Gisele Bündchen llora tras ser parada por un patrullero en Surfside. ¿Qué sucedió?

Hasta las supermodelos famosas tienen un mal día detrás del volante.

Gisele Bündchen conducía su todoterreno Mercedes G de color gris por Surfside, Florida, este miércoles, cuando la policía la paró, reportó el portal TMZ.

En las borrosas imágenes tomadas con el teléfono celular de un transeúnte puede verse parte del incidente. Bündchen, con una gorra blanca, está en el asiento del conductor, cuando el patrullero se le acerca.

En el video aparece Bündchen con lágrimas en los ojos, al parecer, muy emocionada.

Posteriormente, en nuevas imágenes de la cámara corporal del agente que pudo obtener el canal Local 10 muestran lo que ocurrió.

En el video se ve al patrullero cuando le devuelve a Bündchen sus documentos y le dice que le dará solo una advertencia de “cortesía”, lo que significa que no le pondrá una multa de tráfico. Se desconoce qué provocó la presunta infracción de tráfico.

“Gracias”, le responde Bündchen. “Solo trataba de alejarme de un hombre que … me estaba siguiendo”.

El policía le dice que “comprende” y sabe quién es ella. Luego, le aconseja presentar un reporte policial en Miami Beach, que es de dónde la seguía el aparente paparazzi.

“OK, hay todavía más”, dice la célebre brasileña, rompiendo en llanto. “Lo siento”, responde el patrullero. “No hay nada que pueda hacer sobre eso”.

El The Miami Herald llamó el jueves a la policía de Miami Beach para saber si Bündchen había presentado un reporte, pero no recibió respuesta.

Bündchenes propietaria de dos casas en la comunidad de la playa, y una mansión de $11.5 millones con cinco dormitorios, además de una “cabaña” de $1.25 millones con tres dormitorios.

La supermodelo, de 43 años, y madre de dos hijos, vive frente a su ex esposo, el icono de la NFL, Tom Brady, residente de Indian Creek Village, conocido como el Búnker de los Multillonarios.

A menudo, Gisele es fotografiada con sus dos hijos, acompañada de su nuevo novio, el también brasileño, Joaquim Valente.

Traducción de Jorge Posada