Más grande que nunca: Scottie Scheffler, bicampeón del Players Championship en una definición apasionante

Scottie Scheffler, el número 1 del mundo, dio otra muestra de grandeza y con una impresionante arremetida en la vuelta final de 64 golpes (8 bajo el par) escaló hasta lo más alto del tablero para convertirse en el primer jugador en la historia en ganar en años consecutivos The Players Championship, el certamen de los jugadores, el “quinto major”, y la bolsa más cuantiosa del PGA Tour.

Un águila desde 92 yardas en el hoyo 4 del emblemático TPC de Sawgrass abrió el camino a la arremetida de Scheffler, que prolongó así su gran momento: venía de ganar la semana pasada el Arnold Palmer Invitational. A tres semanas del Masters, cuando comienza el momento más importante de la temporada, el norteamericano llega embalado.

Scheffler se repuso de fuertes dolores en un hombro y el cuello que lo aquejaron el viernes y que lo obligaron a recibir asistencia de un kinesiólogo durante la misma rueda. Se mantuvo en la contienda, tuvo un gran cierre el sábado y coronó la actuación este domingo con una ronda sin errores, que incluyó un águila y seis birdies para superar por uno en un cierre a pura tensión a Xander Schauffele, Wyndham Clark y Brian Harman, que tuvieron posibilidades de igualarlo en el final pero fallaron bajo la presión.

“No tenía un score en mente, pero sabía que tenía que jugar bien de entrada, especialmente en los primeros nueve hoyos, para ponerme en posición de pelear por el campeonato”, dijo Scheffler, entrevistado por Mike Tirico al momento de recibir el codiciado trofeo de oro 24 kilates y plata diseñado por la casa Tiffany & Co. “En la vuelta me mantuve enfocado, pegué algunos buenos tiros y aquí estoy.”

Uno de los factores que le agregan una cuota de heroísmo a la conquista de Scheffler es el hecho que en el transcurso de la segunda vuelta tuvo que ser atendido tres veces por un kinesiólogo para aliviar fuertes dolores en el hombro derecho y el cuello. Aunque lejos de los punteros, se mantuvo en la contienda. El sábado cerró con tres birdies consecutivos para saltar a la sexta posición, a cinco del líder pero con posibilidades. El domingo se lo vio con un taping kinesiológico en la zona afectada y completó una vuelta de ensueño.

La conquista de Scheffler

“El viernes fue un día duro, pero soy muy competitivo, no me quería dar por vencido”, dijo Scheffler. “El fisioterapeuta hizo un buen trabajo, me alivió el dolor. Sii al día siguiente te sentís mejor, es una buena situación, y eso es lo que pasó. Me levanté bien, me sentí cómodo en el transcurso de la jornada y cerré bien el sábado y pude jugar bien hoy.”

Desde que emergió en el PGA Tour en 2020, temporada en que ganó el premio al novato del año, Scheffler se asentó como una estrella del circuito, no sólo por sus virtudes con el palo de golf en sus manos como por la templanza con que juega. Nada parece inmutarlo. Ni siquiera cuando gana cambia un certamen de este calibre cambia su actitud pétrea. Mucho menos en sus monótonas declaraciones a la prensa.

“Sólo trato de salir a la cancha, ser competitivo y ganar torneos. Estar en la contienda en días como hoy es muy entretenido, pero no cambia lo que soy como persona cuando vuelvo a casa”, explicó. “Trato de no ponerle mucho énfasis a los resultados, sean buenos o malos. Puedo sacar cosas positivas cuando estoy embalado, pero al final del día voy a volver a casa, descansar y preparame para Houston [el Houston Open, en dos semanas]. Cuando me paro en el tee del hoyo uno el jueves no estoy pensando en la ceremonia de entrega de premios el domingo. Simplemente trato de comprometerme con el tiro que tengo que hacer y simplemente seguir”.

El triunfo le valió a Scheffler una ganancia de 4,5 millones de dólares del total de 25 que repartió el certamen, la bolsa más cuantiosa del PGA Tour, incluso más que los majors. Sólo el Tour Championship que corona al campeón de la temporada entrega más dinero. Los 20 golpes bajo para los 72 hoyos representan el score más bajo desde que en 1994, 30 años atrás, el australiano Greg Norman estableció el récord de -24. En el 50º aniversario del Players Championship, la remontada de cinco golpes en la última vuelta es la más amplia en la historia del certamen.

Un momento clave en la conquista de Scheffler ocurrió cuando jugaba el par 5 del hoyo 16. Casi en simultáneo con el birdie que le permitía llegar a -20, Schauffele anotaba su segundo bogey consecutivo en el 14 y quedaba a dos de distancia, con cuatro hoyos por jugar. Tanto él como su compañero en el último emparejamiento Wyndham Clark y Brian Harman se acercaron a uno y le pusieron drama al desenlace. Sin embargo, aunque tuvieron chances de igualar la línea del puntero, sucumbieron ante la presión.

Schauffele tuvo un putt para birdie desde 2,2m en el emblemático green isla del hoyo 17, pero falló; en el último, erró la salida a la derecha. Harman no pudo bajar el par 5 del 16 y cerró con tres pares. Clark, que venía de ser segundo de Scheffler siete días atrás, fue el que más cerca estuvo: su putt para birdie en el 18 dio una vuelta de 360 grados al hoyo y salió por el mismo lugar que había entrado.

Scheffler festejó con la familia que se acercó desde su residencia en Jacksonville, Florida, a media hora de Ponte Vedra Beach, incluida su abuela.

Campeón del Masters 2022, a los 27 años el espigado nº1 del mundo (1,91m) todavía busca su segundo major, que se le viene escapando por poco. Desde entonces fue dos veces segundo y una vez tercero. En lo que va del año, lleva dos títulos consecutivos, y en los otros cinco certámenes una sola vez cayó más allá del 10º puesto. Se acerca la temporada de majors, y nadie llega en mejor forma que Scottie Scheffler.

Emiliano Grillo, el único argentino que dijo presente en Ponte Vedra Beach, no tuvo una buena jornada en la despedida. Firmó una vuelta de 77(+5) impactos, producto de un birdie, cuatro bogeys y un doble bogey (en el par 5 del 16, donde se fue al agua con el segundo tiro) y terminó -2 para el campeonato, en el puesto 54º. Así, el chaqueño no pudo coronar las tres buenas vueltas con que había iniciado el certamen, en una temporada en la que viene jugando muy bien, pero todavía no logra consistencia durante los cuatro días.