El gobierno de Biden admitió errores en la caótica retirada de Afganistán, pero culpó a Trump

WASHINGTON.- Estados Unidos reconoció que debió haber sonado la alarma antes sobre la crisis en Afganistán que terminó con el blitz de los talibanes sobre Kabul, una avanzada que conmocionó al mundo, y una caótica retirada norteamericana por la cual el gobierno de Joe Biden responsabilizó a la administración de Donald Trump por la falta de planificación, y por haber reducido la presencia militar norteamericana a solo 2500 soldados.

La Casa Blanca difundió este jueves en Washington un informe del Consejo Nacional de Seguridad de las evaluaciones sobre la retirada de Afganistán, el primer balance por escrito de las dificultades y la decisión de retirar las tropas de Estados Unidos, y los motivos por los cuales el gobierno norteamericano optó por minimizar los riesgos de la avanzada de los talibanes sobre Kabul. El documento reconoce que, como motivo del caos que se produjo en Afganistán, ahora Estados Unidos aplica una nueva política de evacuaciones cuando las condiciones de seguridad en un país se deterioran.

“Claramente no hicimos las cosas bien aquí con Afganistán con lo rápido que los talibanes se estaban moviendo por todo el país”, dijo John Kirby, director de Comunicaciones Estratégicas del Consejo de Seguridad de la Casa Blanca, quien respondió varias preguntas de los periodistas sobre el informe, difundido apenas minutos antes de que comenzara el tradicional briefing de prensa en la Casa Blanca.

El informe difundido por el gobierno norteamericano recuerda que Biden se había comprometido a poner fin a la guerra en Afganistán, “pero cuando asumió el cargo se enfrentó a realidades difíciles que le dejó la administración Trump”, indica.

“Aunque reconocieron la necesidad estratégica de retirar las fuerzas estadounidenses de Afganistán, el presidente Biden y su equipo eran muy conscientes de los desafíos que plantea retirarse de una zona de guerra después de veinte años, especialmente en las circunstancias que heredaron. La Administración Trump saliente había dejado a la Administración Biden con una fecha para el retiro, pero sin un plan para ejecutarlo”, indica el documento, de 12 páginas.

La evaluación que difundió el gobierno norteamericano señala que, a medida que la planificación para la retirada se intensificó a fines de la primavera y principios del verano boreal de 2021, “los informes de inteligencia continuaron sugiriendo que, incluso si los talibanes lograban avances en algunas provincias afganas, la capital, Kabul, sería más difícil de tomar para los talibanes” ya que se esperaba que los militares afganos la defenderían.

“Además, el presidente Biden instó al gobierno afgano a tomar medidas para fortalecer la determinación de las fuerzas afganas, incluso fortaleciendo al ministro interino de Defensa, Bismillah Khan Mohammadi, a quien los comandantes estadounidenses habían evaluado como un líder de combate capaz, y presionó a los funcionarios afganos actuales y anteriores. para proyectar un frente unido de apoyo a la fuerza afgana”, indicó el documento.

El informe oficial revela luego el dilema al que se enfrentó la Casa Blanca a medida que las condiciones empeoraron durante ese verano boreal: comenzar a levantar la voz acerca de las crecientes señales sobre “un posible colapso”, pero a riesgo de socavar la confianza en el Gobierno de Afganistán y la voluntad de lucha de las fuerzas afganas.

El informe detalla que el gobierno de Biden decidió desplegar un esfuerzo amplio pero sigiloso para comenzar a alertar a los estadounidenses y socios afganos sobre el riesgo de colapso, incluidas numerosas alertas de seguridad y decenas de miles de llamadas telefónicas directas y mensajes a ciudadanos estadounidenses en particular para que abandonen Afganistán, pero sin llegar a transmitir en “voz alta y públicamente”, indica el informe, sobre el peor de los casos posible para evitar enviar una señal de desconfianza a las fuerzas armadas afganas, que terminaron rindiéndose sin pelear.

“En un entorno de seguridad desestabilizador, ahora erramos por el lado de la comunicación agresiva sobre los riesgos. Hicimos esto antes de la invasión rusa de Ucrania”, señala el informe, y más adelante agrega: “Ahora damos prioridad a las evacuaciones anteriores cuando nos enfrentamos a una situación de seguridad degradante. Lo hicimos tanto en Etiopía como en Ucrania. Cuando las capitales de ambos países se vieron amenazadas, el presidente ordenó ajustes en la postura de las embajadas mediante la reducción o evacuación del personal de las embajadas”.

Biden heredó una operación agotada en Afganistán que paralizó su respuesta, dijo Kirby.

“Las transiciones importan. Esa es la primera lección aprendida aquí. Y la administración entrante no tuvo mucho de eso”, señaló Kirby.

El informe apunta a la “degradación deliberada” por parte del Gobierno de Trump, una acusación que, según Kirby, se refiere a la reducción de las soldados estadounidenses durante el mandato de Trump, la liberación de miles de prisioneros talibanes, la intermediación del “acuerdo de Doha” para poner fin a la guerra sin el Gobierno local y la virtual congelación de un programa de visas afgano.

Los talibanes tomaron el control de Afganistán en agosto de 2021, luego de que el antiguo Gobierno respaldado por Occidente en Kabul se derrumbó a una velocidad sorprendente y los últimos soldados estadounidenses se retiraron. Durante el mandato de Trump, Estados Unidos hizo un trato con los islamistas talibanes para retirar todas las fuerzas estadounidenses.

“Estados Unidos tiene una base estratégica más sólida, más capaz de apoyar a Ucrania y cumplir con nuestros compromisos de seguridad en todo el mundo, así como la competencia con China, porque no está librando una guerra terrestre en Afganistán”, señaló Kirby, quien defendió la decisión de Biden de ordenar la retirada final.