Gobierno federal evalúa liberar a cubanos detenidos tras filtración accidental de datos

Varios inmigrantes cubanos nominados para la deportación — cuya información confidencial el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas publicó accidentalmente en el internet el mes pasado — recibieron cartas esta semana diciendo que la agencia está evaluando si liberarlos de su custodia tras que un funcionario estadounidense le informara a Cuba sobre la filtración.

“Sobre una base de caso por caso y dependiendo de su elegibilidad, el ICE llevará a cabo una revisión de custodia para considerar si la liberación es apropiada para usted,” leen las cartas.

El Miami Herald tuvo acceso a una versión en español de la correspondencia. Detalló una llamada telefónica del 7 de diciembre con el gobierno de la isla en la que un funcionario del Departamento de Seguridad Nacional vinculó una lista de posibles deportados cubanos con la filtración masiva de datos personales de más de 6,000 migrantes que buscaban protección en Estados Unidos contra la persecución y la tortura en sus países de origen.

El DHS proporcionó “correctamente” la lista de posibles deportados a Cuba anteriormente como parte del proceso de expulsión, según la carta del miércoles. La lista no incluía los resultados de las llamadas solicitudes de temor creíble y razonable. Pero algunos deportados potenciales en la lista tenían datos filtrados el 28 de noviembre, mientras que otros no.

Los cubanos detenidos en el Centro de Transición de Broward, un centro de detención de inmigrantes en Pompano Beach, recibieron la carta el 20 de diciembre. ICE dijo que estaba notificando a los destinatarios sobre la divulgación del funcionario del DHS por “un exceso de precaución”, para que pudieran decidir si buscar ayuda con el asunto.

Tras “la llamada telefónica el 7 de diciembre el gobierno cubano puede suponer que usted buscó protección en Estados Unidos”, lee la carta.

El fiasco estalló el 28 de noviembre tras que ICE compartiera por error un documento en su sitio web con los nombres, la ciudadanía y los resultados de la evaluación de temor creíble y razonable de más de 6,000 inmigrantes detenidos en todo el país. Días después, el gobierno federal informó por error a Cuba de la filtración, confirmando indirectamente a la isla que algunos de los potenciales deportados dijeron que experimentaron persecución o tortura en la isla.

El Herald habló con varios detenidos cubanos en las instalaciones de Broward cuya información se filtró. Dijeron que hay al menos 17 de ellos en el centro. Sus historias tenían varias cosas en común: Llegaron a los Estados Unidos este otoño en busca de refugio de la persecución política, ingresando a la frontera a través de Texas.

Habían estado bajo la custodia de ICE desde que ingresaron al país y no pasaron sus entrevistas de miedo creíble, una decisión que confirmaron los tribunales de inmigración. Luego recibieron una primera carta a principios de diciembre, informándoles por primera vez sobre la publicación accidental de información del 28 de noviembre en el sitio web de ICE.

Desde entonces, su miedo a ser deportados crece: No solo huyeron del país, dijeron, sino que ahora el gobierno cubano podría descubrir que habían buscado protección en Estados Unidos contra la persecución o la tortura.

“Nos dieron otra carta disculpándose… disculpas, disculpas, disculpas, pero no nos sueltan,” dijo al Herald un cubano detenido en Broward el jueves por la noche.

“Sé que voy a ser encarcelado”

El Herald entrevistó a cinco cubanos detenidos en el centro de detención Joe Corley en Texas, el centro donde se alojaban los migrantes que actualmente se encuentran en Broward antes de que ICE los trasladara al sur de la Florida. Varios de ellos tienen familia en Miami. Otros detenidos cubanos cuya información se filtró el 28 de noviembre también están detenidos en el Centro de Procesamiento del Sur de Texas, según documentos y familiares.

Los cubanos allí recibieron una carta esta semana diciendo que si bien no habían sido afectados por la filtración del 28 de noviembre, la llamada del 7 de diciembre los afectó ya que estaban en la lista de posibles deportados enviada previamente a las autoridades de la isla. Sus casos también serían evaluados para determinar si “la liberación es adecuada”, según la correspondencia.

“El gobierno de Cuba puede haber sido capaz de determinar que las personas en esas listas buscaban protección en los Estados Unidos. Su nombre figuraba en una de estas listas,” dice la carta.

Santiago Sáez, un habanero de 41 años, está entre ellos. Dijo que salió de Cuba a fines de septiembre. Solo dos días antes de dejar su tierra natal, dijo que las autoridades lo acusaron de colocar en su vecindario un cartel que insultaba al líder cubano Miguel Díaz-Canel. Sáez negó haber puesto el letrero, pero dijo que había sido perseguido antes por su participación en las protestas del 11 de julio del año pasado.

