momentos, el lugar parece un invernadero. 

Al interior del aula Emma Duarte, maestra de Danza Folklórica, el ‘horno’ es peor: la treintena de padres y madres y familiares que asistieron para ver a sus hijos e hijas hacer el examen de danza no paran de atusarse las playeras y las blusas. Muchos, la mayoría, se abanican la cara con la mano. Otros, sacan pañuelos para secarse el sudor. Todos están sentados en unas improvisadas ‘gradas’ hechas con madera.

Al frente, a unos pocos metros de las ‘gradas’, cuatro ventiladores pequeños colocados en las esquinas del escenario no se dan abasto para sofocar el bochornazo ni el sol sofocante que cae a plomo sobre las láminas de hierro pintadas de negro. En las ventanas, un par de cortinas negras agujereadas opacan la luz e impiden el paso del aire. 

Al fin, los focos colgados del techo, de donde también penden algunos cables torpemente anudados, se encienden y salen las notas de música algo distorsionadas por la falta de potencia de la bocina. 

“No es cierto que ya hayan resuelto todas nuestras demandas. Lo único que han hecho ha sido pintar la escuela, cambiar unos lavabos y unas lámparas”, apunta la señora María, que observa sudorosa a su hija mientras danza. 

“A varios meses de nuestras demandas, aún hay salones que siguen sin plafones en los techos. Y los niños se hacinan en los salones porque no hay suficiente ventilación. Los padres de familia tuvimos que cooperarnos para comprar 15 ventiladores para los salones”, añade. 

Doña Marta, otra madre de una joven estudiante, dice que el elevador también sigue sin funcionar correctamente. 

“Se han quedado niños atorados. Uno se quedó más de una hora atorado ahí porque traía muletas y no podía subir por las escaleras. Está terrible, y las autoridades se curan en salud diciendo que ya pintaron y ya cambiaron unos lavabos y porque le dieron una manita de gato”. 

“Siempre nos dicen lo mismo”, interviene doña Angélica, otra de las madres de estudiantes. “Que faltan cosas en la escuela porque no hay presupuesto, o porque les recortaron. Y nosotros decimos, okey, sabemos que hay recortes. Ni modo. ¿Pero por qué no nos permiten a los padres ayudar? ¿Por qué no nos permiten hacer donaciones o que organicemos eventos para recaudar fondos para cambiar, al menos, los pupitres que están en un estado espantoso? Es algo que no entendemos”. 

Germán, el activista sindical y docente, asegura que en reuniones que han mantenido con autoridades del INBAL les prometieron recursos extra para subsanar la mala situación del Cedart Luis Spota, y de otros centros en entidades como Querétaro. Pero lamenta que no está siendo suficiente. 

“Si las necesidades son el 100%, la Subdirección General de Educación del INBAL solo pudo aportar el 20%. Solo invirtieron lo mínimo indispensable para solucionar donde había cuestionamientos fuertes por parte de los padres”, expone Germán, que también dice entender que con los recortes y la austeridad republicana poco más se puede hacer, aunque también responsabiliza a las autoridades del INBAL. 

“Van ya tres sexenios en los que el capítulo 5000 lo prohíben, y pues ahora tienen que hacer la gestión directa con Hacienda para comprar, por ejemplo, pianos. Pero ese es el trabajo de la Subdirección General de Educación del INBAL. Tienen que ir y pedir esos recursos. Exigirlos”. 

“El problema ,subraya, es que, con esto de la austeridad, pues nadie quiere quedar mal con los jefes de arriba, con el presidente. Porque van a ir a pedir dinero y les van a decir: ‘¿oye, pero no ves que estamos ahorrando para las obras? ¿Tú de qué lado estás? Y por eso nadie quiere molestar pidiendo más recursos, y por eso no se buscan otras alternativas, como donaciones o exposiciones para recaudar”, concluye el activista sindical.