Una guerra actual se enfrenta al pasado: los restos de la Segunda Guerra Mundial en Ucrania

Un monumento conmemorativo a los soldados que murieron en la Segunda Guerra Mundial cerca del frente de batalla en la región de Zaporiyia, Ucrania, el 6 de julio de 2023. (David Guttenfelder/The New York Times)
Un monumento conmemorativo a los soldados que murieron en la Segunda Guerra Mundial cerca del frente de batalla en la región de Zaporiyia, Ucrania, el 6 de julio de 2023. (David Guttenfelder/The New York Times)

ZAPORIYIA, Ucrania — Trepando por las rocas, entre neumáticos viejos y chatarra incrustada de moluscos, Oleksandr Shkalikov se aventuró por el lecho seco de un gran embalse.

En este páramo había un inquietante recuerdo de antiguas batallas en esta misma franja del sur de Ucrania: una esvástica, grabada en una roca, había emergido de las aguas que se retiraban. Junto a ella estaba escrito el año “1942”.

“La historia se repite”, comentó Shkalikov, conductor de tanques con licencia del Ejército ucraniano, en referencia al símbolo tallado de la Segunda Guerra Mundial. Destacó la sincronización del momento: la esvástica había quedado a la vista debido a un acto de guerra más reciente, la explosión de la presa de Kajovka en junio, que vació un embalse del tamaño del Gran Lago Salado de Utah.

“Estamos librando esta guerra en el mismo paisaje y con las mismas armas” que las utilizadas en la Segunda Guerra Mundial, aseguró, evocando la artillería pesada y los tanques que siguen marcando el curso de una guerra terrestre.

La Segunda Guerra Mundial ha sido un campo de batalla ideológico en la actual guerra de Ucrania, en la que Rusia califica falsamente de neofascista al gobierno ucraniano y cita eso como justificación de su invasión. La historia militar del país también está apareciendo en el campo de batalla, no solo con artefactos en el suelo, sino con las lecciones que Ucrania ha aprendido de una guerra librada hace mucho tiempo.

El terreno y los ríos han conducido a menudo a los ejércitos de hoy a los escenarios de algunos de los combates más encarnizados de la Segunda Guerra Mundial, cuando los soldados alemanes y soviéticos arrasaron los valles y las extensiones de llanuras abiertas.

Oleksandr Shkalikov, conductor de tanques ucraniano, recorre el paisaje surrealista revelado después de la destrucción de la presa de Kajovka, en la región de Zaporiyia, Ucrania, el 8 de julio de 2023. (David Guttenfelder/The New York Times)
Oleksandr Shkalikov, conductor de tanques ucraniano, recorre el paisaje surrealista revelado después de la destrucción de la presa de Kajovka, en la región de Zaporiyia, Ucrania, el 8 de julio de 2023. (David Guttenfelder/The New York Times)

De hecho, las batallas clave han coincidido tan de cerca con los lugares de los combates de la Segunda Guerra Mundial que, según el Ejército ucraniano, los soldados se han encontrado a cubierto en búnkeres de hormigón de 80 años de antigüedad a las afueras de Kiev. Han descubierto huesos de soldados alemanes y casquillos de balas nazis en la tierra que removían de las trincheras en el sur.

La Segunda Guerra Mundial llegó a lo que hoy es Ucrania en 1939 con una invasión soviética del territorio que entonces controlaba Polonia en Ucrania occidental, en un momento en que la Unión Soviética y la Alemania nazi mantenían una alianza militar. Cuando ese pacto se rompió en 1941, Alemania atacó y luchó de oeste a este por toda Ucrania.

Al comenzar la invasión, facciones de ucranianos independentistas lucharon con los alemanes, mientras que otros ucranianos luchaban con el Ejército Rojo contra los nazis. El rumbo de la guerra cambió en 1943 con la derrota alemana en la batalla de Stalingrado, entonces, el Ejército Rojo luchó contra los nazis en Ucrania y avanzó hacia el oeste.

Uno de los primeros éxitos de Alemania se produjo en la batalla del mar de Azov en 1941, cuando sus soldados avanzaron desde Zaporiyia hasta Melitópol. En el transcurso de tres semanas, las fuerzas nazis cubrieron este terreno para situarse en posición de atacar Crimea y rodear a los soldados del Ejército Rojo en la región de Jersón.

Ucrania está haciendo eco de aquella ofensiva de la Segunda Guerra Mundial, combatiendo en emplazamientos al sureste de Zaporiyia, en lo que los militares ucranianos llaman la “dirección Melitópol”. El objetivo estratégico es el mismo que hace ocho décadas —aislar a los soldados enemigos en la región de Jersón y amenazar Crimea—, pero los soldados ucranianos avanzan con mucha más lentitud, pues apenas llevan unos cuantos kilómetros recorridos en más de un mes.

