Guerra en Ucrania: así es Storm Shadow, el devastador misil británico
CIUDAD DE MÉXICO, noviembre 20 (EL UNIVERSAL).- Ucrania comenzó a utilizar los misiles de largo alcance Storm Shadow, suministrados por el Reino Unido, en la guerra contra Rusia, informaron medios británicos. El anuncio se produce un día después del primer ataque ucraniano en Rusia con misiles estadounidenses de largo alcance ATCMS.
Se trata de armas poderosas que pueden alcanzar una distancia de unos 250 kilómetros (los ATCMS alcanzan 300 kilómetros).
Los Storm Shadow (Sombra de Tormenta) se lanzan desde un avión y vuelan a una velocidad cercana a la del sonido, antes de caer y detonar su ojiva de alto poder explosivo (450 kilogramos).
Este misil de crucero británico se basa en los proyectiles Apache franceses y fue desarrollado por el fabricante galo Matra y British Aerospace (actualmente consorcio europeo MBDA).
Su equivalente en Francia son los SCALP-EG (siglas en francés de Misil de Crucero de Largo Alcance de Uso General).
Los Storm Shadow tienen una carga penetrante inicial capaz de perforar el suelo o el exterior de un búnker. Cuentan con una espoleta de retardo variable para controlar la detonación de la ojiva principal.
Cada misil pesa alrededor de mil 300 kilogramos, con un diámetro máximo de 48 centímetros, 2.84 metros de envergadura y una longitud de 5.10 metros.
Entre los blancos que puede atacar están puestos de mando, control y comunicaciones, búnkeres reforzados, aeródromos, infraestructuras críticas como depósitos de municiones, buques de superficie o puentes.
Como característica adicional, los Storm Shadow se programan antes del lanzamiento. Esto significa que, una vez lanzados, ya no se pueden controlar ni se puede modificar la información en torno al blanco a atacar.
Tampoco se pueden autodestruir. El misil sigue una trayectoria de forma semiautónoma, en un vuelo bajo guiado por GPS. Una vez cerca del objetivo, cae en picada, como lo hacen los drones suicidas.
Cada misil, de acuerdo con la cadena británica BBC, cuesta casi un millón de dólares, por lo que se utilizan más bien en ataques selectivos.