El cambio radical de Giorgia Meloni: de las arengas exaltadas a la moderación

12 de junio y 9 de octubre. Entre ambas fechas apenas hay 119 días, o lo que es lo mismo, algo menos de cuatro meses. Es el tiempo que ha pasado entre dos intervenciones de Giorgia Meloni, del partido Hermanos de Italia, en un evento de Vox. Un periodo corto que, sin embargo, ha servido para escenificar a la perfección un cambio notable en el discurso de la líder de extrema derecha.

Y es que en la política cuatro meses son un mundo. Tanto que pueden cambiar de manera radical las circunstancias. En junio, Andalucía vivía unas elecciones autonómicas y la romana hacía acto de presencia para arropar a Macarena Olona.

Giorgia Meloni se ha moderado en estos meses. (Photo by Alessandra Benedetti - Corbis/Getty Images)
Giorgia Meloni se ha moderado en estos meses. (Photo by Alessandra Benedetti - Corbis/Getty Images)

Entonces, su formación estaba en auge, pero su presencia en el Parlamento italiano seguía siendo reducida (32 asientos y solo un 4,3% de los votos en las anteriores elecciones), es decir, una alternativa más, pero ni mucho menos la principal (todavía por detrás de Salvini y Berlusconi), al Gobierno de Mario Draghi.

En poco más de 100 días, la situación es bien diferente. El Ejecutivo italiano se quedó sin apoyos y cayó, se celebraron elecciones generales y Giorgia Meloni se impuso con el 26% de las papeletas, sumando 119 escaños. Al mismo tiempo, Olona abandonó Vox y ahora está enfrentada con la formación. Lo dicho, cuatro meses son un mundo.

Lo cierto es que el contexto actual para la italiana es muy diferente. En junio se presentaba como el azote del poder e intentaba convencer a una sociedad que estaba muy harta de la política italiana. Pero ahora su aparición ha sido como futura primera ministra de la República de Italia. Un cargo que obliga a modular el discurso y ser más comedido. Y las diferencias han sido notables, no solo en el tono, sino también en el mensaje.

En Marbella, la política se expresó de una forma muy exaltada, dejando clara su manera de pensar. Cargó contra el aborto, el colectivo LGTBI, la inmigración, las grandes finanzas internacionales o la burocracia de Bruselas.

"No a los lobbies LGBT, sí a la identidad sexual, no a la ideología de género, sí a la cultura de la vida", manifestó.

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Su intervención en un vídeo desde Roma este 9 de octubre ha sido mucho más templada. Meloni ya ejerce como primera ministra en funciones y su moderación es más que evidente. En un tono sosegado, la política ha ido desgranando algunos de los problemas a los que se enfrenta Europa. Y no, estos no son ni la burocracia de Bruselas, ni el aborto, como hace cuatro meses, sino la guerra de Ucrania y la crisis energética.

"Hoy nos damos cuenta de cómo dependemos de todos para todo. Necesitamos repensar las cadenas de suministro, empezando por las cadenas nacionales donde sea posible y cadenas europeas donde no sea posible tener las nacionales, es decir, países aliados", ha comentado.

Y además, la dirigente de Hermanos de Italia ha querido rehuir de la etiqueta de extrema derecha. En más de una ocasión se ha definido como "centroderecha" y ha hecho un llamamiento a las demás formaciones de su espectro ideológico contra la izquierda.

"En España, como en Italia y en toda Europa, hay una mayoría de ciudadanos que no se reconoce en las utopías e ideologías de la izquierda y nos piden que asumamos la responsabilidad de gobernar", ha manifestado.

Así pues, Giorgia Meloni ha protagonizado un enorme cambio. Está por ver cómo es su Gobierno y qué políticas pone en marcha, pero a buen seguro que le tocará trabajar codo con codo con esa Europa que tanto criticaba.

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