Giorgia Meloni, la “Le Pen” de Italia que quiere ser primera ministra y despierta temores tras la caída de Draghi

La dirigente derechista Giorgia Meloni
La dirigente derechista Giorgia Meloni - Créditos: @Agencia AFP

ROMA.- Si hay alguien que descorchó champagne y celebró como nadie después del “draghicidio”, como algunos bautizaron en la prensa el traumático fin del gobierno de Mario Draghi, es Giorgia Meloni.

Exministra de la Juventud en el cuarto gobierno de Silvio Berlusconi, Meloni es la líder de Fratelli d’Italia, partido de derecha post-fascista que se destacó en los últimos años por ser el único que se mantuvo siempre en la oposición, desde que se formó el último Parlamento (hoy disuelto), después de las elecciones de marzo de 2018.

Estuvo en contra del gobierno populista que entonces formaron el antisistema Movimiento Cinco Estrellas (M5E), en ese momento el partido más votado, con la ultraderechista Liga de Matteo Salvini, liderado por Giuseppe Conte. Luego también estuvo en contra del Ejecutivo del color contrario al anterior, que en septiembre de 2019 el M5E formó con el Partido Democrático, de centroizquierda, siempre encabezado por Conte. Meloni, considerada una suerte de “Marine Le Pen” italiana, por supuesto también decidió mantenerse afuera, finalmente, del gobierno de unidad nacional que lideró Mario Draghi a partir de febrero de 2021, después del colapso del llamado “Conte bis”.

Estar siempre en la oposición en tiempos tan complicados como los de los últimos años, marcados por pandemia, restricciones y ahora inflación y guerra, le representó a Meloni una estrategia perfecta para ir creciendo en forma sostenida en los sondeos. Tanto es así que Fratelli d’Italia, que en teoría podría cosechar entre un 22 y un 24%, no solo superó a la rival Liga de Matteo Salvini, sino que se convirtió en los últimos meses en el primer partido, desbancando al PD de Enrico Letta. Por eso todo el mundo sabe que su sueño es llegar a Palazzo Chigi.

Giorgia Meloni, líder de Fratelli d'Italia
Giorgia Meloni, líder de Fratelli d'Italia - Créditos: @TIZIANA FABI

En la dramática jornada de ayer, una comedia a la italiana, los bien informados saben que Meloni estuvo todo el día hablando por teléfono con Salvini, martillándolo con una sola idea: “Unida, la centroderecha gana en las urnas”, aludiendo a la coalición formada por su partido, la Liga y Forza Italia de Berlusconi.

Y Salvini, aprovechando del paso suicida dado por Conte una semana antes –cuando no votó la confianza al aprobar una medida-, fue quien terminó de cometer el “draghicidio”. El líder de la Liga, en efecto, desde hace meses venía cocinando su salida del gobierno de unidad nacional de Draghi, que le había hecho perder muchísimos consensos. En esos llamados telefónicos. Meloni también intentó cerrar un pacto con Salvini y Berlusconi para certificar que siguiera en vigor la regla de oro de la centroderecha, que indica que será la figura que cosecha más consensos en las elecciones el designado como candidato a premier.

De 45 años y madre de una hija, en los últimos días de fuego Meloni fue la única que reclamó, siempre, elecciones anticipadas “ya”. Si bien Salvini al principio se mostró responsable, haciendo creer que la Liga iba a hacer “lo mejor para el país” en la cita clave que hubo ayer en el Senado, finalmente primó el oportunismo. Y sin querer aparecer como el culpable de hacer caer una personalidad tan prestigiosa y clave, decidió utilizar como excusa que para la Liga era imposible seguir en un gobierno de Draghi que no excluyera a los “grillini” del M5E. Para tampoco quedar pegado a que en campaña electoral le podrán recriminar no haberle dado la confianza a Draghi en su último acto parlamentario, la liga de Salvini no participó ni siquiera de la votación, algo que muchos criticaron como un acto de inmensa cobardía y falta de coraje.

Festejo

Anoche Meloni festejó en Piazza Vittorio la caída de Draghi y las inminentes elecciones, que intensificaron su sueño de alcanzar el Palazzo Chigi y de convertirse en la primera mujer que llega a ese cargo en Italia. “La historia me dio la razón. Me acuerdo cuando todos me miraban de arriba a abajo porque no entendían nada de política”, clamó, orgullosa y eufórica.

El primer ministro italiano Mario Draghi saluda a los legisladores al término de su discurso en el Parlamento, este jueves 21 de julio
El primer ministro italiano Mario Draghi saluda a los legisladores al término de su discurso en el Parlamento, este jueves 21 de julio

“Ahora quedó claro quién entiende las dinámicas de nuestra democracia. Hubo tres gobierno distintos, hubo tres mayorías distintas, pero ¿hubo alguno que funcionó?”, preguntó. “No, porque los únicos gobiernos que funcionan son los que tienen una mayoría unida, con una visión compartida. Esto es lo que siempre hemos reivindicado y lamentablemente la historia nos dio la razón”, celebró, mientras en la plaza sus seguidores agitaban banderas italianas y aplaudían a rabiar.

“No es verdad que las elecciones son espantosas, que bloquean todo, no es verdad para nada. No tienen que tener miedo de ser libres y de elegir, de hacer lo que dice su conciencia. ¡Voten, elijan y manifiesten, porque esta nación tiene una desesperada necesidad de recuperar orgullo, conciencia, libertad!”, arengó.

No hace falta decir que la posibilidad de que Meloni llegue realmente al Palazzo Chigi -algo que su aliado, pero al mismo tiempo, rival, Salvini, aborrecería-, le pone los pelos de punta al establishment italiano, a la Unión Europea y a las cancillerías de los principales países occidentales y democráticos, que no quieren que Italia vuelva a tener, como en 2018, un gobierno soberanista-populista y anti-europeo.