El más grande jugador en la historia del Heat tendrá una gran estatua de bronce en la entrada del Kaseya Center

Con un Dwyane Wade superemocionado, con lágrimas en los ojos y agradeciendo a todos quienes hicieron posible su carrera extraordinaria, el Heat celebró la noche del domingo el ingresó al Salón de la Fama del Basquetbol al que se considera como el jugador más grande en la historia de la franquicia.

En el momento de mayor intensidad, Pat Riley, el presidente del Heat, anunció que se ha mandado hacer una estatua de bronce de ocho pies de altura de Wade, que será colocada en la entrada del Kaseya Center al inicio de la próxima temporada de la NBA.

De esta manera se rinde un homenaje eterno a la manera de los grandes escenarios que rinden tributo a los héroes deportivos, como por ejemplo a Dan Marino en el Hard Rock Stadium y probablemente a Lionel Messi en el nuevo estadio del Inter Miami.

Riley apareció en el momento que el periodista de la franquicia Jason Jackson entrevistaba a Wade en el medio del tabloncillo ante decenas de reporteros.

El directivo llevaba un muñeco de Bam Adebayo, quien ha tomado la posta de Wade y es la cara de la franquicia.

Adebayo fue invitado especial de Wade cuando fue inducido al Salón de la Fama.

“Hay en estos momentos en nuestra arena banderas que recuerdan lo que nos dio Wade”, afirmó Riley.

“Testimonian los títulos ganados y la afición también recuerda sus triunfos. Ahora vamos a poner una estatua de ocho pies de altura. Será nuestra primera estatua y está dedicada al más grande jugador en la historia de la franquicia. La pondremos al inicio de la próxima temporada, en el otoño”.

En ese momento estalló la mayor ovación en la arena. Los aficionados deliraban con un jugador querido y admirado.

“Miro a todos ustedes y me vienen muchas memorias a la cabeza”, exclamó Wade.

“Recuerdo a mis compañeros y a todos ustedes por haber hecho posible que pudiera tener éxito”.

Luego, Wade agregó que en este momento pensaba en las grandes batallas que libró en este mismo escenario.

“Esto ha sido increíble: ser parte de cinco finales, vestir la camiseta del Heat, acumular recuerdos inolvidables y sentir todo el apoyo”, afirmó Flash.

“No soy persona de muchas palabras. Estoy muy agradecido, gracias a los dueños de la franquicia, la familia Arison, a Pat Riley y a su familia y a todos quienes me apoyaron”.

La estatua fue encargada a los escultores Omri Amrany y Oscar León.

Amrany ya realizó antes las esculturas de estrellas retiradas de la NBA como Shaquille O’Neal, Dirk Nowitzki y Kareem Abdul-Jabbar.

Wade expresó que una de las razones más importantes para que pudiera consolidar una carrera que al final se coronó con su ingreso por unanimidad al Salón de la Fama del Basquetbol fue la presencia de su padre, su estímulo, sus consejos y su influencia permanente para ayudar a formarlo.

Lágrimas, sonrisas y mucho orgullo en exaltación de Dwyane Wade al Salón de la Fama. Aquí sus emotivas palabras

“En las cartas que intercambié con mi padre pude sentir su amor, me ayudó en muchas cosas”, recordó Wade.

“Y en mi inducción al Salón de la Fama salió a la luz todo esto porque quería mostrar el amor de dos hombres, porque él merecía ese reconocimiento”.

En varios momentos del partido que disputaban el Heat contra los Hornets de Charlotte se pasaban imágenes de Wade, comentarios de los actuales atletas del equipo, algunos que jugaron con él y otros más jóvenes que crecieron bajo su inspiración.

“Lo vi jugar desde que tenía seis años y siempre aprecio su ejemplo’’, declaró Herro. Y así los demás ases de Miami también expresaron su admiración por un jugador único en la historia de la franquicia.

En total, Wade tuvo una carrera con 1,054 partidos y 22 puntos de promedio por juego en 15 temporadas con el Heat, una con los Bulls de Chicago y una con los Cavaliers de Cleveland.

Ganó tres Finales de la NBA y el oro olímpico en los Juegos de Beijing 2008.

Al final, Wade se retiró con lágrimas en los ojos.

Se abrazó de manera muy fuerte con el entrenador Erik Spoelstra, con cada uno de los jugadores y coaches del equipo. Fue un homenaje muy emotivo, un merecido reconocimiento a un hombre íntegro, a un jugador desprendido e incomparable.