La guerra en Ucrania evoluciona hacia una competencia global de “quién aguanta más tiempo”

Soldados ucranianos suben a un tanque a través de una calle en Pokrovsk, en la región de Donetsk en el este de Ucrania, el viernes 8 de julio de 2022. (AP Foto/Nariman El-Mofty)
Soldados ucranianos suben a un tanque a través de una calle en Pokrovsk, en la región de Donetsk en el este de Ucrania, el viernes 8 de julio de 2022. (AP Foto/Nariman El-Mofty)

WASHINGTON.– Otro día, otro cargamento de armas: el viernes, el Pentágono anunció un nuevo envío a Ucrania de lanzacohetes múltiples y municiones guiadas de precisión, la más reciente tanda de armamento que va rumbo al este. ¿Y si un día esta rutina de envíos se empieza a frenar?

Hace más de cuatro meses que Rusia invadió Ucrania, pero esa supuesta guerra relámpago que Rusia terminó en debacle para el Kremlin y ahora se ha convertido en una batalla por cada metro de terreno sin final a la vista, una competencia geopolítica de “quién aguanta más” que el presidente Vladimir Putin apuesta a ganarle a un Occidente impaciente y siempre muy voluble.

El presidente Joe Biden se comprometió a apoyar a Ucrania “el tiempo que haga falta”, pero ni él ni nadie saben cuánto tiempo es eso, o qué más pueden hacer Estados Unidos y sus aliados en ese lapso, a falta de una intervención militar directa. Los funcionarios norteamericanos reconocen que tarde o temprano las reservas de armas de Estados Unidos y Europa empezarán a agotarse, y si bien Estados Unidos autorizó 54.000 millones de dólares en ayuda militar y asistencia, cuando ese dinero se agote nadie espera otro cheque del mismo monto.

Así que Biden y su equipo están buscando una estrategia a largo plazo, en medio de crecientes temores de una escalada bélica, con un acuerdo negociado que parece cada vez más remoto, y con una opinión pública mundial que empieza a agotarse del tema.

“Me preocupa el factor cansancio de la opinión pública en varios países, por los costos económicos y por otras preocupaciones más acuciantes”, dice el senador demócrata Chris Coons, aliado cercano de Biden que la semana pasada asistió a la cumbre de la OTAN en Madrid.

Vista de un edificio destruido en Soledar, un pueblo de Donetsk
Vista de un edificio destruido en Soledar, un pueblo de Donetsk

“Hay que tener decisión y seguir apoyando a Ucrania”, dijo Coons, que integra la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado norteamericano. “Por ahora no sabemos exactamente cuánto tiempo más durará esto, o qué rumbo tomarán las cosas. Lo que sí sabemos es que si dejamos de apoyar a Ucrania, las consecuencias para Estados Unidos serán mucho peores”.

De hecho, el gobierno de Biden llegó a la conclusión de que Putin aún quiere extender la guerra y ocupar Kiev. “Creemos que sus objetivos efectivamente siguen siendo los mismos de antes, o sea, ocupar la mayor parte de Ucrania”, dijo la directora de inteligencia nacional de Estados Unidos, Avril D. Haines.

Y Putin casi pareció confirmarlo el jueves, cuando advirtió que tenía varias opciones de expansión a su alcance. “Todo el mundo sabe que, en términos generales, ni siquiera hemos empezado en serio”, dijo Putin ante los líderes parlamentarios en Moscú. “Dicen que nos quieren vencer en el campo de batalla”, agregó Putin. “Que lo intenten.”

Cuatro objetivos

Por inciertos que sean los próximos meses, la Casa Blanca argumenta que ha cumplido o cumplirá algunos de los cuatro objetivos estratégicos que se fijó al principio de la guerra.

El primero era asegurarse de que Ucrania reaccionara “como una sociedad dinámica, independiente y democrática”, capaz de sobrevivir a largo plazo. Los funcionarios están convencidos de que el país sobrevivirá, pero también creen que, a menos que Ucrania encuentre una forma de exportar sus granos y demás productos agrícolas, su futuro económico puede estar en peligro.

Soldados ucranianos suben a un tanque a través de una calle en Pokrovsk, en la región de Donetsk en el este de Ucrania
Soldados ucranianos suben a un tanque a través de una calle en Pokrovsk, en la región de Donetsk en el este de Ucrania

El segundo objetivo era garantizar que la invasión fuera un “fracaso estratégico” para Rusia. Para los funcionarios norteamericanos, actualmente Rusia está tan aislada y bajo sanciones económicas tan duras que ese objetivo está al alcance de la mano. La gran preocupación es que Putin gane tiempo para reagruparse, lanzar nuevos ataques y tratar de engullir otra parte de Ucrania.

El tercer objetivo era evitar que la guerra desembocara en un conflicto directo entre superpotencias. En ese sentido, la Casa Blanca también cree estar teniendo éxito, y según los funcionarios toda la evidencia muestra que Putin está evitando un enfrentamiento militar con los aliados de la OTAN, al menos hasta ahora.

El cuarto objetivo que se propuso el gobierno de Biden era el más difícil de cumplir: fortalecer el orden internacional en torno a los valores occidentales. La OTAN se está fortaleciendo, argumentan los funcionarios, no solo porque se ha mantenido unida, sino porque casi con seguridad se ampliará para incluir a Suecia y Finlandia. Pero hasta ahora Biden no explicó su visión de ese nuevo orden centrado en Estados Unidos.

Los informes de los servicios de inteligencia norteamericanos sugieren que Rusia tardará años en reponerse de las pérdidas de equipos y armas destruidos en la guerra, y que los bloqueos a las ventas y exportaciones a Rusia de microchips y otras tecnologías obstaculizarán, o al menos retrasarán, el rearmamento de las fuerzas rusas.

Para el senador Coons, Occidente tiene que aprender a ser tan paciente como Putin. “Si Estados Unidos no afloja y mantiene el rumbo, nuestros aliados europeos mantendrán el rumbo”, señaló. “Pero esto está muy lejos de terminar”.

Peter Baker y David Sanger

Traducción de Jaime Arrambide