Inician velatorio de tres días de los restos del expresidente peruano Alberto Fujimori

LIMA (AP) — El ataúd con los restos del expresidente peruano Alberto Fujimori —condenado por el asesinato de 25 peruanos y luego indultado— ingresó el jueves a una sala del Ministerio de Cultura llevado por seis cargadores, donde una multitud lo recibió junto al primer ministro Gustavo Adrianzén.

Antes había sido trasladado en una carroza que avanzó rodeada de policías antimotines así como de unos 80 seguidores. Su hija mayor Keiko, de 49 años, y el menor, Kenji, de 44, que en los últimos años mantuvieron una encarnizada disputa política que llevó al menor a una condena por corrupción, siguieron al féretro tomados de la mano ambos vestidos de negro.

La presidenta Dina Boluarte se mostró dentro de la sala junto al féretro y abrazó a ambos hermanos. Boluarte, que posee un nivel de rechazo que supera el 80%, según las encuestas, ha sobrevivido a siete intentos de destitución gracias a la protección de una coalición de grupos políticos en el Parlamento, incluido el partido fujimorista.

Keiko dijo la víspera que su padre iba a ser velado hasta el sábado, cuando será sepultado en un cementerio privado de Lima. El miércoles la oficina presidencial otorgó a través de sus redes sociales sus “sentidas condolencias a la familia”.

En los exteriores del Ministerio de Cultura sus seguidores exclamaban “en costa, sierra y selva el Chino está presente” y arrojaron pétalos blancos a su ataúd cargado por seis hombres negros vestidos con elegantes esmóquines negros y guantes blancos, una antigua costumbre limeña en los funerales de la élite, según dijo a la AP en 2013 Agustín Merino, uno de los principales empresarios funerarios peruanos de la época, y que se ha observado en algunos entierros como los del expresidente Valentín Paniagua, en 2006, o del exsecretario general de Naciones Unidas, el peruano Javier Pérez de Cuéllar en 2020.

Algunos gritaban “el mejor presidente del Perú” y otros corrían con coronas fúnebres de empresarios, legisladores y alcaldes. Las sirenas de los patrulleros ululaban, mientras los soldados gritaban “presente”.

Varios centenares de personas fueron rodeando el Ministerio de Cultura para despedirse. César Guerra, un ebanista de 32 años que vive en un suburbio de Lima, recordó su “miserable” niñez en la ciudad de Iquitos y dijo que Fujimori le entregó personalmente un cuaderno y un lápiz para estudiar. “Estaba durmiendo cuando me avisó un familiar que Fujimori había muerto, ya no me dio sueño, me dio hambre y una tristeza que no se me quita”, dijo.

Durante la madrugada el gobierno de Perú declaró tres días de duelo nacional, dispuso que se realice un funeral de Estado y ordenó izar a media asta la bandera en los establecimientos públicos.

La muerte de Fujimori despertó en otro grupo de peruanos las críticas al gobierno de Boluarte y al legado de Fujimori. “Muere Fujimori, condenado por violaciones a DDHH y corrupción y un gobierno asesino como el de los 90 le rinde homenaje”, dijo en X, antes Twitter, Gisela Ortiz, hermana de uno de los 25 peruanos asesinados por un grupo de militares durante el gobierno de Fujimori (1990-2000), por lo cual el exmandatario fue sentenciado a 25 años de cárcel. “Mensajes oficiales de pesar cuando para sus crímenes hay impunidad. Queda tu memoria, mi hermano y todo el amor por el que seguimos luchando”, dijo Ortiz.

Además de su condena como autor mediato por asesinato, el expresidente también recibió otras tres condenas por corrupción, una de ellas por pagar 15 millones de dólares usando dinero de las arcas públicas a su exjefe de espías Vladimiro Montesinos casi al final de su gobierno en 2000.

El expresidente no se arrepintió de sus crímenes ni pagó una reparación civil. En libertad reactivó sus redes sociales y afirmó que su gobierno defendió al pueblo y combatió al grupo terrorista Sendero Luminosol.

En videos dirigidos a los jóvenes peruanos afirmó que durante su gobierno se realizaron reformas, sobre todo económicas. También cuestionó a un Museo de la Memoria financiado por Alemania y a espacios públicos y películas que muestran las atrocidades de Sendero Luminoso y de las fuerzas de seguridad durante el conflicto armado interno que provocó miles de muertos entre 1980 y 2000.

Fujimori, de 86 años, fue declarado muerto alrededor de las 18:00 horas del miércoles, dijo a la prensa su oncólogo José Gutiérrez. Indicó que padecía un cáncer en la lengua que se replicó en los pulmones luego de que en julio fue operado de una fractura en la cadera ocasionada tras caerse de la cama mientras dormía. Había estado inconsciente desde el martes por los efectos de su tratamiento.

En diciembre el expresidente abandonó la cárcel luego de que el Tribunal Constitucional restituyó un indulto por sus malas condiciones de salud otorgado en 2017 por el entonces presidente Pedro Pablo Kuczynski (2016-2018) y el gobierno de Boluarte cumplió con la excarcelación. Salió 10 años antes del fin de su condena a 25 años.