Cómo los gestores digitales pueden convertir nuestras notas en conocimiento
¿Quién no ha tenido alguna vez la sensación de haber leído algo y no lograr recordarlo? Por ejemplo, conversando con amigos sobre un asunto específico, estamos seguros de haber encontrado alguna información relevante, pero apenas recordamos qué era o dónde lo leímos.
Frecuentemente leemos por mero entretenimiento. Pero cuando leemos con el propósito de convertir información en conocimiento (es decir, cuando leemos para aprender), es importante observar cómo capturamos la información clave, le damos sentido y la podemos recuperar cuando la necesitamos. La abundancia de información digital procedente de múltiples fuentes ha aumentado la necesidad de tener un sistema eficaz para organizar y recuperar lo que aprendemos de manera rápida y accesible desde cualquier lugar.
Estos sistemas de gestión del conocimiento, conocidos como gestores digitales, se basan en la creación de una red de notas digitales correctamente organizadas, estructuradas y de acceso rápido. Es como una biblioteca digital donde nosotros catalogamos y ordenamos libros, artículos de blog, PDF, contenido de redes sociales, audios… Pero a diferencia de una biblioteca tradicional, en este espacio digital es posible superar las limitaciones físicas y relacionar ideas entre diferentes tipos de contenidos.
Las notas digitales pueden estar en distintos formatos y provenir de libros, artículos de blog, pódcast, conversaciones, conferencias o vídeos: se almacenan en una herramienta de gestión del conocimiento, donde posteriormente reelaboramos esas notas y las conectamos entre sí, simulando el funcionamiento de nuestra memoria al vincular la nueva información con lo que ya sabíamos.
Algunas herramientas para crear y gestionar esta red de notas son Obsidian, Logseq, Roam Research, Notion o Tana. En ellas, podemos relacionar nuestras notas mediante hipervínculos bidireccionales.
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Los desafíos en la gestión del conocimiento
Los gestores digitales de conocimiento ayudan a abordar tres desafíos clásicos y críticos en la gestión del conocimiento en la era de Internet:
Procesar la información que leemos cotidianamente y organizarla de manera coherente.
Diferenciar lo importante de lo superfluo e incluso eliminar contenidos que dejan de ser interesantes una vez reflexionamos sobre ellos.
Revisar subrayados, tomar notas y buscar relaciones con las ya existentes. Esto aumenta la calidad de los aprendizajes y facilitan su posterior recuperación.
Gestores digitales e inteligencia artificial generativa
Un nuevo reto en la gestión del conocimiento tiene que ver con la dificultad de controlar la información que utiliza la inteligencia artificial (IA) generativa para generar nuevo contenido de calidad. No tener claridad sobre las fuentes de información que esta tecnología utiliza durante su entrenamiento y en la posterior creación de contenido genera inseguridad y desconfianza.
Los avances de las herramientas de toma de notas pueden combinarse con la inteligencia artificial de manera que interactuemos con nuestros gestores digitales a través de esta tecnología. Por ejemplo, si necesito preparar una charla sobre los ayunos digitales intermitentes, y todo lo que sé sobre el tema está almacenado en mi red de notas, la IA generativa puede ser de gran ayuda.
Una vez que he proporcionado a la IA la información clave sobre el contexto de la charla (como los destinatarios, objetivos, duración, etc.), esta puede interactuar con mi red de notas y ayudarme en la elaboración del contenido, la organización de la estructura, la creación de ejemplos y actividades, entre otros aspectos.
De esta manera, me asiste y trabaja con mi conocimiento para ayudarme a crear nuevo contenido, ofrecer recomendaciones, responder dudas, realizar análisis predictivos y descubrir nuevas conexiones y patrones que podrían no ser evidentes para mí.
Efectos en la memoria física de los gestores digitales
Crear gestores digitales de conocimiento personal no es para personas cortoplacistas. Requiere de paciencia, tiempo, creación de hábitos duraderos y una mente abierta para romper creencias.
Muchas personas temen a que nuestra memoria se atrofie al descargarla usando soportes externos como las aplicaciones ya mencionadas. Pero lo que sucede puede ser muy distinto. Es cuando no codificamos y organizamos correctamente la nueva información cuando corremos más riesgo de olvidarla de manera permanente.
Es verdad que saber que la información está fácilmente accesible puede fomentar el olvido al no tener que esforzarnos en su búsqueda dentro de nuestra memoria física. Pero esto no significa que nuestra memoria funcione peor; simplemente estamos optimizando su funcionamiento al seleccionar de manera consciente qué información podemos olvidar temporalmente, porque hemos dejado las pistas necesarias para recuperarla cuando la necesitemos.
Leer y tomar notas en digital
Más allá de lo que sabemos sobre las ventajas de leer en papel para la retención de información y la comprensión lectora, podemos afirmar que leer en un dispositivo de tinta electrónica, como un ebook o kindle, presenta niveles de comprensión lectora similares a los de la lectura en papel. Además, estos dispositivos no parecen fomentar las distracciones y la multitarea.
La lectura en dispositivos de tinta electrónica nos permite tomar notas con un lápiz táctil. Evitamos las distracciones, los efectos negativos de la luz artificial y nos aprovechamos de las ventajas de la exportación de los subrayados y las notas a nuestra herramienta de gestión de conocimiento.
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Creatividad y resolución de problemas
Una vez tenemos nuestros gestores digitales de conocimiento o red de notas en marcha, nos será más fácil convertir la información en conocimiento. Esto nos permitirá enfocar y concentrar mejor nuestra atención, lo cual puede ayudarnos a tomar decisiones más acertadas. Además, el uso de este sistema de gestión del conocimiento potencia la creatividad, ya que nos permite descubrir nuevas relaciones entre ideas y detectar patrones para resolver problemas.
Incluso puede ser útil para reducir la ansiedad y la frustración provocadas por las dificultades en la acumulación y organización de la información.
Los gestores digitales del conocimiento no solo permite controlar la información que nos rodea y dirigir nuestra atención, sino que también proporciona una “materia prima” ideal para la IA generativa, permitiendo que esta piense y actúe de manera similar a nosotros.
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Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation, un sitio de noticias sin fines de lucro dedicado a compartir ideas de expertos académicos.
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José Luis Serrano no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.