La carta de esta semana le dio a Saez la esperanza de que pronto podrá reunirse con su esposa, Wendolin, quien ingresó al país cerca de la ciudad fronteriza mexicana de Piedras Negras con él el 13 de octubre. Ella fue liberada rápidamente, mientras que él permaneció detenido. Al igual que otros detenidos en Joe Corley, Sáez describió un intenso temor por su posible deportación.

“Yo sé como funciona mi país…S é que voy a ser encarcelado cuando pise tierra cubana,” dijo.

La incertidumbre de los familiares

Los familiares de los cubanos detenidos en Miami y Texas se consuelan a través de Whatsapp, compartiendo mensajes en plena noche. La ansiedad y desesperación por saber la suerte de sus seres queridos es palpable. También se están reuniendo en persona para exigir su libertad.

Afuera del Centro de Transición de Broward, los familiares han realizado protestas para exigir la liberación de sus seres queridos. Los manifestantes vestían camisetas blancas con los rostros de los detenidos y portaban carteles que exclamaban “Los cubanos sí tienen miedo creíble” y “Queremos libertad para todos los cubanos. Quiero a mi esposo libre.” En el restaurante Versailles, cerca de la Pequeña Habana, han levantado banderas estadounidenses y carteles sobre sus cabezas que exclaman “No a la deportación. Estamos pidiendo otra oportunidad”.

Planean protestar nuevamente en Nochebuena si sus familias no han regresado a casa.

En algunos casos, los familiares de los detenidos ingresaron juntos a los Estados Unidos, pero fueron separados de sus cónyuges e hijos en la frontera suroeste.

Adelina González huyó de la provincia cubana de Holguín con su hijo Adrián Cruz González, de 18 años, y su hermano menor. La madre y sus dos hijos habían venido al país para reencontrarse con su esposo, Alberto Cruz. Huyó de Cuba hace más de un año. Desde que asistió a un curso de sistema aeronáutico en Panamá en 2006, había expresado abiertamente su oposición al gobierno de la isla, lo que lo metió en problemas en su trabajo en el aeropuerto.

“A cada rato me citaban a la oficina, y ahí era amenazando, que me iban a meter preso. Yo decía que yo iba a decir lo que me daba la gana”, dijo Cruz.

González, que se quedó atrás, siguió recibiendo amenazas. Las autoridades querían que Adrián, que es autista, se uniera al servicio militar. La familia llegó a El Paso a mediados de octubre.

Pero mientras las autoridades dieron la libertad condicional a González y a su hijo menor, mantuvieron a Adrián en una fila diferente en la frontera suroeste, dijo. Los padres de Adrian dijeron que es “imposible” que su hijo se defienda frente a las autoridades de inmigración debido a dificultades con la comunicación y las habilidades sociales que enfrenta. Dijeron que había fallado en su evaluación de miedo creíble, una decisión que un juez confirmó más tarde.

“Mi hijo primero conoció la cárcel antes que salir y otras cosas normales de su edad”, dijo González.

Adrian ha estado bajo custodia en los centros de detención de Texas desde que ingresó al país. Su madre se quedó en Texas, esperando la liberación de su hijo. Su padre está en Miami esperando a su familia. Los padres del niño lo describieron como un estudiante brillante, campeón de ajedrez y amante de la pizza, que esperaban que se matriculara en la universidad una vez que llegara a los Estados Unidos. En cambio, ahora están preocupados por el impacto que podría tener en él la detención en un centro para inmigrantes como persona con autismo.

“Todo sobre el caso de Adrián ha estado plagado de errores”, dijo su padre. “Desde que lo separan de la madre, cómo lo procesaron, estar en la cárcel sin la presencia de un abogado,

Cuando Adrián tuvo que subirse a un bus para un traslado, recuerda su mamá que él le dijo, las esposas le pesaban demasiado y que necesito ayuda de otro detenido de Holguín para levantarse. En otra ocasión, cuando se le asignó una litera superior, no pudo subir y pasó toda la noche sentado. Otros detenidos lo cuidan, lo que da cierto consuelo a sus padres. Le envían dinero para que los llame y juegue en una tableta. Adrian pasa su tiempo venciendo a otros detenidos en el ajedrez y armando los mismos rompecabezas una y otra vez..

Ha comenzado a llamar a su madre varias veces al día para preguntarle cuándo podrá salir o si hay algún avance en su caso. Es el tiempo más largo que Adrian ha estado separado de su madre.

“Le he dicho que por lo menos se relaciono con otras personas, que tiene amigos”, dijo Gonzalez al describir como trata de animarlo, “Y el me dice, que manera tan fea de conocer amigos”.