“Los paralelismos históricos, por desgracia o por fortuna, siguen saliendo a la superficie”, señaló Vasyl Pavlov, asesor del cuartel general de Ucrania que ha estudiado de cerca las similitudes entre las dos guerras.

Desde el punto de vista estratégico, afirmó, los generales ucranianos se inspiraron directamente en la historia de la Segunda Guerra Mundial al idear la defensa de la capital, Kiev, el año pasado.

En los primeros días de la guerra, el Ejército ruso avanzó desde Bielorrusia hacia la llanura aluvial del río Irpin, solo para descubrir que los ucranianos habían volado una presa e inundado una extensa zona de campos, así bloqueando el avance. Fue una represalia de un truco soviético de 1941, cuando Moscú voló una presa del río Irpin para bloquear un asalto de tanques alemanes, comentó Pavlov.

“Los generales siempre se preparan para librar la última guerra”, dijo. “Pero los generales rusos ni siquiera se prepararon para luchar en la última guerra”.

Los soldados alemanes acabaron capturando Kiev en 1941; los rusos lucharon durante un mes en los suburbios en la primavera de 2022 y se retiraron.

Cuando la guerra actual se desvió de Kiev hacia el este, repitió las batallas de la Segunda Guerra Mundial. Entonces, como hoy, el curso serpenteante del río Síverski Donets se convirtió en una línea de combate, con sus altas orillas y sus riberas pantanosas usadas como barreras naturales mientras los ejércitos rivales luchaban por las ciudades y pueblos situados junto a ellas.

En la Segunda Guerra Mundial, el río formó parte de la llamada Línea Mius, una posición defensiva que los nazis construyeron para frenar los contraataques soviéticos tras la batalla de Stalingrado.

En la guerra actual, varias ciudades y pueblos a lo largo del Síverski Donets han entrado en juego. Por ejemplo, las fuerzas ucranianas utilizaron los altos acantilados y las llanuras aluviales del río para intentar defender la ciudad de Lisichansk, finalmente sin éxito, y para impedir un cruce ruso cerca de la ciudad de Bilohórivka.

Ambas guerras dejaron ciudades y pueblos ribereños en ruinas. Los combates actuales también han dañado con impactos de metralla monumentos erigidos para conmemorar los combates de la Segunda Guerra Mundial.

La aldea de Staryi Saltiv, en la región de Járkov, se vio afectada por ambas guerras y quedó destruida casi por completo en cada una de ellas.

Lidiya Pechenizka, de 92 años, que ha vivido en el pueblo toda su vida, recuerda que en ambos conflictos los combates se definían en gran medida por los proyectiles de artillería que volaban sobre el río contra los soldados enemigos que se refugiaban en el pueblo. Para los civiles, la experiencia fue similar: esconderse en sótanos y bodegas.

“Fue horrible”, relató Pechenizka en una entrevista esta primavera.

La contraofensiva ucraniana al sur de la ciudad de Zaporiyia es, según Pavlov, “una analogía directa” de la ofensiva alemana de septiembre de 1941. Los objetivos eran similares: avanzar a través de las llanuras, cortar las líneas de suministro a las tropas rusas en la orilla oriental del Dniéper y situarse en posición para amenazar el istmo de la península de Crimea.

Zaporiyia, una ciudad industrial en expansión a orillas del desaparecido embalse de Kajovka, fue ocupada por las fuerzas nazis en la Segunda Guerra Mundial y hoy es una ciudad de primera línea en la que las sirenas aéreas suenan varias veces al día y los misiles rusos entran y explotan de vez en cuando.

Pero cuando el agua se retiró de la orilla del lago de la ciudad tras la rotura de la presa, el peligro más grave era la munición sin estallar del pasado. Los servicios de emergencia ucranianos declararon que los bancos de arena y las nuevas islas que emergían del embalse “resultaron estar sorprendentemente repletos de objetos explosivos de la Segunda Guerra Mundial”.

Los equipos de desminado han encontrado y retirado bombas de aviación de la Segunda Guerra Mundial, señaló el servicio.

Shkalikov, el conductor de tanques, cuya casa está muy cerca de la orilla, luchó en los primeros días de la contraofensiva ucraniana en los campos al sureste de la ciudad.

Después de que su tanque chocó contra una mina, le dieron licencia en su unidad, regresó a casa y empezó a explorar el lecho seco del lago. Encontrar la esvástica que emergió del agua, dijo, “no me sorprendió en absoluto”.

Las guerras están separadas por décadas, pero “el paisaje no ha cambiado”, concluyó.

c.2023 The New York Times Company