La guerra Rusia-Ucrania impide estudiar el cambio climático en el Ártico


La invasión de Ucrania ha obstaculizado el estudio del cambio climático en el Ártico debido a la falta de información rusa. Un artículo publicado este 22 de enero en la revista Nature Climate Change denuncia que, desde que se inició el conflicto —en febrero de 2022—, las estaciones del Ártico ruso no han publicado datos de la región.

“La invasión de Rusia a Ucrania obstaculiza los esfuerzos para describir, adecuadamente, las condiciones en todo el Ártico, y esa situación distorsiona la visión científica del cambio climático que está teniendo lugar en toda la región”, acusan los autores.

“La exclusión de las estaciones rusas reduce mucho la representatividad, ya que algunos sesgos estadísticos tienen la misma magnitud de los cambios proyectados para fines de siglo a resultas del cambio climático”, prosiguen los científicos.

Los ocho países que comparten el Círculo Polar Ártico son Noruega, Suecia, Finlandia, Rusia, Estados Unidos (Alaska), Canadá, Dinamarca (Groenlandia) e Islandia. Sin embargo, el territorio ruso es el más extenso de todos. Dichas naciones integran el llamado Consejo Ártico, un foro intergubernamental que coordina las actividades e investigaciones en todo el Ártico.

La invasión de Ucrania puso en pausa el Consejo Ártico, que apenas empieza a reanudar actividades, aunque sin la participación de Rusia. Por lo anterior, la comunidad científica internacional no dispone de datos del Ártico ruso referentes a la temperatura promedio anual, la precipitación (lluvia) total, el espesor del manto de nieve, la humedad del suelo, la vegetación, la biomasa y el carbono atrapado en el suelo: un vacío de información que impide hacer un análisis equilibrado sobre el cambio climático.

¿POR QUÉ ES IMPORTANTE ESTUDIAR EL CAMBIO CLIMÁTICO EN EL ÁRTICO?

A decir de los autores del artículo, la situación actual dificultará mucho los esfuerzos para cuantificar el futuro del cambio climático en toda la región. “Aun cuando es posible calcular a distancia muchos de los indicadores clave del cambio climático en el Ártico y las respuestas que provoca el clima, buena parte del estudio de la región depende de los datos in situ que generan las estaciones de investigación”, advierten los científicos.

“Dado que las observaciones terrestres utilizadas para evaluar el estado de la región provendrán, en adelante, de las zonas árticas no rusas, la capacidad para monitorear las condiciones del territorio y la trayectoria del bioma ártico se verán gravemente afectadas en el futuro previsible”, advierten.

Ártico cambio climático
Vista del cabo Burhan y la roca Shaman en la isla de Olkhon, lago Baikal. La falta de datos rusos agrava el sesgo estadístico preexistente en la información climática del Ártico. (Getty Images Plus)

Es indispensable estudiar los cambios que ocurren en el Círculo Polar Ártico, porque el calentamiento de la región es entre dos y cuatro veces más acelerado que el promedio global.

El equipo de investigadores considera que la exclusión de los datos rusos ha amplificado la distorsión del pronóstico climático en varios componentes del ecosistema ártico. Este sesgo estadístico se había manifestado incluso antes, cuando el conjunto de datos incluía la información de todas las estaciones rusas.

“Las limitaciones logísticas y la limitada financiación para emprender investigaciones y hacer el seguimiento de áreas muy extensas y apartadas han ocasionado que haya pocas estaciones de investigación en todo el Ártico, y esto impide un muestreo estadístico óptimo”, añade el artículo.

LAS ACTUALES CONDICIONES AGRAVAN EL SESGO ESTADÍSTICO

“En consecuencia, la mayor parte de la recopilación de datos en el terreno —y las consiguientes publicaciones científicas— se agrupan ‘espacialmente’ y no representan la totalidad de la región ártica. De hecho, Siberia y el Alto Ártico canadiense están especialmente infrarrepresentados”, prosiguen los científicos.

Los autores señalan que dicha distorsión pudo iniciar en las inmediaciones de las estaciones que recopilan datos, ya que algunas se localizan en zonas árticas más templadas y húmedas, con escasa biomasa y mantos de nieve más profundos.

Y lo más grave es que el sesgo estadístico se agrava al excluir por completo los datos de las estaciones rusas (por ejemplo, las establecidas en los bosques boreales de Siberia o taiga).

Los autores confían en que su artículo resaltará la importancia de distribuir las estaciones de investigación por todo el Ártico. Y también esperan poner en evidencia el vacío de información climática ártica que ha resultado de la invasión de Ucrania.

“Al ser una región que se caracteriza por un cambio climático muy acelerado, la pérdida de estaciones de investigación en Siberia podría resultar especialmente perjudicial para el esfuerzo de rastrear las implicaciones globales del deshielo del permafrost y los cambios en la biodiversidad, incluidos la arbustificación y la dinámica del carbono”, puntualizan los autores.

El artículo concluye en los siguientes términos: “Cabe señalar que, en el caso de algunas variables (por ejemplo, precipitación y biomasa vegetal), el incremento compensador fue de una magnitud similar a los cambios proyectados para los próximos casi 80 años de cambio climático”. N

(Publicado en cooperación con Newsweek. Published in cooperation with Newsweek)

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