Quién fue Guibert Englebienne, celebridad de Punta Mogotes y padre de uno de los fundadores de Globant

El Pato de Punta Mogotes, emblema e ícono de Mar del Plata
El Pato de Punta Mogotes, emblema e ícono de Mar del Plata - Créditos: @La Capital Mdq

MAR DEL PLATA.– De la imponente imagen de tres metros de altura que allá por fines de la década del 60 ya sorprendía en la esquina de Aráoz y Avenida Martínez de Hoz, hoy Avenida de los Trabajadores, a ser pieza de merchandising que viaja como souvenir en el frente de remeras, escudo de gorras y estampa de vasos y tazas.

El Pato de Punta Mogotes es historia y presente, emblema e ícono de esta ciudad desde el impulso que allí le dio Guibert Englebienne. El hombre detrás del comercio que hizo del lugar una referencia geográfica indudable de Mar del Plata murió ayer, a los 84 años.

Belga, enólogo y radicado en estas playas desde 1965 para gerenciar una empresa pesquera, se aventuró pronto con esa propiedad en ochava en la que esa suerte de versión criolla del Donald de Disney ya tenía protagonismo como vértice exterior de ese edificio en triángulo que, con el correr de los años, mutó a la par de los servicios que requería el turismo.

Guibert Englebienne
Guibert Englebienne - Créditos: @Facebook Rotary Mar del Plata Sud

Casi tan famoso como los lobos de piedra de la rambla, obra del escultor José Fioravanti, este personaje que cargado de simpatía se permitió cambios de diseño y de vestimenta. Acompañó festejos históricos con casaca del seleccionado argentino y hasta tuvo “su hijo”, una versión de mitad de tamaño que durante un tiempo lo acompañó a su lado y hoy luces puertas dentro del local.

Guibert llegó desde La Plata con su esposa, Ana María Mateos. La misión al frente de la planta pesquera lo acercó a la ciudad pero pronto, con enorme visión, desarrolló esta propuesta comercial que involucraba revelado de fotos, venta de rollos y máquinas, más –a medida que crecía– todo lo que requería una jornada de playa: sillas, heladeras, ojotas y demás.

Un unicornio argentino

El matrimonio tuvo tres hijos. Uno de ellos, Cristian, es el que actualidad más vinculado ha quedado con el manejo familiar de El Pato. Aunque el apellido ganó trascendencia mundial de la mano de Guibert, homónimo de su padre y uno de los cuatro fundadores de Globant, el unicornio argentino que es la empresa de software más importante del país, con una cotización que se mide en miles de miles de millones de dólares.

“El Pato fue una escuela familiar de emprendedorismo”, reconoce el propio Guibert cuando revisa y repasa esos años de niñez y adolescencia durante los cuales, en cada temporada, esa esquina de Punta Mogotes daba respuestas a todas las demandas. Desde un souvenir hasta el alquiler de un televisor para los departamentos de renta de la zona.

Matias Merlo creó tragos que se sirven en tres íconos marplatenses, y uno de ellos es el Pato de Punta Mogotes
Matias Merlo creó tragos que se sirven en tres íconos marplatenses, y uno de ellos es el Pato de Punta Mogotes - Créditos: @Mauro V. Rizzi

Englebienne, en aquellos años en los que Mar del Plata se consolidaba como principal destino turístico del país y explotaba de visitantes durante cada verano, no solo diversificó la oferta de su local sino que amplió locales. Incluso en localidades vecinas de la costa atlántica, cuyo manejo no tardó en poner bajo responsabilidad de sus todavía jóvenes hijos.

“El Pato”, que fue reversionado en tres oportunidades en su estructura de material, tuvo una propuesta muy moderna, a la par de la tecnología de estos tiempos. Lejos de aquellos inicios en los que llegó a tener como sponsor a empresas de fotografía, incluso con cámara en mano, sorprendió a los turistas con un sistema de selfies automatizado. La foto que eterniza la visita a Mar del Plata con esa imagen de fondo llegaba de manera automática, desde un tótem que subía la instantánea directamente a redes sociales. Por decenas de miles se contaron al final de la temporada.

En la comunidad marplatense tiene una destacada trayectoria y un aun mayor reconocimiento por sus aportes a la comunidad. Conocido su fallecimiento, el Rotary Club Mar del Plata Sud, que integró durante más de dos décadas y del que llegó a ser presidente, lo despidió con un emotivo mensaje. Hace tres años lo habían nombrado socio honorario.