Graban en vídeo a uno de los seres marinos más raros del mundo con un 'premio' en su interior

Imagen de la Deepstaria cambiando de forma ante las cámaras del Nautilus. (Crédito imagen: Nautiluslive.org).
Imagen de la Deepstaria cambiando de forma ante las cámaras del Nautilus. (Crédito imagen: Nautiluslive.org).

Los niños nacidos en la década de los 70 del siglo pasado, entre los que me incluyo, crecimos siguiendo por televisión las peripecias de un extraño ser rosado llamado Barbapapá, que podía adoptar cualquier forma. Si tuviéramos que buscar algo parecido en el reino animal yo apostaría por el genus Deepstaria, formado por unas extrañas medusas de las profundidades que apenas han sido vistas una docena de veces en el último medio siglo.

Esta semana, la web LiveScience se ha hecho eco del último avistamiento de uno de estos seres, que se asemeja a un fantasma o a una bolsa de plástico, según se mire. No os perdáis el vídeo y el modo en que la criatura evoluciona porque simplemente parece un ser alienígena metamorfo.

Las imágenes las tomó a comienzos de este mes un submarino robótico dirigido desde el buque de investigación oceanográfica Nautilus. Las voces de asombro de los investigadores de las profundidades no tienen precio. Y es que no todos los días se puede uno enfrentar cara a cara a uno de estos seres traslúcidos.

Como os digo son muy pocas las veces que se ha observado a esta extraña medusa, descubierta por primera vez en la década de los 60 del siglo pasado, y llamada “Deepstaria” en honor al buque “Deep Star 4000” que capturó el primer espécimen estudiado jamás (es decir el holotipo).

No se sabe mucho sobre su fisonomía, más allá de que carece de tentáculos y de las asombrosa capacidad de su saco para cambiar de forma, lo cual consigue expandiendo su cuerpo. Sin duda esta estrategia le resulta muy útil para cazar, para lo cual simplemente envuelve a su presa a medida que nada junto a ella.

Pero ¿os habéis fijado en la mancha roja que se ve en su interior? Cuando los científicos se acercaron lo bastante descubrieron que la mancha roja era en realidad un isópodo diminuto y aún vivo (un tipo de crustáceo que se alimenta de los cadáveres que caen al lecho del océano) que podría utilizar a la Deepstaria como refugio contra otros isópodos más grandes.

¿Comparten estos crustáceos una relación simbiótica con las medusas del genus Deepstaria? No parece claro, aunque anteriormente se habían observado “isópodos residentes” aferrándose a otros especímenes de esta fantasmal medusa de las profundidades.

El equipo del Nautilus que pudo grabar estas imágenes tan llamativas, descubrió a la Deepstaria a una profundidad de 750 metros en el Océano Pacífico central, en algún punto entre Norteamérica y Australia.

Me enteré leyendo LiveScience.