Un golpe letal para cazar fantasmas. El Tanque vuelve a regalar otro nocaut candidato al mejor del año

Gervonta Davis suele tener un patrón letal. Tal pareciera que dejara escapar unos cuantos rounds al inicio del combate para luego descargar sus golpes demoledores en la segunda mitad de la pelea. Ahora contra Frank Martin ese guion no iba a cambiar en lo absoluto.

Establecido ya como una estrella de primera magnitud, el “Tank’‘ pareció no haber perdido 14 meses debido a problemas fuera del ring y venció el sábado en la noche por nocaut en el octavo asalto a Martin, quien no pudo hacer valer su apodo de “Fantasma’‘, porque lo encontraron y de que manera.

“Estaba oxidado, pero no pasa nada porque he vuelto”, expresó Davis, quien defendió su faja de las 135 libras en versión de la AMB. “En un par de asaltos me sentí como si necesitara un calentamiento, pero no pasa nada. Su juego de pies no me molestaba. Sabía que se cansaría. Por eso decidimos quedarnos ahí y ser un blanco para él, para que se cansara’‘.

Ciertamente, Martin Martin (18-1, 12 KO) tuvo algún éxito en la primera mitad del combate con sus combinaciones rápidas y movimientos elusivos que le permitieron escapar al acoso de Davis, pero a medida que fue avanzando la jornada se fue volviendo más lento y predecible.

A partir del quinto round, el entrenador de Davis, Calvin Ford, le pidió que incrementara la presión y él siguió la orden al pie de la letra, lo que le facilitó el corte del cuadrilátero y el cierre de los espacios para Martin, quien poco a poco iba siendo víctima de los fuertes impactos de su rival.

Hasta que llegó el momento decisivo en el octavo, cuando Davis (30-0, 28 KO), acorraló a Martin en una esquina y comenzó a descargar una combinación de la que no se pudo escapar, especialmente de un golpe de mano zurda que lo dejó tendido unos minutos sobre la lona, llevando a la locura a las miles de personas que asistieron a la Arena Grand Garden del MGM en Las Vegas.

“Creo que al principio tenía el control, pero luego me acomodé demasiado”, reconoció Martin. “Dejé de moverme y, una vez que dejé de moverme, me asestó grandes golpes. Cuando dejé de hacer lo mío, él empezó a pegarme fuerte. Sólo intentaba averiguar qué podía hacer para frenar la presión que estaba ejerciendo”.

Con esta victoria, muchos se ilusionan de las potenciales que pudieran aparecer en el horizonte de Davis, ya se contra Vasyl Lomachenko, Shakur Stevenson o una revancha contra Isaac “Pitbull’‘ Cruz, quien le aguantó 12 rounds y le exigió más que nadie.

No cabe duda de que Davis es una figura carismática y uno de los rostros del boxeo en estos momentos, pero no se puede negar que su carrera ha estado salpicada de problemas, afirma haber madurado tras una reciente estancia en prisión, y luego de otros incidentes de agresión y violencia doméstica.

“Me hizo mejor persona, con paciencia”, dijo Davis sobre el tema de la privación de libertad. “Son cosas de la vida hay que pasarlas y no intentar darles la vuelta. Me ha hecho mejor persona, mejor padre y mejor atleta”.