Por qué las gorras y lemas tipo MAGA forman parte del drama de la destitución del presidente Yoon

Multitud de personas abrigadas contra el frío de enero se agarran a pancartas con el lema “Stop the Steal”, ondean banderas de EE.UU. y se ponen gorras rojas tipo MAGA.

Pero esta escena se encuentra a 11.000 kilómetros de la ciudad de Washington, en Seúl, la capital surcoreana, donde multitud de acérrimos partidarios conservadores del suspendido presidente Yoon Suk Yeol se han congregado frente a su casa para proteger al asediado dirigente de la detención.

Yoon resistió con éxito un intento de detenerlo el viernes tras un enfrentamiento de horas con las autoridades por su dramática pero efímera declaración de la ley marcial en diciembre, que sumió al país en el caos político.

Los legisladores surcoreanos votaron a favor de la destitución de Yoon el mes pasado, incluidos algunos de su propio partido. El presidente conservador sigue en el cargo, pero con poco o ningún poder real. Su destino político lo decidirá el Tribunal Constitucional del país, probablemente en primavera, que determinará si se le destituye formalmente de la presidencia o se le restituye en el cargo.

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Mientras tanto, los investigadores de corrupción están decididos a ejecutar la orden de detención por cargos de insurrección y abuso de poder. Nunca antes un presidente surcoreano en ejercicio se había enfrentado a cargos penales, pero el hombre en el centro de la vorágine de la ley marcial –que es él mismo un antiguo fiscal– dice que “luchará hasta el final”.

Los seguidores del presidente suspendido de Corea del Sur, Yoon Suk Yeol, asisten a una manifestación para oponerse a su destitución cerca de la residencia presidencial en Seúl, Corea del Sur, el 6 de enero de 2025. - Ahn Young-joon/AP
Los seguidores del presidente suspendido de Corea del Sur, Yoon Suk Yeol, asisten a una manifestación para oponerse a su destitución cerca de la residencia presidencial en Seúl, Corea del Sur, el 6 de enero de 2025. - Ahn Young-joon/AP

Yoon, considerado en general un incendiario conservador y firme aliado de Estados Unidos frente a China y Corea del Norte, instó a sus partidarios a hacer lo mismo.

En la vigilia, los seguidores de Yoon ondean banderas estadounidenses junto a la Taegeukgi surcoreana, su bandera nacional. En los mítines a favor de Yoon se venden gorras rojas inspiradas en el lema “Make America Great Again” por unos US$ 5,50, con las palabras “against the unlawful impeachment” (contra la destitución ilegal) cosidas en letras blancas en coreano.

Y frente a la residencia de Yoon se oyen cánticos de “¡Paren el robo!”, el eslogan popularizado por el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, y sus partidarios para cuestionar los resultados de las elecciones estadounidenses de 2020.

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Los seguidores conservadores de Yoon, que han adoptado los eslóganes y la iconografía asociados al movimiento MAGA, ven similitudes entre la actual crisis política de Corea del Sur y la de Estados Unidos, donde el dos veces destituido Trump tomará posesión de su segundo mandato el 20 de enero.

Estados Unidos es el aliado más importante de Corea del Sur, una alianza que se remonta a décadas atrás.

Los seguidores del presidente suspendido Yoon Suk Yeol se reúnen para protestar mientras los investigadores intentan ejecutar una orden de arresto el 3 de enero de 2025. - Gawon Bae/CNN
Los seguidores del presidente suspendido Yoon Suk Yeol se reúnen para protestar mientras los investigadores intentan ejecutar una orden de arresto el 3 de enero de 2025. - Gawon Bae/CNN

El conservadurismo surcoreano, que incluye al gobernante Partido del Poder Popular de Yoon, mantiene fuertes lazos con los movimientos conservadores y evangélicos estadounidenses. Y los seguidores de Yoon han afirmado que las elecciones nacionales de abril de 2024, que la oposición ganó de forma aplastante, les fueron robadas.

Ahora creen que también les pueden robar un presidente, a pesar de la falta de pruebas.

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“Estoy aquí por la democracia. Las elecciones estaban amañadas y tenemos que defender nuestro país”, dijo un partidario de Yoon a CNN desde el exterior de la residencia presidencial este viernes.

