Yahoo Noticias Un giro en el caso de abuso contra el príncipe Andrés podría acabar con Meghan Markle testificando
Es posible que Meghan Markle tenga que hacer una pasada por los tribunales durante las próximas semanas. Pero lejos de sus conflictos con la prensa británica en los que, al menos hasta el momento, salió victoriosa, el motivo que la convoca a la justicia ahora es el escándalo sexual que rodea a uno de sus tíos políticos: el príncipe Andrés.
Se trata de la demanda contra el royal que el verano pasado presentó Virginia Giuffre, una de las posibles víctimas de tráfico sexual de menores del fallecido Jeffrey Epstein, amigo del duque de York. Giuffre asegura que el príncipe abusó sexualmente de ella cuando era menor de edad, algo que Andrés ha negado rotundamente.
Para resolver el dramático asunto, el próximo 4 de enero, el juez Lewis Kaplan escuchará a las dos partes para decidir si le da validez a la demanda o cierra el proceso judicial. No lo decidirá de manera arbitraria sino que evaluará los testimonios de los testigos presentados por cada una de las partes. Y es aquí donde entra en escena Meghan Markle.
De acuerdo con David Boies, el abogado de Virginia Giuffre, la duquesa de Sussex podría ser la candidata ideal para brindar su testimonio en la causa. En principio, porque es ciudadana norteamericana y vive allí, por lo que está sometida a las leyes del país. En segundo lugar, según las palabras de Boies, se trata de “una estrecha colaboradora del príncipe Andrés y, por lo tanto, está en condiciones de haber visto lo que él hizo”. Y como tercera razón “debido a su asociación pasada con él, es muy posible que tenga conocimientos importantes”.
Sin embargo, de acuerdo con algunos medios británicos la estrategia podría ser más mediática que legal debido a la casi nula relación entre los Sussex y el príncipe Andrés tanto actual como pasada. La prensa británica señaló que la idea de los abogados de la supuesta víctima del duque de York es hacer todo el alboroto mediático posible llamando a declarar a Meghan en un asunto que poco se relaciona con ella, porque así conseguirían la atención de medios de todo el mundo en una acción que favorecería a su cliente y perjudicaría a Andrés, cuya reputación está más que dañada.
En los hechos concretos, el príncipe ya tuvo que renunciar a sus deberes dentro de la corona en noviembre de 2019 después de haber dado una desastrosa entrevista con la BBC que, lejos de favorecerlo, lo hundió más.
