Nuevos gobernantes de Siria inician la represión en el bastión de Assad tras los mortíferos enfrentamientos

Las nuevas autoridades sirias iniciaron el jueves una campaña de represión en un bastión de Bashar al-Assad donde 14 miembros de las fuerzas de seguridad habían muerto el día anterior, prometiendo perseguir los "restos" del régimen derrocado. El miércoles, las fuerzas de seguridad se enfrentaron a los habitantes de la provincia de Tartus cuando intentaban detener a un funcionario vinculado a la conocida prisión de Sednaya.

Las nuevas autoridades sirias lanzaron el jueves una operación en un bastión del depuesto presidente Bashar al-Assad, y un observador de la guerra afirmó que habían muerto tres hombres armados afines al antiguo gobierno.

Al-Assad huyó de Siria después de que una ofensiva liderada por islamistas le arrebatara el control de una ciudad tras otra, hasta la caída de Damasco el 8 de diciembre, poniendo fin a cinco décadas del gobierno de su clan.

Tras 13 años de guerra civil, desencadenada por la represión de las protestas democráticas por parte de Al-Assad, los nuevos dirigentes sirios del grupo islamista Hayat Tahrir al-Sham (HTS) se enfrentan a la monumental tarea de salvaguardar el país multisectario y multiétnico de un nuevo colapso.

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Con 500.000 muertos en la guerra y más de 100.000 desaparecidos, las nuevas autoridades también han prometido justicia para las víctimas de los abusos cometidos bajo el gobierno depuesto.

En una de las protestas del miércoles por el vídeo, grandes multitudes corearon lemas como "alauitas, suníes, queremos la paz".


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