Un lema basado en conspiraciones

En su discurso de declaración de la ley marcial, Yoon calificó las acciones de la oposición de “claro comportamiento antiestatal dirigido a incitar a la rebelión”, se refirió a las “amenazas planteadas por las fuerzas comunistas de Corea del Norte” y prometió “eliminar los elementos antiestatales”.

Sus palabras se hicieron eco de las teorías conspirativas de la derecha que han difundido ampliamente en Internet comentaristas y activistas surcoreanos de YouTube.

Pero también reflejaron la retórica utilizada por Trump contra sus oponentes, con referencias a un “enemigo interno” y a la “izquierda radical”.

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En Estados Unidos, “Stop the Steal” surgió como un grito de guerra de Trump y sus aliados para pregonar afirmaciones infundadas de que el presidente Joe Biden estaba intentando robar las elecciones de 2020. Tras la derrota de Trump, sus partidarios irrumpieron en el Capitolio estadounidense el 6 de enero de 2021, en un intento de impedir que el Congreso certificara la victoria de Biden. Trump y sus aliados de alto perfil han esgrimido innumerables denuncias de fraude electoral, ninguna de las cuales fue verificada o confirmada en los tribunales.

Esa historia cuadra en Corea del Sur.

Manifestantes con banderas tanto de Estados Unidos como de Corea del Sur y pancartas de "Stop the Steal" se reúnen para mostrar su apoyo al presidente suspendido Yoon Suk Yeol, en Seúl, Corea del Sur, cerca de la residencia presidencial, el 4 de enero de 2025. - Daniel Ceng/Anadolu/Getty Images
Manifestantes con banderas tanto de Estados Unidos como de Corea del Sur y pancartas de "Stop the Steal" se reúnen para mostrar su apoyo al presidente suspendido Yoon Suk Yeol, en Seúl, Corea del Sur, cerca de la residencia presidencial, el 4 de enero de 2025. - Daniel Ceng/Anadolu/Getty Images

El partido conservador del presidente Yoon perdió las elecciones generales del país de abril de 2024 por un amplio margen, cuando estaban en juego los 300 escaños de la Asamblea Nacional de Corea del Sur.

Yoon sugirió fraude electoral tras su fallida declaración de ley marcial, alegando en un discurso el 12 de diciembre que los sistemas informáticos de las elecciones surcoreanas habían sido comprometidos por piratas informáticos norcoreanos.

Las acusaciones nunca han sido corroboradas por las autoridades electorales nacionales ni por la justicia del país. Todos los surcoreanos votan con papeletas y se conservan copias impresas de sus votos.

La noche en que declaró la ley marcial, Yoon envió unos 300 soldados a las oficinas de la Comisión Electoral Nacional (NEC, por sus siglas). Las imágenes de seguridad muestran a las tropas entrando en el edificio, con un soldado que parece tomar una foto de los servidores electorales. Más tarde, el exministro de Defensa Kim Yong-hyun dijo que las tropas se habían desplegado allí para investigar las sospechas de fraude electoral.

“Las afirmaciones de Yoon son exageradas y no son ciertas”, declaró la NEC tras la sugerencia de Yoon de una injerencia norcoreana en las elecciones. “No se han encontrado pruebas de intrusiones externas en el sistema electoral. El sistema de seguridad se mejoró antes de las elecciones de abril”.

Muchos de los partidarios de Yoon creen, sin pruebas, que el presidente está siendo destituido porque estaba investigando lo que él llamó fraude electoral.

“Desde el punto de vista de los partidarios de Yoon, es tentador establecer una analogía –aunque no llegue a ser una comparación exacta– entre que se le expulse del poder ahora, en mitad de lo que se suponía que iba a ser su único mandato, y que Trump pierda el poder tras las elecciones de 2020”, afirma Hans Schattle, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Yonsei de Seúl.

Schattle añade que Yoon actuó fuera de los límites de la Constitución cuando declaró la ley marcial y debería rendir cuentas legalmente. La analogía que hacen sus partidarios con la fabricación de “Stop the Steal” es “inquietante”, dijo.

“Los carteles de ‘Stop the Steal’ también representan un esfuerzo de la extrema derecha de Corea del Sur para establecer una conexión con Trump (con quien el Gobierno surcoreano negociará pronto una vez que regrese a la presidencia de EE.UU.) y defender a su asediado presidente”, dijo.

Una fuerte alianza con EE.UU.

Según los analistas, el lema “Stop the Steal” es un fenómeno nuevo en Corea del Sur, pero la bandera estadounidense lleva mucho tiempo viéndose en los mítines políticos de la derecha.

El electorado conservador de Corea del Sur considera a Estados Unidos un bastión de la libertad, la democracia y el anticomunismo, y el hogar de una fuerte comunidad cristiana evangélica.

Según Byungwon Woo, catedrático de Relaciones Internacionales de la Universidad de Yonsei, la derecha política también ha “destacado durante mucho tiempo” la importancia de la alianza con Estados Unidos, la crucial ayuda estadounidense durante la guerra de Corea en la década de 1950 y la continua alianza militar y de seguridad.

Los seguidores del presidente suspendido de Corea del Sur, Yoon Suk Yeol, se reúnen cerca de su residencia en Hannam-dong, Seúl, Corea del Sur, el 4 de enero de 2025. - Chris Jung/NurPhoto/Getty Images
Los seguidores del presidente suspendido de Corea del Sur, Yoon Suk Yeol, se reúnen cerca de su residencia en Hannam-dong, Seúl, Corea del Sur, el 4 de enero de 2025. - Chris Jung/NurPhoto/Getty Images

La derecha, dijo, ha “acusado a la izquierda política de agriar la alianza y, en su lugar, acercarse a China y ser amistosa con Corea del Norte”. Es un sentimiento compartido entre los partidarios de Yoon frente a su residencia el viernes.

“El otro lado, la izquierda, son comunistas”, dijo un residente de Seúl de unos 60 años. “No todos somos de derechas. Somos gente normal que no quiere el comunismo de la izquierda”.

Una voz destacada de la derecha evangélica es el reverendo Jun Kwang-hoon, que subió al escenario en un mitin el viernes para defender la declaración de la ley marcial de Yoon.

“Si el presidente Yoon no hubiera declarado la ley marcial, el país ya estaría en manos de Corea del Norte”, gritó.

Los orígenes del cristianismo en Corea del Sur se remontan a las regiones septentrionales del país, donde los misioneros llegaron por primera vez y la fe prosperó antes del estallido de la Guerra de Corea en 1950, declaró a la CNN Tark Ji-il, profesor de la Universidad Presbiteriana de Busan.

Los cristianos que huyeron al Sur para escapar de la opresión del régimen comunista tenían firmes opiniones anticomunistas entrelazadas con una fuerte postura proestadounidense.

Jun, pastor presbiteriano y antiguo líder del Partido de la Unificación de la Libertad, de derecha cristiana, ha desempeñado un papel central en los mítines a favor de Joon. Este partido hace campaña contra el comunismo, se opone a los derechos LGBTQ y apoya firmemente a Estados Unidos.

Jun y sus seguidores comparten la afirmación de Yoon de que las elecciones de 2024 fueron amañadas por piratas informáticos norcoreanos, y él enmarca su causa como una guerra sagrada contra el “malvado comunismo”.

El politólogo Schattle dice que Yoon puede estar proyectando una imagen a sus seguidores de que “él y su gente son los únicos que protegen a Corea del Sur de una interminable amenaza norcoreana y que, por tanto, mantener a Yoon en el poder salva la democracia surcoreana”.

“También vale la pena señalar que la política exterior de Yoon desde que asumió la presidencia en 2022 ha sido impulsada por forjar lazos más estrechos con Estados Unidos y Japón”, dijo, siendo este último “especialmente controvertido en Corea del Sur”.

Algunos seguidores de Yoon a las puertas de su residencia esperan que Trump escuche sus preocupaciones e incluso acuda en su ayuda.

“Espero que Trump tome posesión pronto y alce su voz contra las elecciones amañadas en nuestro país y en todo el mundo para ayudar al presidente Yoon a volver (al poder) rápidamente”, dijo a Reuters Pyeong In-su, de 71 años.

Jay Ganglani, de CNN, contribuyó a la información.

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